jueves, 30 de junio de 2011

Ata tu camello

Uno de los refranes españoles más típicos es el famoso A Dios rogando y con el mazo dando.

La historia de esta semana cuenta la versión oriental de esta idea, que se podría resumir de forma sencilla en cuatro palabras: no eludir nuestras responsabilidades.

En efecto, suele resultar bastante fácil escudarse en otras cosas, y muchas veces en Dios mismo, para no acometer lo que debemos hacer, dejándolo para más adelante o simplemente olvidándolo.

Esta historia nos recuerda que Dios no actúa sin nosotros, que somos sus manos, y que, en última instancia, se va a cumplir su voluntad aunque a veces no la entendamos. O dicho de otra manera: es muy fácil decir que se confía en Dios y luego dormirse en los laureles.

Y sin más, aquí va el relato Confía en Dios pero ata primero el camello.

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Confía en Dios pero ata primero el camello

Un maestro estaba viajando con uno de sus discípulos. El discípulo era el encargado de cuidar del camello.

Llegaron de noche, cansados, a la posada para caravanas. Era obligación del discípulo atar el camello, pero no se molestó en hacerlo y lo dejó fuera. En cambio, se dedicó a rezar. Le dijo a Dios: Encárgate del camello, y se durmió.

Por la mañana el camello no estaba: había sido robado, se había ido... podía haberle ocurrido cualquier cosa.
 

El maestro preguntó: 

-¿Qué ha pasado? ¿Dónde está el camello?

-No lo sé -dijo el discípulo-. Pregúntaselo a Dios, porque yo le dije a Él que lo cuidara ; y como yo estaba cansado, no tengo la menor idea. Yo no soy el responsable porque se lo dije muy claramente. No hay forma de que no lo entendiera: se lo repetí tres veces. Y como siempre enseñas que debemos confiar en Dios, he confiado. Ahora no te enfades conmigo.

El maestro dijo: 

-Confía en Dios, pero primero ata el camello, porque Dios no tiene otras manos que las tuyas. 

Si quiere atar el camello, tendrá que usar las manos de alguien; pues no tiene otras que las tuyas. ¡Y es tu camello! La mejor forma de hacerlo, el camino más sencillo y más fácil es usar tus manos. 

Y confía en Dios. No confíes sólo en tus manos; de otro modo estarás intranquilo. Ata el camello y después confía en Dios.

Preguntarás: ¿Para qué confiar en Dios si ya he atado el camello?; pues porque, aunque esté atado, el camello puede ser robado. 


Haz todo lo que puedas, pero eso no garantiza el resultado. Haz todo lo que puedas, y después acepta lo que ocurra.


La Historia de la Semana  

lunes, 27 de junio de 2011

Tres cosas en la vida

Un buen ejercicio de reflexión es concretar en pocas palabras los deseos o pensamientos que tenemos. 

Por ejemplo, resumir en dos palabras, y no más de dos, cuestiones como:

- ¿qué es lo más importante para mí?
- ¿qué es lo que más me gusta?
- ¿qué espero de un amigo?
- ¿qué aprecio más en una persona?

Y muchas más preguntas de este estilo que se pueden plantear.

La historia de esta semana, titulada Tres cosas en la vida, hace este mismo ejercicio respondiendo con sólo tres palabras a una serie de cuestiones importantes en la vida de una persona, de ahí el título.

Seguramente cada uno añadiría o quitaría alguna pregunta así como sus respuestas, pero en general yo lo suscribiría completamente. 

A ver que le parece a los lectores...

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Tres cosas en la vida

 
Hay tres cosas en la vida que una vez que pasan, nunca regresan:
 
El Tiempo
Las Palabras
Las Oportunidades

 

 
Hay tres cosas en la vida que pueden destruir a una persona:
 
El Enojo
El Orgullo
No Perdonar



 
Hay tres cosas en la vida que nunca se deben perder:

La Esperanza
La Paz
La Honestidad

 
Hay tres cosas en la vida de mayor valor:
 
El Amor
La Bondad
La Familia y los amigos



Hay tres cosas en la vida que no son seguras:
La Fortuna
El Éxito
Los Sueños

Hay tres cosas en la vida que forman a una persona:
El Compromiso
La Sinceridad
El Trabajo Duro



La Historia de la Semana

sábado, 25 de junio de 2011

Decálogo para mantenerse joven

Varios amigos 'maduros' han cumplido años en estas semanas, así que he pensado dedicarles este artículo titulado Decálogo para mantenerse joven.

Una de las cosas que se aprenden al cumplir años es que la juventud no radica en la edad física sino en el espíritu con que se afrontan las situaciones. 

Seguramente conoceremos algún caso de jóvenes que parecen viejos y de ancianos que ven la vida como jóvenes.

Y todo depende de cada uno, de las opciones que tomemos en cada momento: si optamos por la alegría frente a la tristeza, por la esperanza frente al desánimo, por la ilusión frente a la desilusión, por la fortaleza frente a la debilidad,... Y si además ponemos una pizca de humor, pues tenemos el mejor resultado.

Aquí va este decálogo, que espero sea útil a los mayores y a los no tan mayores...

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Decálogo para mantenerse joven


1.- Elimina los números que no son esenciales. Esto incluye la edad, el peso y la altura. Deja que los médicos se preocupen de eso.

2.- Disfruta con los amigos divertidos. A los depresivos, intenta ayudarlos con tu humor.

3.- Aprende siempre: aprende más sobre ordenadores, arte, jardinería, o lo que sea. No dejes que tu cerebro se vuelva perezoso.

4.- Aprecia más las pequeñas cosas.

5.- Ríe muchas veces, durante mucho tiempo y muy alto. Ríe hasta que te falte el aire.  Y si tienes un amigo que te hace reír, … ¡pasa mucho, mucho, mucho tiempo con él!
 
6.- Cuando las lágrimas aparezcan, aguanta, sufre y supéralo.  La única persona que se queda con nosotros toda nuestra vida, somos nosotros mismos. VIVE mientras estés vivo.

7.- Rodéate de las cosas que amas: La familia, los animales, las plantas, tus hobbies, … o lo que sea.  Tu hogar es tu refugio.

8.- Cuida tu salud: Si es buena, … manténla. Si es inestable, … intenta mejorarla. Si no consigues mejorarla, … busca ayuda.

9.- Viaja, toma el sol,  pasea por el monte, visita  un país diferente, en definitiva, intenta, cuando puedas, salir de la rutina diaria.

10.- Dile a las personas que amas, que las quieres en cada oportunidad que tengas.


La Historia de la Semana

martes, 21 de junio de 2011

Hodu l'Adonai

Creo que ya toca un poco de música para propiciar los cinco minutos de relajación diaria aconsejados como imprescindibles para recargar las pilas.

En esta ocasión comparto un tema titulado Hodu l'Adonai del grupo Origen que está inspirado en una canción del folklore sefardí (los sefardíes son los judíos que fueron expulsados de España en el siglo XV), y que podría traducirse por Demos gracias a Dios.

La letra de la canción está en hebreo y es una adoración a Adonai (Dios en el hebreo antiguo) extraída de un salmo del Antiguo Testamento.

Depués de video va la letra en hebreo (por si alguien está interesado) y en español.

¡Espero que os guste!


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La letra en hebreo

Hodu L'Adonai
 
Hodu L'Adonai ki tov, ki l'olam chasdo!
Hodu leylohey ha'Elohim, ki l'olam chasdo!
Hodu L'Adonai ki tov, (hodu l'Adonai ha'adonim)
Ki l'olam chasdo! (l'osey nifla-ot)
Hodu L'Adonai ki tov, (g'dolot l'vado)
Ki l'olam chasdo!

L'osey hashamayim bit'vuna,
L'roka' ha'aretz al hamayim
Hodu ladonai ki tov, ki l'olam chasdo!

Y en español:

Demos gracias a Dios, que es bueno,
porque el Eterno muestra su amor a nuestro pueblo.
Alabad a Dios por encima de todas las cosas,
por cuya mano se han hecho maravillas,
Quien en su sabiduría creó los cielos,
Quien extendió la tierra y las aguas.



La Historia de la Semana  

jueves, 16 de junio de 2011

Children see, children do

Decían los educadores antiguos que "se enseña con lo que se dice, más con lo que se hace, pero mucho más aún con lo que se es".

Yo debo ser muy antiguo pues suscribo completamente el aserto e intento aplicarlo en mi vida cotidiana. 

Es relativamente sencillo explicar matemáticas o lengua. Sin embargo, educar va mucho más allá: supone transmitir unos valores culturales, sociales y personales que el educando debe ver encarnados en el educador. 

El video de esta semana tiene ya varios años y corresponde a una campaña para la protección del menor que se emitió bajo el título Children see, children do, que es muy fácil de traducir: Los niños repiten lo que ven.

De ahí la importancia de que los mayores les demos ejemplo con lo que somos, no simplemente con lo que decimos.


Espero que guste y nos haga reflexionar un poco.



La Historia de la Semana

miércoles, 15 de junio de 2011

Una máxima para educar

Creo que la educación, la buena educación, es una de las asignaturas pendientes de nuestro sistema educativo.

He encontrado este artículo de Aníbal Cuevas, extraído de su libro La felicidad de andar por casa, que me ha parecido muy interesante para el blog.

Está pensado para los padres en la difícil tarea de la educación de sus hijos, pero creo que es muy útil y aplicable para todos los que nos dedicamos al mundillo educativo, y trata sobre la siguiente cuestión: ¿hay que corregir siempre que se ve algo mal o hay que dar un margen de confianza?

Dejo que cada lector opine sobre el tema. Yo comparto las ideas de este artículo, que espero sea de utilidad.

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Una máxima para educar 
 
Omnia videre, multa disimulare, pauca corrigere  que traducido quiere decir ver todo, disimular mucho, corregir poco. 

Se trata de una máxima que sirve para ser aplicada en la vida cotidiana y especialmente en la educación de los hijos.

Parece claro que la labor de los padres no es ni hacer de perros sabuesos ni tampoco estar a la luna de Valencia sin enterarnos de nada. Tenemos la obligación de estar al día de los hijos de los amigos y ambientes que frecuentan, de su estado de ánimo, de sus preocupaciones, de si son sinceros. 

Aún así debemos saber que por mucha confianza que tengamos con ellos, es natural que no cuenten todo.

Los padres debemos procurar que nuestros hogares sean lugares donde apetezca estar y nadie se sienta vigilado ni agobiado. Es aquí donde entra en juego la capacidad de disimular cuando la situación lo requiera y la de corregir cuando haga falta.

La sabiduría y el sentido común de los padres nos indicará cuando corregir y cuando callar. 

El padre más eficaz se sitúa entre el padre agobiante y el que "ni está ni se le espera".


domingo, 12 de junio de 2011

Da siempre lo mejor

La Madre Teresa de Calcuta, ya beata, ha dejado pocas cosas escritas pero de un gran contenido.

La historia de esta semana, Da siempre lo mejor, es una reflexión suya sobre el comportamiento personal, en la que destaca especialmente la idea que da título al relato: dar siempre lo mejor de uno mismo. 

Hay ocasiones en que resulta difícil superarse y no dejarse llevar por las modas imperantes en el entorno, basta ver la situación social y política actual. 

Por eso conviene recordar estos pensamientos que ayudan a 'ver la tierra desde el cielo', sin estar pendientes de lo que digan o hagan los demás.

Aquí va el relato de esta semana.
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Da siempre lo mejor

A veces las personas son egoístas, ilógicas e insensatas …
Aún así perdónalas .

 
Si eres amable, las personas pueden acusarte de egoísta e interesado …
Aún así sé amable.

Si eres un triunfador, tendrás algunos falsos amigos y algunos enemigos verdaderos …
Aún así triunfa.


Si eres honesto y franco, las personas pueden engañarte …
Aún así sé honesto y franco .

 
 
Lo que tardaste años para construir, alguien puede destruirlo de una hora para otra …
Aún así … construye .

Si tienes paz y eres feliz, las personas pueden sentir envidia…
Aún así … sé feliz .



El bien que hagas hoy, puede ser olvidado mañana …
Aún así … haz el bien .

Da al mundo lo mejor de ti, aunque puede que nunca sea suficiente …
Aún así … da lo mejor de ti mismo.

Y recuerda que, a fin de cuentas, todo es entre tú y Dios,
nunca entre tú y los demás.

Madre Teresa de Calcuta



La Historia de la Semana  

martes, 7 de junio de 2011

Leyes del alumno

Llegan los exámenes y para muchos estudiantes es la hora de la verdad: ponerse frente al papel en blanco y demostrar que ¿sabe?, ¿domina? la materia en cuestión.

Hoy nos acordamos desde aquí de todos los sufridos alumnos y les animamos a superar las dificultades que se les plantean en su dura y ardua ascensión hacia la cima del conocimiento. 

Espero que no hagan caso de un grafitti que vi en una universidad que decía: el conocimiento me persigue... ¡pero yo soy más rápido!

Y si es con un poco de humor, mejor todavía :-)), así que aquí van estas Leyes del alumno.

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Leyes del alumno:

1.- El alumno no saca ceros, colecciona huevos de colores.
2.- No copia, ejercita la vista.
3.- No come chicle, fortalece la dentadura.
4.- No se distrae, examina las moscas.
5.- No se duerme, reflexiona.

6.- No fuma, se relaja.
7.- No hace novillos, le reclaman en el bar.
8.- No copia en los exámenes, pone las respuestas en común.
9.- No habla, intercambia opiniones.
10.- No enfada al profesor, estudia sus reacciones.
11.- No llega tarde a clase, se culturiza en el exterior.

12.- No está en las nubes, examina los fluorescentes.
13.- No pone pegas, sirve de relaciones públicas.
14.- No lee revistas, se informa.
15.- No critica al profesor, le saca defectos.
16.- No le enseñan, aprende.

17.- No suspende, le suspenden.
18.- No dice tacos, se desahoga.
19.- No va al despacho del director, lo visita.
20.- No le echan de clase, va a dar una vuelta.
21.- No destroza la clase, la decora a su gusto.
22.- Cuando un alumno sale a la pizarra, toda equivocación se debe al movimiento ondulatorio de la tiza.


viernes, 3 de junio de 2011

El guiso de lentejas

Diógenes Laercio fue un historiador griego de la filosofía clásica que vivió sobre el siglo III d.C. 

En sus escritos cuenta muchos relatos y chismes acerca de sus colegas contemporáneos, pero la historia de esta semana me ha parecido especialmente significativa y de fácil aplicación en nuestros tiempos.

Suele resultar más cómodo hacer el juego a los poderosos y adular a los que están por encima para obtener lo que interesa, que ser fieles a las propias convicciones y aceptar las consecuencias.

Esta historia de Diógenes, titulada El guiso de lentejas, trata precisamente de la adulación, y me ha parecido muy instructiva. ¡Espero que os guste!


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 El guiso de lentejas

Un día, hace muchos años, estaba  Diógenes comiendo un plato de lentejas sentado en el umbral de una casa cualquiera.

No había ningún alimento en toda Atenas más barato que el guiso de lentejas. 

Comer guiso de lentejas significaba que te encontrabas en una situación de máxima precariedad.

Pasó un ministro del Emperador y le dijo:
  
-¡Ay, Diógenes! Si aprendieras a ser más sumiso y adular un poco más al Emperador, no tendrías que comer lentejas.

Diógenes dejó de comer, levantó la vista y, mirando intensamente al acaudalado interlocutor, le contestó:

-¡Ay de ti, hermano! Si aprendieras a comer lentejas, no tendrías que ser sumiso y adular tanto al Emperador.


La Historia de la Semana