lunes, 25 de junio de 2012

Hoces de Duratón

Aprovechando una buena coyuntura académica (unos días sin exámenes) y la amable invitación de un compañero de trabajo (¡y además amigo!) tuve la oportunidad de visitar un paisaje impresionante: las Hoces del Duratón.

El Duratón es un pequeño río que desemboca en el río Duero, y que a su paso por la provincia de Segovia ha ido erosionado el terreno de manera espectacular, dando lugar a una formación geográfica muy curiosa que recibe el nombre de 'hoces'.

Todo el conjunto ha sido catalogado como Parque Natural debido a la riqueza de flora y fauna y a la orografía peculiar que presenta.

Iglesia de la Anunciación - Sepúlveda
En la misma comarca hay varias iglesias antiguas que son buenos exponentes del románico segoviano, y que, además de sombra, transmiten una gran sensación de paz y sosiego.

Iglesia de Sotillo
Iglesia de la Anunciación

La primera iglesia que nos encontramos está en el pueblo de Sotillo, y, aunque bonita, es superada en grandiosidad por otra cerca de Sepúlveda, dedicada a la Anunciación.

Puente romano
Curva del Duratón

El recorrido que hicimos por las hoces comienza en un puente de la época romana que todavía se mantiene en pie (gracias a que está protegido) y transcurre a lo largo del río durante unos 10 Km., con una riqueza ecológica considerable: buitres, corzos, pájaros,... acompañan durante el recorrido. 

Llama mucho la atención que el paisaje fuera de las hoces es seco y árido, mientras que dentro es húmedo y fresco. En algunos lugares la altura de las paredes del cañón alcanza los 100 metros.


Tras un descanso necesario (¡y muy bienvenido!) y una espera no menos necesaria para que baje la temperatura fuera del cañón, nos dirigimos a un monasterio abandonado que se encuentra en lo alto de una de las curvas que describe el río, y desde el que se divisan unas vistas impresionantes.


Este monasterio está dedicado a San Frutos, que vivió en el siglo VII.
 
Cuenta la historia que siendo muy joven se puso de acuerdo con sus hermanos para repartir los bienes familiares entre los pobres y venirse a vivir a este lugar. En el siglo VIII fueron martirizados por los musulmanes y en el siglo XI el rey Alfonso erigió el monasterio, entregándolo en régimen de priorato a los monjes de Silos, quienes estuvieron en este sitio hasta la desamortización de Mendizábal en el 1835.

 
Desde entonces quedó abandonado y ahora se ha restaurado una pequeña ermita para las romerías y los días especiales.


Concluyendo: si alguien tiene oportunidad de visitar las Hoces del Duratón y estas joyas románicas, se quedará gratamente sorprendido y con muchas ganas de regresar. Pero eso sí.... ¡que no sea en pleno verano porque hace mucho calor!

La Historia de la Semana

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