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sábado, 17 de mayo de 2014

El maestro y el pájaro enjaulado

En nuestros días, uno de los valores más considerados y defendidos es el de la libertad. Se suele invocar en todos los ámbitos.

Parece que ya han quedado desfasados otros valores clásicos como la generosidad, el honor, la humildad, la honestidad, el heroísmo,... La libertad sigue estando en primera línea.

Este tema ya ha salido en varias ocasiones en el blog (se puede ver aquí), incidiendo en alguna de sus características. 

La historia de esta semana, titulada El maestro y el pájaro enjaulado, explica de donde viene la libertad que disfrutamos: es un reflejo del amor de Dios a los hombres. ¡Espero que os guste!


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​El maestro y el pájaro enjaulado 


Paseaban el maestro y su discípulo por la ciudad y se detuvieron ante una tienda cuyo escaparate estaba repleto de jaulas con pájaros multicolores.

 Tras contemplar unos instantes las aves el maestro preguntó:

- ¿Quién ama más a los pájaros: el que los tiene en una jaula, los cuida, les da de comer, impide que le ocurra ningún mal, o el que los deja en libertad?

El discípulo respondió sin titubear:

- El que los deja en libertad...


Sonrió el maestro y dijo:

- Pero en libertad se han de buscar el alimento y están expuestos a mil y un peligros...

- -apuntó el discípulo- Pero así son ellos mismos. Existen para ser libres...


Guardó silencio el maestro y luego añadió:

- Lo mismo a hecho Dios con nosotros. Podía tenernos controlados. Procurar que no nos falte nada. Librarnos de todos los peligros. Impedir que sufriéramos... 


Pero nos ha hecho libres. Hemos de espabilarnos para vivir. Estamos expuestos al sufrimientos y somos capaces de hacer el mal. Y no aceptamos que eso lo ha hecho precisamente porque nos ama... Somos raros los hombres...

Y siguieron paseando por la ciudad...



sábado, 29 de junio de 2013

El pez feliz

Hay muchas historias y relatos que hablan de la amistad y de la libertad. Y ésta es una más.

En esta ocasión es un cortometraje que está basado en el cuento A Fish that Smiled at Me, algo así como Un pez que me sonrió,  cuyo autor es el coreano Jimmy Liao.

Lo comparto en el blog porque tiene algo de especial: una persona solitaria encuentra compañía en un pez, y a través de un sueño muy real (un sueño extático) aprende a apreciar el valor de la amistad y de la libertad. 

Este video ganó un premio en el Festival de Berlín del año 2007, y he encontrado dos versiones, una resumida (que dura menos de 2') y la original (que dura un poco más de 9'). Aquí van las dos:

Versión resumida:



Versión original:



La Historia de la Semana

viernes, 12 de abril de 2013

Libertad

Libertad, felicidad, madurez: grandes conceptos que todo el mundo aspira a tener y disfrutar, pero que a veces se muestran un poco esquivos.

¿Dónde radica la libertad? ¿Cuándo llegamos a la madurez? ¿Qué hacer para alcanzar la felicidad? Son preguntas que seguramente alguna vez todos nos hemos hecho y la respuesta no es tan fácil de encontrar..

En la historia de esta semana comparto unos relatos breves y sencillos de Anthony de Mello que arrojan un poco de luz sobre estos temas tan importantes.

¡Espero que sean útiles!
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Libertad

Un oso recorría constantemente, arriba y abajo, los seis metros de largo de la jaula.

Cuando al cabo de cinco años, quitaron la jaula, el oso siguió recorriendo, arriba y abajo, los mismo seis metros, como si aún estuviera en la jaula.

…Y lo estaba…para él…, porque ​los muros que nos aprisionan son sólo mentales muchas veces...

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Felicidad 

Decía un anciano que sólo se había quejado una vez en la vida: cuando iba con los pies descalzos y no tenía dinero para comprarse zapatos. 

Entonces vio a un hombre feliz que no tenía pies...y nunca más volvió a quejarse.

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Madurez

Un maestro prometió a un discípulo que había de revelarle algo mucho más importante que todo cuanto contienen las escrituras. 

Cuando el discípulo, tremendamente impaciente, le pidió que cumpliera su promesa, el maestro le dijo:

“Sal afuera, bajo la lluvia, y quédate con los brazos y la cabeza alzados hacia el cielo. Esto te proporcionará tu primera revelación”.

Al día siguiente, el discípulo acudió a informarle: “Seguí tu consejo y me calé hasta los huesos… y me sentí como un perfecto imbécil”.

“Bueno” dijo el maestro, “para ser el primer día, es toda una revelación, ¿no crees?”.

La Historia de la Semana

domingo, 6 de noviembre de 2011

El loro y la libertad

Se han escrito ríos de tinta sobre el tema de la libertad. Y con el atrevimiento que da la ignorancia me dispongo a dar mi opinión: ¡la libertad no existe!

Lo que llamamos usualmente libertad está muy condicionado por otros factores que la mueven: la curiosidad (elijo algo nuevo para mí), la costumbre (casi siempre hago lo mismo), el amor (sacrifico mi independencia por la gente que quiero), la vagancia (me cuesta cambiar de hábitos),... y un largo etcétera.

Quiero decir con esto que el 'acto libre' es difícilmente realizable pues siempre está movido por otras causas externas. Por ello pienso que, puestos a depender de algo, la mejor libertad es la que viene motivada por el Amor, que da dirección y sentido a todo lo que hacemos en la vida. Ya San Agustín dejó dicho que 'ama y haz lo que quieras'.
Por eso la verdadera libertad es tan difícil de ejercer y en muchos casos uno se acaba acostumbrando a lo más cómodo. Este es el tema central de la historia de esta semana, titulada El loro y la libertad.

Aunque también da pie para otras reflexiones. Por ejemplo: lo que uno piensa que es bueno para un amigo, ¿lo es realmente?, ¿es lo que le conviene? ¡Tema para pensar!

Y sin más, aquí está la historia:
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El loro y la libertad

Ésta es la historia de un loro muy contradictorio. Desde hacía un buen número de años vivía enjaulado, y su propietario era un anciano al que el animal hacía compañía.

Cierto día el anciano invitó a un amigo a su casa a deleitar un sabroso té de Cachemira. Los dos hombres pasaron al salón donde, cerca de la ventana y en su jaula, estaba el loro. 

Se encontraban los dos hombres tomando té, cuando el loro comenzó a gritar insistente y vehementemente:

- ¡Libertad, libertad, libertad!

No cesaba de pedir libertad. Durante todo el tiempo en que estuvo el invitado en la casa, el animal no dejó de reclamar libertad. Hasta tal punto era desgarradora su solicitud, que el invitado se sintió muy apenado y ni siquiera pudo terminar de saborear su taza. Estaba saliendo por la puerta y el loro seguía gritando: 

- ¡Libertad, libertad, libertad!

Pasaron dos días. El invitado no podía dejar de pensar con compasión en el loro. Tanto le atribulaba el estado del animalillo que decidió que era necesario ponerlo en libertad. 

Tramó un plan. Sabía cuándo dejaba el anciano su casa para ir a efectuar la compra. Iba a aprovechar esa ausencia y a liberar al pobre loro.

Un día después el invitado se apostó cerca de la casa del anciano y, en cuanto lo vio salir, corrió hacia su casa, abrió la puerta con una ganzúa y entró en el salón, donde el loro continuaba gritando: 

"Libertad, libertad, libertad". 

Al invitado se le partía el corazón. ¿Quién no hubiera sentido piedad por el animalito? Así que, prestamente, se acercó a la jaula y abrió la puertecilla de la misma. 

Entonces el loro, aterrado, se lanzó al lado opuesto de la jaula y se aferró con su pico y uñas a los barrotes de la jaula, negándose a abandonarla.

Y el loro seguía gritando: 

¡Libertad, libertad, libertad!

miércoles, 5 de octubre de 2011

Los dos lobos

Una de las características más notables del ser humano es la libertad, la capacidad de elegir en cada momento lo que más convenga. Pero, ¿qué es lo que más conviene?

Leí en una ocasión una frase que me gustó: 'el hombre, cuanto más divino más humano', o sea, que lo que más nos realiza como personas es precisamente lo espiritual frente a lo animal, lo que nos engrendece frente a los que nos hace más pequeños. 

Por eso es importante elegir lo que alimenta nuestro espíritu antes que lo que alimenta nuestras pasiones; antes el amor, la generosidad, la misericordia,... que el odio, el egoísmo, la venganza,...

La historia de esta semana es muy breve y trata precisamente de este tema. Se titula  Los dos lobos y aquí va a continuación.

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Los dos lobos

Un viejo indio estaba hablando con su nieto. Le decía: 

- "Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo enojado, violento y vengador; el otro está lleno de amor y compasión". 

El nieto le preguntó: 

- "¿Cuál de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón? ".

El abuelo contestó: 

"Aquél que yo alimente."

La Historia de la Semana 

miércoles, 6 de abril de 2011

No te detengas

Walt Whitman es un poeta norteamericano del siglo XIX que fue muy comentado en España en los años 60 y 70 por la visión del mundo que reflejaba en su poesía. 

En plena crisis social, ya había adelantado en sus poemas que lo importante es el ser humano y su desarrollo personal. Se le considera el padre de la moderna poesía americana, aunque su obra no es muy extensa.

Utiliza un lenguaje muy asequible que se entiende perfectamente, sacando partido a las posibilidades de la versificación libre.

He seleccionado su poema No te detengas porque me recuerda que siempre hay que aspirar a un más en todo momento, tanto si las cosas van bien como si van mal, aunque merece la pena leerlo despacio ya que es muy rico en matices.

Resalto especialmente cuando dice 'no dejes de creer que las palabras... sí pueden cambiar el mundo'. ¡Eso es lo que queremos en este blog comenzando por cada uno de nosotros!!

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No te detengas


No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz,

sin haber aumentado tus sueños.


No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes. Huye.

"Emito mis alaridos por los techos de este mundo", dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron,
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros.
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida se te pase sin que la vivas… 


Walt Whitman
La Historia de la Semana

martes, 29 de marzo de 2011

La rana del pozo

Las dificultades y los retos que encontramos en nuestro caminar diario tienen que ser oportunidad de progreso y crecimiento, nunca de miedo y vacilación.

En ocasiones lo desconocido nos paraliza y tomamos la decisión más conservadora. Pero también hay situaciones en las que hay que 'romper amarras' y atreverse a traspasar el umbral de lo desconocido.

Todos los grandes personajes de la historia han tenido un momento crucial en el que han dado el paso decisivo en sus vidas que ha marcado su futuro.

La historia de esta semana, La rana del pozo, quiere recordarnos la importancia de no conformarse con lo que somos, de no dejarse llevar por los prejuicios y de buscar siempre motivos de superación. 

No sólo encontraremos nuevos caminos, sino que abriremos paso a otros que están esperando una oportunidad.

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La rana del pozo

En un pozo profundo vivía una colonia de ranas. Llevaban su vida, tenían sus costumbres, encontraban su alimento y croaban a gusto haciendo resonar las paredes del pozo. Protegidas por su aislamiento, vivían en paz, y sólo tenían que guardarse del cubo que, de vez en cuando, alguien echaba desde arriba para sacar agua del fondo del pozo. 

Daban la alarma en cuanto oían el ruido de la polea, se sumergían bajo el agua o se apretaban contra la pared, y allí esperaban hasta que el cubo era izado y pasaba el peligro.

Fue a una rana joven a quien se le ocurrió pensar que aquel cubo podía ser una oportunidad en vez de un peligro. 

Allá arriba se veía algo así como una claraboya abierta, que cambiaba de aspecto según fuera de día o de noche, y en la que aparecían sombras y luces, formas y colores, que hacían presentir que allí había algo digno de conocerse. Y, sobre todo, estaba el rostro con trenzas de aquella figura bella y fugaz que aparecía sobre el brocal del pozo al arrojar y recoger el cubo todos los días. 

¡Había que conocer todo aquello! La rana joven habló, y todas las demás se le echaron encima: «Estás loca. Nosotras hemos nacido para estar aquí, y es aquí donde nos va bien y somos felices. Fuera del pozo la vida es angustiosa y absurda. ¿Cómo te atreves a ir contra las costumbres de todas? ¿Es que una rana jovenzuela como tú puede saber más que la experiencia de todas nosotras?».

La rana jovenzuela esperó pacientemente la próxima bajada del cubo. Se colocó estratégicamente, y en el momento en que el cubo comenzaba a subir dio un salto sobre él, ante el asombro y el horror de la comunidad batracia. El consejo de ancianos abominó de semejante actuación y prohibió que se hablara de ella. Había que salvaguardar la seguridad de la vida en el pozo.

Pasaron los meses y un buen día la rana aventurera se asomó al brocal del pozo. Desde abajo, todas miraban sin atreverse a decir nada. La rana fugitiva les habló de cómo se vivía fuera, de la variedad de alimento, de la libertad, del sol y las plantas, de cómo había sitio para todas, porque era muy grande y nunca se acaba de ver lo que había a lo lejos.


Desde abajo, las fuerzas del orden advirtieron a la rana que, si bajaba, sería ejecutada por alta traición. Hubo mucho revuelo, y algunas ranas quisieron comentar la propuesta, pero las autoridades las acallaron enseguida y la vida volvió a la normalidad de siempre. 

Sin embargo, a la mañana siguiente, la niña de las trenzas rubias se quedó asombrada cuando, al sacar el cubo, ¡vio que estaba lleno de ranas!


La Historia de la Semana

sábado, 19 de diciembre de 2009

Mensaje para los enamorados

Se ha escrito mucho acerca del binomio amor-libertad, y seguro que todos los hemos experimentado en nuestra vida.


Visto desde fuera parece que las personas enamoradas pierden su libertad (¡incluso llegan a hacer cosas disparatadas que nos provocan sonrisas!), pero en realidad se trata simplemente de la forma que cada uno da a su libertad personal: en este caso encadenarse al ser querido porque se le quiere. 

Sin embargo, cuando el amor es verdadero la persona amada no se apropia en exclusiva de esa libertad, sino que deja espacio para que crezca y se enriquezcan mutuamente.

De esto trata este Mensaje para los Enamorados, que va dedicado con mucho cariño a todos los enamorados que participan de este blog. 


¡Espero que os guste!


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MENSAJE PARA LOS ENAMORADOS

Nacisteis juntos y juntos para siempre.
Estaréis juntos cuando las alas blancas de la muerte 

esparzan vuestros días.
Sí, estaréis juntos en la memoria silenciosa de Dios.

Pero dejad que haya espacios en vuestra cercanía.
Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros.
Amaos el uno al otro, pero no hagáis del amor una atadura.


Que sea, más bien, un amor inquieto, 
entre las costas de vuestras almas.
Llenaos el uno al otro vuestras copas, 

pero no bebáis solamente de una.
Daos el uno al otro de vuestro pan,
 
pero no comáis del mismo trozo.

Cantad y bailad juntos y estad alegres, 
pero que cada uno sea independiente,
como las cuerdas del laúd, 

que están solas aunque tiemblen al unísono.
Dad vuestro corazón, 

pero no para que vuestro compañero lo tenga.

 

Porque sólo la mano de la Vida 
puede contener vuestros corazones.
Y estad juntos, pero no demasiado juntos,
porque incluso los pilares del templo 

se plantan firmes y separados.
Y ni el roble crece bajo la sombra del ciprés 

ni el ciprés bajo la sombra del roble.

Khalil Gibran



sábado, 11 de julio de 2009

Corazón de cebolla

Escribo desde Roma, donde me encuentro esta semana participando en un curso para misioneros. Tiempo de convivencia, tiempo de compartir; tiempo de reencuentro con amigos de siempre, tiempo de aprender,.... y tiempo de recuperar fuerzas para el curso que viene.


Decimos a veces que las personas 'en el fondo son buenas'. Yo estoy convencido que es un aserto plenamente real. Son las circunstancias que nos rodean las que hacen que se tengan que autoproteger, cubriendo los verdaderos y auténticos sentimientos en capa tras capa para no resultar vulnerable y poder defenderse frente a la adversidad.


Por eso es bueno aprender a ver el corazón de las personas a través de sus manifestaciones y libres de prejuicios. Por cierto, ¿sabéis porque lloramos al pelar una cebolla? Pues seguid leyendo y lo sabréis ...
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Corazón de cebolla


Había una vez un huerto lleno de hortalizas, árboles frutales y toda clase de plantas.


Como todos los huertos, tenía mucha frescura y agrado. Por eso daba gusto sentarse a la sombra de cualquier árbol a contemplar todo aquel verdor y a escuchar el canto de los pájaros.


Pero de pronto, un buen día empezaron a nacer unas cebollas especiales. Cada una tenía un color diferente: rojo, amarillo, naranja, morado... El caso es que los colores eran deslumbradores, centelleantes, como el color de una sonrisa o el color de un bonito recuerdo.


Después de sesudas investigaciones sobre la causa de aquel misterioso resplandor, resultó que cada cebolla tenía dentro, en el mismo corazón (porque también las cebollas tienen su propio corazón), un piedra preciosa. Una tenía un topacio, la otra un aguamarina, aquélla un lapislázuli, la de más allá una esmeralda ... ¡Una verdadera maravilla!


Pero por una incomprensible razón se empezó a decir que aquello era peligroso, intolerante, inadecuado y hasta vergonzoso. Total, que las bellísimas cebollas tuvieron que empezar a esconder su piedra preciosa e íntima con capas y más capas, cada vez más oscuras y feas, para disimular cómo eran por dentro. Hasta que empezaron a convertirse en unas cebollas de lo más vulgar.


Pasó entonces por allí un sabio, que gustaba sentarse a la sombra del huerto y sabía tanto que entendía el lenguaje de las cebollas, y empezó a preguntarlas una por una:


-¿Por qué no eres como eres por dentro?


Y ellas le iban respondiendo:


-Me obligaron a ser así...


-Me fueron poniendo capas... incluso yo me puse algunas para que no me dijeran....


Algunas cebollas tenían hasta diez capas, y ya ni se acordaban de por qué se pusieron las primeras capas. Y al final el sabio se echó a llorar. Y cuando la gente lo vio llorando, pensó que llorar ante las cebollas era propio de personas muy inteligentes.


Por eso todo el mundo sigue llorando cuando una cebolla nos abre su corazón. Y así será hasta el fin del mundo.

viernes, 3 de octubre de 2008

Dos monjes

¿Hasta qué punto nuestro pasado condiciona nuestro futuro?
¿Somos libres para decidir nuestras acciones?
Esto y más en la historia de esta semana.
Abrazos y feliz finde!

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Dos monjes iban caminando por el campo al atardecer; mientras caminaban, oraban y reflexionaban.

Un poco antes de acercarse a un río que tenían que cruzar, el cual no tenía puente para hacerlo, se les acercó una mujer de baja estatura, pidiéndoles que le ayudaran a cruzar el río. Uno de ellos inmediatamente dijo que sí, mientras el otro lo veía con mirada de desaprobación.


El que se apuntó para ayudar a la pequeña mujer la subió en sus hombros y terminado el río la bajó de sus hombros, la mujer quedó muy agradecida con ese monje.

Los monjes siguieron su camino y el que no aprobó la decisión empezó a reclamarle al monje que ayudó a la mujer a cruzar el río acerca de su comportamiento: ¿Porqué subiste a esa mujer a tus hombros?, ¿no sabes que en el convento nos tienen prohibido mantener contacto con mujeres?

El monje que había ayudado a la mujer no respondía a las preguntas del otro monje. Siguieron su camino y el monje insistía en sus preguntas, a lo que el otro monje no respondía.

Poco antes de llegar al convento, el monje le volvió a cuestionar acerca de lo que había hecho y por fin el monje respondió: Hace más de cuatro horas que esta mujer ya no está cerca de mi cabeza, pero sigue en la tuya. ¿Qué ganas con hacerte daño al tener en tu mente cosas del pasado?, ¿qué ganas con tener en tu mente cosas que a ti no te afectan?