jueves, 28 de febrero de 2019

Los pantalones

Comparto esta semana una historia simpática para añadir un poco de humor al blog.

Se trata de un cuento breve extraído del libro La oración de la rana de Anthony de Mello
Ilustra muy bien lo volubles que podemos llegar a ser con las cosas que nos gustan. Se titula Los pantalones, y aquí va a continuación.
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Los pantalones

Una dependienta le vendió unos pantalones de un amarillo rabioso a un muchacho que parecía encantado con su compra.


Al día siguiente volvió el muchacho diciendo que quería cambiar los pantalones. El motivo: “No le gustan a mi novia”.

Una semana más tarde regresó de nuevo, todo sonriente, a comprar otra vez los dichosos pantalones. 


“¿Ha cambiado su novia de opinión?”, le preguntó la dependienta.

“¡No!”, respondió el joven. “He cambiado yo de novia”

La Historia de la Semana

domingo, 10 de febrero de 2019

Los dos peces

Dice nuestro refranero popular que "el pez grande se come al chico". Y lamentablemente es bastante cierto. 

La historia de esta semana lo recuerda de forma muy gráfica y simpática, y nos advierte también de que hay que desconfiar de las buenas palabras del pez grande, no sea que escondan alguna trampa.


Le he puesto la etiqueta de humor porque me ha hecho sonreir, aunque la moraleja es bastante seria: no dejarse llevar por consejos de gente interesada.
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Los peces

Ten cuidado —le dice el pez grande al pez chico—, eso es un anzuelo. No lo muerdas.


¿Por qué? —pregunta el pez chico.

Por dos razones —responde el pez gordo—. La primera es que si lo muerdes, te pescan, te rebozan en harina y te fríen en la sartén. Después te comen, con dos hojitas de lechuga de guarnición.

¡Arrea! Muchas gracias. Me has salvado la vida. ¿Y la segunda razón?

La segunda razón —dice el pez grande— es que te quiero comer yo. 


La Historia de la Semana

miércoles, 6 de febrero de 2019

La peregrinación

Las peregrinaciones son manifestaciones culturales y religiosas muy arraigadas en la sociedad. De una forma u otra se desea y se busca una experiencia de la divinidad. 

Seguro que casi todo el mundo hemos hecho alguna. Pero, ¿qué peregrinación es más importante: la física o la espiritual?

Donde se encuentra Dios y la plena realidad de uno mismo es en el interior de cada uno, y ahí está la mejor peregrinación que podemos hacer: a lo más íntimo de nuestro corazón.

La historia de esta semana, titulada La peregrinación, nos recuerda de forma sencilla esta gran verdad.
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La peregrinación

Sari era un buen hombre con aspiraciones espirituales sinceras y se había propuesto llevar a cabo una larga peregrinación a Benarés para bañarse en el Ganges. Antes de partir, se encontró con un maestro que le preguntó:


-¿Para qué quieres ir allí?

-Para ponerme en contacto con Dios -repuso.

El maestro le ordenó:

-Dame ahora mismo todo el dinero que llevas para el viaje.

Sari le entregó el dinero, el maestro se lo guardó en el bolsillo, y dijo:

-Sé que habrías acudido a Benarés y te hubieras lavado en el Ganges. Pues bien, en lugar de eso, lávate con el agua que llevo en mi cantimplora.

Sari tomó el agua y se lavó la cara y las orejas. El maestro, satisfecho, declaró a continuación:

-Ahora ya has conseguido lo que te proponías. Ya puedes regresar a tu casa con el alma serena, aunque antes quiero decirte algo más. Desde que fue construido Benarés, Dios no ha morado allí ni un solo minuto. Pero desde que fue creado el corazón del hombre, Dios no ha dejado de habitar en él ni un solo instante. Ve a tu casa y medita. Y, siempre que lo necesites, viaja a tu propio corazón. 


La Historia de la Semana