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miércoles, 11 de julio de 2018

Los tres ciegos

Creo que fue el famoso Kant el que afirmaba que 'no vemos la realidad como es, sino como somos'. Y es difícil no estar de acuerdo con esta afirmación.

En efecto, solemos estar convencidos que nuestras ideas son las mejores y damos por sentado que llevamos siempre la razón. Todo ello llevados por los prejuicios que por educación, cultura, costumbres,... nos impiden pensar con objetividad.

La historia de esta semana es muy ilustrativa de esta situación, y es muy aplicable a la realidad actual dominada por los medios de comunicación, que intentan presentarnos la realidad de la forma que más les conviene a sus intereses.

La verdadera sabiduría pasa por darse cuenta que hay que aceptar con humildad nuestras limitaciones y estar abiertos a aprender cosas nuevas aunque a veces nos sorprendan.

Pero seguro que de la lectura de Los tres ciegos vais a sacar más ideas prácticas y útiles para la vida diaria. 
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Los tres ciegos


Había una vez tres sabios. Y eran muy sabios. Aunque los tres eran ciegos. Como no podían ver, se habían acostumbrado a conocer las cosas con solo tocarlas. Usaban de sus manos para darse cuenta del tamaño, de la calidad y de la calidez de cuanto se ponía a su alcance.

Sucedió que un circo llegó al pueblo donde vivían los tres sabios. Entre las cosas maravillosas que llegaron con el circo venía un gran elefante blanco. Y era tan extraordinario este animal que toda la gente no hacía más que hablar de él.

Los tres sabios, que eran ciegos, quisieron también conocer al elefante. Se hicieron conducir hasta el lugar donde estaba y pidieron permiso para poder tocarlo. Como el animal era muy manso, no hubo ningún inconveniente para que lo hicieran.

El primero de los tres estiró sus manos y tocó a la bestia en la cabeza. Sintió bajo sus dedos las enormes orejas y luego los dos tremendos colmillos de marfil que sobresalían de la pequeña boca. Quedó tan admirado de lo que había conocido que inmediatamente fue a contarles a los otros dos lo que había aprendido. Les dijo:

- El elefante es como un tronco, cubierto a ambos lados por dos mantas, y del cual salen dos grandes lanzas frías y duras.

Pero resulta que cuando le tocó el turno al segundo sabio, sus manos tocaron al animal en la panza. Trató de rodear su cuerpo, pero éste era tan alto que no alcanzaba a abarcarlo con los dos brazos abiertos. Luego de mucho palpar, decidió también él contar lo que había aprendido. Les dijo:


- El elefante se parece a un tambor colocado sobre cuatro gruesas patas, y está forrado de cuero con pelo para afuera.


Entonces fue el tercer sabio, y agarró el animal justo por la cola. Se colgó de ella y comenzó a balancearse como hacen los chicos con una soga. Como esto le gustaba al elefante, estuvo largo rato divirtiéndose en medio de la risa de todos. Cuando dejó el juego, comentaba lo que sabía. También él dijo:

- Yo sé muy bien lo que es un elefante. Es una cuerda fuerte y gruesa, que tiene un pincel en la punta. Sirve para balancearse.

Resulta que cuando volvieron a casa y comenzaron a charlar entre ellos de lo que habían descubierto sobre el elefante, no se podían poner de acuerdo. Cada uno estaba plenamente seguro de lo que conocía. Y además tenía la certeza de que sólo había un elefante y de que los tres estaban hablando de lo mismo. Pero lo que decían parecía imposible de concordar.

Tanto charlaron y discutieron que casi se pelearon.
Pero al fin de cuentas, como eran los tres muy sabios, decidieron hacerse ayudar, y fueron a preguntar a otro sabio que había tenido la oportunidad de ver al elefante con sus propios ojos.


Y entonces descubrieron que cada uno de ellos tenía razón. Una parte de la razón. Pero que conocían del elefante solamente la parte que habían tocado.


Y le creyeron al que lo había visto y les hablaba del elefante entero.


La Historia de la Semana

domingo, 10 de junio de 2018

Juan Salvador Gaviota

Un libro que marcó toda una generación fue Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach, publicado en el año 1970, y que constituyó todo un éxito literario en su día.

El protagonista del libro es una gaviota aburrida de seguir siempre a la bandada para buscar comida y que un día decide aprender a volar pero de verdad, descubriendo un mundo más allá de su horizonte cotidiano e iniciando un camino de superación que le lleva a la libertad y a la trascendencia.

Me ha parecido muy interesante compartirla en el blog porque trata aspectos como la responsabilidad, el acompañamiento, la perseverancia, la bondad,..., muy educativos y formativos para los jóvenes. Al final he incluido un cuestionario para trabajar sobre los valores que aparecen en el libro y puede ser útil para una clase.

El libro completo se puede descargar pinchando en este enlace.

Acompañando al texto se hizo una película documental muy bonita sólo de gaviotas a la que puso música el compositor Neil Diamond

El tema principal se puede ver en este video:



Algunas frases interesantes que hacen pensar:

Tienes que practicar y llegar a ver a la verdadera gaviota, ver el bien que hay en cada una, y ayudarlas a que lo vean en sí mismas. 

No creas lo que tus ojos te dicen. Sólo muestran limitaciones.
 Mira con tu entendimiento, descubre lo que ya sabes, y hallarás la manera de VOLAR.

Juan Gaviota descubrió que el aburrimiento y el miedo y la ira, son las razones por las que la vida de una gaviota es tan corta, y al desaparecer aquellas de su pensamiento, tuvo por cierto una vida larga y buena.

No se debe amar el odio y el mal.

La película completa, aunque está en mala calidad, se puede ver a continuación. Es un poco larga, pues dura hora y media. En ella se da lectura al libro completo.


Después de leer el libro o ver la película, se puede realizar un animado debate en clase partiendo del cuestionario que viene a continuación con las respuestas que van seguidamente.

Cuestionario para trabajar en una clase
1. ¿Que diferencia a Juan Salvador Gaviota de las otras gaviotas?
2. ¿Que relación hay en el libro entre comer y volar?
3. ¿Porque el dolor se asocia con la felicidad?
4. ¿Porque se plantea en el libro que el aburrimiento, el miedo y la ira acortan la vida?
5. ¿Que le enseña Rafael a Juan?
6. ¿Que le enseña Chiang a Juan?
7. ¿Por qué existe el miedo a aprender?
8. ¿Por qué la bondad y el amor son conocimientos elevados?
9. ¿Que significa "Gaviota que ve lejos,vuela alto"?
10. ¿Que Significa "Supera el tiempo y el espacio, y nos quedará el aquí"?
11. ¿Cuales son las cadenas del pensamiento?
12. ¿Por qué encontrarse a sí mismo es la manera de volar perfectamente?
13. ¿Cuales fueron los 5 primeros valores que reforzó Juan salvador y que le permitieron entender su autonomía?
14. ¿Cuando reconoce Juan Salvador Gaviota la libertad como un derecho?

Respuestas:
1. Juan Salvador no se conforma con el sentido de su existencia y busca un sentido superior. Las otras gaviotas están absortas en su existencia y en su rutina.
2. Para Juan volar es lo más importante en su vida, para las otras gaviota comer es lo importante.
3. El dolor se asocia con la felicidad porque el esfuerzo y el dolor que requiere abandonar una antigua forma de vida y alcanzar objetivos mayores son premiados con la felicidad que significa alcanzarlos.
4. El aburrimiento, el miedo y la ira son trastornos mentales que causan infelicidad y desmejoran la perspectiva de vida de quien los padece.
5. Rafael le enseña a Juan: El sentido de la amistad.
6. Chiang le enseña a Juan: A volar a la velocidad del pensamiento.
7. El miedo aprender es un reto que nos propone cambiar nuestros viejos conceptos y adoptar nuevos, lo que supone un cambio que a veces no queremos asumir.
8. La bondad y el amor son conocimientos elevados por que son el más profundo significado de la vida y la existencia de cada ser.
9. Gaviota que ve lejos, vuela alto: Si tienes objetivos mejores y superiores llegarás muy lejos; si te conformas con lo menos, te quedarás en la mediocridad, la ignorancia y la falta de logros.
10. Superar el tiempo y el espacio y nos quedará sólo un aquí: Significa que todo, no es más que una ilusión y lo que en tu alma prevalece es lo único verdadero.
11. Las cadenas del pensamiento son las falsas creencias que tienes de ti mismo, creer que no puedes, que eres limitado, que eres ignorante y no permitir intentar hacer las cosas por ti mismo.
12. Encontrar la verdadera naturaleza es importante, porque cuando descubres que eres más que un cuerpo limitado y que eres espíritu, entonces descubres que eres más de lo que piensas.
13. Respeto, responsabilidad, perseverancia, voluntad, bondad.
14. Cuando entiende que no se puede pasar por encima de los demás, ya que nuestros derechos terminan donde empiezan los de los demás.

domingo, 6 de mayo de 2018

Llámale...

Todos tenemos experiencias de lo bueno y de lo malo, de lo que nos gusta y de lo que no, de acertar y de equivocarnos,...

Son situaciones de la vida que no podemos evitar. Pero sí podemos darles el sentido correcto para que no nos afecten y nos dominen.
Aquí entra en juego la madurez necesaria para saber aceptar y encajar las diversas circunstancias que nos acontecen. Y el lenguaje desempeña un papel importante a la hora de designar las cosas.

La historia de esta semana nos lo recuerda de forma muy bonita, con este texto titulado Llámale...
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Llámale...   

A eso de caer y volver a levantarte,
de fracasar y volver a comenzar,
de seguir un camino y tener que torcerlo,
de encontrar el dolor y tener que afrontarlo,
a eso, no le llames adversidad,
llámale SABIDURIA.


A eso de sentir la mano de Dios y saberte impotente,
de fijarte una meta y tener que seguir otra,
de huir de una prueba y tener que encararla,
de planear un vuelo y tener que recortarlo,
de aspirar y no poder,
de querer y no saber,
de avanzar y no llegar,
a eso, no le llames castigo,
llámale ENSEÑANZA.

A eso, de pasar días juntos radiantes,
días felices y días tristes,
días de soledad y días de compañía,
a eso, no le llames rutina,
llámale EXPERIENCIA.

A eso de que tus ojos miren y tus oídos oigan,
y tu cerebro funcione y tus manos trabajen,
y tu alma irradie y tu sensibilidad sienta,
y tu corazón ame,
a eso, no le llames poder humano,
llámale MILAGRO.



La Historia de la Semana

domingo, 26 de febrero de 2017

Nunca es demasiado tarde

Decía San Agustín que 'hay que vivir el presente del presente', para indicar que no se puede estar añorando el pasado ni pensando en el futuro sino realizando lo que cada momento de la vida nos va deparando.

Y en ese ir viviendo intensamente el día a día es fundamental la disposición para aprender nuevas cosas e incrementar nuestra sensibilidad y desarrollo personal.

Esa es la actitud de los niños y jóvenes cuando van adquiriendo experiencia y madurez; y cuando falta es señal de que uno se ha hecho mayor, independientemente de la edad que tenga.

En la historia de esta semana comparto un texto de José María Escudero en el que nos recuerda que siempre estamos a tiempo para aprender y rectificar los errores cometidos.

Se titula Nunca es demasiado tarde, y es que realmente nunca es demasiado tarde para ser feliz, para amar, para soñar, para sonreir,... 
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Nunca es demasiado tarde

Nunca es demasiado tarde para perdonar...
Aunque siempre es demasiado pronto para llegar a las manos.


Nunca es demasiado tarde para sonreír...
Aunque siempre es demasiado pronto para lamentarse.

Nunca es demasiado tarde para implicarse...
Aunque siempre es demasiado pronto para pasar de largo.

Nunca es demasiado tarde para abrirse a los otros...
Aunque siempre es demasiado pronto para cerrarse en sí mismo.


Nunca es demasiado tarde para dar el primer paso...
Aunque siempre es demasiado pronto para obsesionarse con la meta.

Nunca es demasiado tarde para edificar puentes...
Aunque siempre es demasiado pronto para construir muros.

Nunca es demasiado tarde para ser feliz...
Aunque siempre es demasiado pronto para sentirse un desdichado.


 Nunca es demasiado tarde para amar...
Aunque siempre es demasiado pronto para juzgar si lo merecen.

Nunca es demasiado tarde para soñar y arriesgar...
Aunque siempre es demasiado pronto para bostezar y “seguir tirando.”

Nunca es demasiado tarde para nacer a una vida nueva...
Aunque siempre es demasiado pronto para seguir muriendo en vida.



La Historia de la Semana

sábado, 24 de septiembre de 2016

El sabio

Mantener los propios ideales en un ambiente hostil no es tarea fácil para nadie. Pero cuando uno es honesto consigo mismo y con los demás hay que intentarlo por todos los medios.

La historia de esta semana, titulada El hombre sabio, nos coloca en la situación de ser discriminados por nuestras ideas y cómo se puede proceder.


Desde luego, hace falta una gran dosis de idealismo y sabiduría para obrar así, pero a la larga es lo que más llena el corazón y realiza a la persona, pues da lo que tiene en su corazón. Aquí va a continuación.
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El hombre sabio

Un hombre sabio con fama de santidad llegó cierta tarde a la ciudad de Akbar. La gente no dio mucha importancia a su presencia, y sus enseñanzas no consiguieron interesar a la población. 

Incluso después de algún tiempo llegó a ser motivo de risas y burlas de los habitantes de la ciudad. 


Un día, mientras paseaba por la calle principal de Akbar, un grupo de hombres y mujeres empezó a insultarlo. 

En vez de fingir que los ignoraba, el sabio se acercó a ellos y los bendijo.

Uno de los hombres comentó:

- ¿Es posible que, además, sea usted sordo?   ¡Gritamos cosas horribles y usted nos responde con bellas palabras!

- Cada uno de nosotros sólo puede ofrecer lo que tiene -fue la sabia respuesta del hombre santo.


La Historia de la Semana

jueves, 9 de julio de 2015

El hijo predilecto

Una pregunta que siempre me ha parecido de lo más antipedagógica es la que formulan algunas personas a los niños pequeños: ‘niño, ¿a quién quieres más: a papá o a mamá?'

Pero a nadie se le ocurre preguntar a los padres a qué hijo quieren más que a los demás. 

La historia de esta semana, titulada El hijo predilecto, ilustra muy bien esta idea de que amor de los padres va dirigido a todos los hijos por igual  y expresa una gran sabiduría de la vida.

También invita a reflexionar sobre un aspecto importante de la vida cotidiana de relación con los demás: ¿hacia quien dirijo mi mirada?, ¿quién es el destinatario de mi acción altruista? 

La historia está sacada de El Camino de la Espiritualidad, de Jorge Bucay. Espero que os guste.

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El hijo predilecto

Un día le preguntaron a un padre a cuál de sus cuatro hijos quería más.
 
El padre respondió que quería a los cuatro por igual. 
Pero el que le preguntaba insistió una y otra vez tratando de arrancarle una respuesta.

Finalmente, el padre, después de pensar, dijo:

- Confieso que al que más quiero es al que creo que más me necesita:

cuando un hijo está enfermo, ése es al que más quiero;

cuando un hijo tiene problemas, ése es al que más quiero;

cuando un hijo sufre una decepción amorosa, ése es al que más quiero;

cuando un hijo sufre un revés económico, ése es al que más quiero;

cuando un hijo tiene dudas de si alguien lo quiere, ése es al que más quiero;

cuando un hijo ha perdido el rumbo, ése es al que más quiero...


La Historia de la Semana

lunes, 25 de mayo de 2015

15 actitudes positivas

La manera de afrontar las situaciones que se nos presentan en la vida condiciona en gran medida nuestra visión de la misma y se convierte en una ayuda o en un peso para el vivir cotidiano.

El que lo ve todo negativo suele tender a la depresión; el que aprecia la bueno de la cosas suele ser más optimista.

Comparto esta semana un texto que me ha llegado acerca de una serie de actitudes para afrontar los retos en los que nos vemos envueltos diariamente, actitudes que favorecen una visión positiva de la vida y ayudan en el quehacer cotidiano.

Para mí, una de las actitudes fundamentales es el no hacer una montaña de un grano de arena, que en muchas ocasiones nos sucede y nos impider ver las situaciones con objetividad, y me recuerda el ver la tierra desde el cielo que tanto insistía Fernando Rielo.

Aquí van a continuación estas 15 actitudes positivas, que condensan de manera sencilla la sabiduría y la madurez de la vida.  Espero que os sea tan útil como a mí.


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15 actitudes positivas frente a la vida

1) No seas rencoroso: el rencor y el odio son un obstáculo para la felicidad.


2) Deja de quejarte: en su lugar, utiliza tu tiempo y energía para hacer algo al respecto.

3) Deja de adivinar las intenciones de las personas: la gente no puede leer la mente.
 

4) No te creas el centro de atención: el mundo gira alrededor del sol, no de ti.

5) Deja de mentir: a largo plazo, la verdad siempre se revela. 


6) Deja de culpar: culpando a otros no se logra nada, solo niegas tu responsabilidad.

7) No seas incrédulo: si piensas que no puedes conseguir algo, quizá estés en lo cierto. Pero no dejes que tus dudas interferieran con los sueños de otras personas. 

Recuerda que el que dice que no se puede hacer, no debe interrumpir al que lo está haciendo.

8) Deja de interrumpir: las relaciones se basan en una comunicación fluida.

9) Deja de ser egoísta. Hay mundo fuera de ti.


10) Deja de juzgar: todo el mundo está luchando su guerra propia y única. No tienes ni idea por lo que están pasando y viceversa.

11) Deja de estar a la defensiva: el hecho de que alguien tenga un punto de vista diferente no significa que esté equivocado. Mantén una mente abierta. 


12) Dejar de comparar a las personas: no hay dos personas iguales. Cada uno tiene sus propias fortalezas. Sólo estamos compitiendo contra nosotros mismos. 

 13) Deja de esperar que la gente sea perfecta: a veces "lo mejor es enemigo de lo bueno". La genuina “bondad” es difícil de encontrar en este mundo.


14) Deja de hacer una montaña de un grano de arena: una forma de comprobar si hay algo que vale la pena seguir dándole vueltas es hacerse esta pregunta: “¿Será este asunto dentro de 5 años tan importante para mi?” Si la respuesta es no, entonces no vale la pena preocuparse.

15) Deja de ser dramático: trata de mantenerte fuera del teatro de otras personas y no crees uno propio.



La Historia de la Semana

sábado, 11 de octubre de 2014

El turista y el sabio

Una tendencia natural en muchas personas es el acaparamiento: ir guardando objetos, ropa, cosas,... simplemente por no saber desprenderse de ellos.

La experiencia y la madurez nos van indicando que aunque el guardar no es malo en sí mismo, hay que aprender a seleccionar lo que se conserva para el futuro.

La historia de esta semana recuerda precisamente que los objetos físicos no tienen tanta importancia en comparación con los valores inmateriales, que el desprendimiento de las cosas nos sitúa en una posición para ver las situaciones de la vida de forma más objetiva.

Y en definitiva que la sencillez es mucho mejor que la opulencia, revelando una sabiduría poco común hoy día, donde se valora más el tener que la generosidad. O como dice la conocida frase No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita.

Lleva por título El turista y el sabio, y viene a continuación. 

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​El turista y el sabio

Se cuenta que en el siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad de El Cairo, Egipto, con la finalidad de visitar a un famoso sabio.
 
El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.

- ¿Dónde están sus muebles? -preguntó el turista. 


Y el sabio, rápidamente, también preguntó:

- ¿Y dónde están los suyos…?

- ¿Los míos?, se sorprendió el turista. ¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!  


- Yo también… -concluyó el sabio. La vida en la tierra es solamente temporal… sin embargo, algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices.



La Historia de la Semana

domingo, 17 de noviembre de 2013

La búsqueda de la sabiduría

En una obra de Antonio Machado aparece una frase que se ha hecho famosa: la verdad es la verdad, la diga Agamenón o la diga su porquero.

En muchas ocasiones sucede que nos impresiona más la forma de decir la cosas, quién las dice, en qué contexto,... que la afirmación en sí, con lo que perdemos la tan necesaria objetividad para poder tomar las decisiones importantes en la vida. 
Y nos parece que algo es más verdad si lo dice Agamenón que si lo dice su porquero...

La historia de esta semana me ha recordado esta cita, y cómo al final la verdad resplandece por sí misma... ¡aunque nos cueste reconocerla!

Se titula La búsqueda de la sabiduría, y aquí va a continuación. Es un poquito larga pero creo que merece la pena.
 
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La búsqueda de la sabiduría

Había una vez un joven que había decidido seguir la vía de la madrurez interior. Acudió a un maestro y le preguntó: 

- Maestro, ¿qué instrucción debo seguir para hallar la verdad, para alcanzar la más alta sabiduría?

El maestro le dijo:

- He aquí, jovencito, todo lo que yo puedo decirte: todo es el Ser. De la misma manera que el agua se convierte en hielo, el Ser adopta todas las formas del universo. No hay nada excepto el Ser. Tú eres el Ser. Reconoce que eres el Ser y habrás alcanzado la verdad, la más alta sabiduría.

El aspirante no se sintió satisfecho. Dijo:

- ¿Eso es todo? ¿No puedes decirme algo más?
- Tal es toda mi enseñanza -aseveró el maestro-. No puedo brindarte otra instrucción.

El joven se sentía muy decepcionado, pues esperaba que el maestro le hubiese facilitado una enseñanza especial y algunas técnicas secretas, incluso algún misterioso sortilegio.
Pero como realmente era un buscador genuino, aunque todavía muy ignorante, se dirigió a otro maestro y le pidió instrucción mística. Este segundo maestro dijo:

- No dudaré en proporcionártela, pero antes debes servirme durante doce años. Tendrás que trabajar muy duramente en mi comunidad. Por cierto, hay un trabajo ahora disponible. Se trata de recoger estiércol de búfalo.

Durante doce años el joven trabajó en tan ingrata tarea. Por fin llegó el día en que se había cumplido el tiempo establecido por el maestro. Habían pasado doce años; ¡doce años recogiendo estiércol de búfalo! Se dirigió al maestro y le dijo:

- Maestro, ya no soy tan joven como era. El tiempo ha transcurrido. Han pasado una docena de años. Por favor, entrégame ahora la instrucción.

El maestro sonrió. Parsimoniosa y amorosamente, colocó una de sus manos sobre el hombro del paciente discípulo, que despedía un rancio olor a estiércol. Declaró:

- Toma buena nota. Mi enseñanza es que todo es el Ser. Es el Ser el que se manifiesta en todas las formas del universo. Tú eres el Ser.

Espiritualmente maduro, al punto el discípulo comprendió la enseñanza y obtuvo iluminación. Pero cuando pasaron unos momentos y reaccionó, dijo:

- Me desconcierta, maestro, que tú me hayas dado la misma enseñanza que otro maestro que conocí hace doce años. ¿Por qué habrá sido?

- Simplemente, porque la verdad no cambia en doce años, tu actitud ante ella, sí.


La Historia de la Semana

miércoles, 9 de octubre de 2013

El mandarín y la lira

Es un lugar común afirmar que 'la vida da muchas vueltas'; y en efecto hay momentos buenos y momentos malos, momentos alegres y momentos tristes, situaciones que nos gustan y otras que nos disgustan.

Pero, ¿con cuales de ellas nos quedamos? Muchas personas se centran en las cosas negativas y ven la vida de color oscuro.

El cuento de esta semana, titulado El mandarín y la lira, me ha recordado que las experiencias buenas y positivas sirven de apoyo en los momentos difíciles y nos pueden ayudar para superar los momentos bajos.

Y sobre todo nos ayudan a mantener la esperanza en el futuro. ¡A ver qué os parece!

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El mandarín y la lira

Hace muchos años, reinaba en la China un mandarín amante de la música. Un día quiso ser dueño de una lira. La lira más hermosa que jamás se hubiera visto y con la que sus músicos pudieran tocar las melodías más dulces.

Sus súbditos se pusieron a trabajar inmediatamente. Sabiendo qué árbol proporciona la mejor madera para instrumentos de este tipo, buscaron un hermoso y viejo fresno; lo cortaron y de él sacaron los trozos más valiosos de madera. Artesanos cualificados trabajaron en la delicada confección de la lira. Cuando estuvo hecha, llevaron el precioso instrumento a manos del mandarín. 

Éste llamó a un músico de su corte para que tocara la lira y le deleitara con sus notas. El músico tomó la lira en sus manos e intentó en vano sacar algún acorde de ella. El mandarín, entre furioso y extrañado, mandó llamar a los mejores músicos del país. Todos salían de la corte cabizbajos y tristes por no haber podido hacer sonar la lira. Cada vez que tocaban, el instrumento parecía emitir gemidos estridentes.

El mandarín paseaba por sus jardines preguntándose qué misterio envolvía a su preciada lira. Uno de sus consejeros le dijo que había oído hablar de un viejo sabio que vivía retirado en las montañas. Sus palabras habían servido de solución a muchas personas que acudían solicitando su ayuda, y su fama se había extendido hasta los confines del imperio. El mandarín ordenó buscarlo y, al cabo de dos semanas, el anciano se presentó en la corte.

El mandarín en persona explicó la rara historia al sabio, quien se retiró a una sala llevando la lira consigo. Poco tiempo después salió de la estancia y, delante del mandarín, comenzó a arrancar las más dulces notas que nunca nadie había oído. 

Maravillado, el mandarín le preguntó cómo lo había conseguido, a lo cual el sabio respondió que su único secreto era el haber hablado a la lira diciéndole que recordara los días en los que un arroyo cantarín fluía en sus cercanías, la yerba que crecía lozana bajo su sombra y los cantos de los pájaros que cobijaba en sus ramas.