Aprovechando una buena coyuntura académica (unos días sin exámenes) y la amable invitación de un compañero de trabajo (¡y además amigo!) tuve la oportunidad de visitar un paisaje impresionante: las Hoces del Duratón.
El Duratón es un pequeño río que desemboca en el río Duero, y que a su paso por la provincia de Segovia ha ido erosionado el terreno de manera espectacular, dando lugar a una formación geográfica muy curiosa que recibe el nombre de 'hoces'.
Todo el conjunto ha sido catalogado como Parque Natural debido a la riqueza de flora y fauna y a la orografía peculiar que presenta.
Iglesia de la Anunciación - Sepúlveda |
En la misma comarca hay varias iglesias antiguas que son buenos exponentes del románico segoviano, y que, además de sombra, transmiten una gran sensación de paz y sosiego.
Iglesia de Sotillo |
Iglesia de la Anunciación |
La primera iglesia que nos encontramos está en el pueblo de Sotillo, y, aunque bonita, es superada en grandiosidad por otra cerca de Sepúlveda, dedicada a la Anunciación.
Puente romano |
Curva del Duratón |
El recorrido que hicimos por las hoces comienza en un puente de la época romana que todavía se mantiene en pie (gracias a que está protegido) y transcurre a lo largo del río durante unos 10 Km., con una riqueza ecológica considerable: buitres, corzos, pájaros,... acompañan durante el recorrido.
Llama mucho la atención que el paisaje fuera de las hoces es seco y árido, mientras que dentro es húmedo y fresco. En algunos lugares la altura de las paredes del cañón alcanza los 100 metros.
Tras un descanso necesario (¡y muy bienvenido!) y una espera no menos necesaria para que baje la temperatura fuera del cañón, nos dirigimos a un monasterio abandonado que se encuentra en lo alto de una de las curvas que describe el río, y desde el que se divisan unas vistas impresionantes.
Este monasterio está dedicado a San Frutos, que vivió en el siglo VII.
Cuenta la historia que siendo muy joven se puso de acuerdo con sus hermanos para repartir los bienes familiares entre los pobres y venirse a vivir a este lugar. En el siglo VIII fueron martirizados por los musulmanes y en el siglo XI el rey Alfonso erigió el monasterio, entregándolo en régimen de priorato a los monjes de Silos, quienes estuvieron en este sitio hasta la desamortización de Mendizábal en el 1835.
Desde entonces quedó abandonado y ahora se ha restaurado una pequeña ermita para las romerías y los días especiales.
Concluyendo: si alguien tiene oportunidad de visitar las Hoces del Duratón y estas joyas románicas, se quedará gratamente sorprendido y con muchas ganas de regresar. Pero eso sí.... ¡que no sea en pleno verano porque hace mucho calor!
La Historia de la Semana
Desde entonces quedó abandonado y ahora se ha restaurado una pequeña ermita para las romerías y los días especiales.
Concluyendo: si alguien tiene oportunidad de visitar las Hoces del Duratón y estas joyas románicas, se quedará gratamente sorprendido y con muchas ganas de regresar. Pero eso sí.... ¡que no sea en pleno verano porque hace mucho calor!
La Historia de la Semana
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