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martes, 16 de noviembre de 2010

Test de Marshmallow

El test de Marshmallow es una prueba psicológica que consiste en medir la capacidad que tienen los niños de resistir a las tentaciones. 

Para ello, se deja solos a niños de cuatro años durante 20 minutos frente a una golosina (marshmallow en inglés) y se les conmina a no devorarla. Si lo consiguen, obtendrán doble ración como premio

Según los estudios llevados a cabo se ha demostrado estadísticamente que quienes pasan el test suelen alcanzar mayor madurez y éxito en etapas posteriores de la vida. A todos les cuesta un gran esfuerzo, y al final no todos son capaces de resistirse. El video es bien simpático.

¿Alguien se imagina una prueba similar para mayores con ... cerveza por ejemplo? ¿Seríamos capaces de resistir... 10 minutos?


viernes, 5 de noviembre de 2010

Resolución de conflictos

El tema de la conflictividad está tristemente de moda en nuestra sociedad. 

Hay conflictos laborales, familiares, políticos, educativos,... Casi en cada ámbito de actividad social aparecen intereses encontrados que desembocan en problemas y dificultades para las personas implicadas.

La mejor manera de resolverlos va en la línea de 'amar hasta dar la vida' y de no hacer al otro lo que no se quiere para uno, pero esto suele resultar bastante difícil de llevar a la práctica. 

Hace unos día leí un artículo sobre el tema de la resolución de conflictos que me ha parecido interesante compartir, y un resumen del mismo es la historia de esta semana.

¡Espero que sea útil de verdad para todos!

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Reglas de oro para el manejo de conflictos
 
1) Respeto y más respeto. Cuando se falta al respeto, ya sea con gritos, malas palabras, acusaciones fuertes, etc. difícilmente se llevará a un buen término la negociación.


2) La forma de decir las cosas. La mayoría de las veces la forma determina el cauce del conflicto.

 
3) Escucha activa y permanente. Es aquí donde más se necesita prestar atención a los sentimientos del otro.

4) Validar al otro: demostrar que se está escuchando, que se le da la importancia que merece, aunque no esté de acuerdo con él.



5) Autocontrol: dentro del conflicto es posible que aparezcan elementos como la soberbia, el orgullo, el egoísmo… que sesgan la información, entorpecen la comunicación y dificultan el hallazgo de soluciones.


6) Actitud flexible: no cerrarse ni negar las posibilidades de abrir el horizonte. No todas las veces se tiene razón y habrá que reconocer que hay que mejorar en ciertos puntos débiles.

 
7) Elegir el momento adecuado, el momento en que las partes se encuentren en estado de tranquilidad. Los períodos emocionales alterados no son los buenos para llegar a un acuerdo.


8) Proponer y buscar soluciones. Siempre deben surgir soluciones, pues de lo contrario no se logrará sanar el problema y  se volverá a repetir.

viernes, 8 de octubre de 2010

Los tres leones

De vez en cuando sobrevienen dificultades inesperadas que parece sobrepasan nuestras fuerzas y, a poco que nos descuidemos, nos quedamos sin capacidad de respuesta. 

E inevitablemente surge la pregunta: ¿cómo afrontar las situaciones difíciles y los problemas?

Por desgracia no hay una fórmula mágica para resolver los problemas, a modo del bálsamo de Fierabras que aparece en El Quijote, pero sí que hay una manera clara de afrontarlos sean grandes o pequeños: siendo conscientes de que estamos por encima de ellos, que siempre podemos crecer un poco más interiormente para ver nuevas perspectivas, nuevos ángulos que son de gran ayuda para superar los obstáculos que se presenten.

Todo esto me ha sugerido la historia de esta semana, titulada Los tres leones. Aquí va:


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Los tres leones


En la selva vivían tres leones. Un día el mono, el representante elegido por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión: 

- Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero hay una gran duda en la selva: existen tres leones y los tres son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?

Los leones supieron de la reunión y comentaron entre sí: 


- La preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener tres reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos. ¿Cómo descubrir al futuro rey?

Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, llegaron a una decisión y se la comunicaron a los tres leones.

- Hemos encontrado una solución muy simple para el problema, y decidimos que Uds. tres van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey.

La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.

El primer león intentó escalar y no pudo llegar. El segundo empezó con todas las ganas, pero también fue derrotado. El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.

Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, ¿cómo elegirían un rey?

En ese momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:

- ¡Yo sé quien debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.

- ¿Cómo?, preguntaron todos.

- Es simple, dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña. 

El primer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!
El segundo león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!
El tercer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido, por ahora! porque tú ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo.

La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: Él es el rey de sí mismo, y está preparado para ser rey de los demás.

Los animales aplaudieron con entusiasmo al tercer león, que fue coronado el Rey de todos los animales. 

viernes, 16 de julio de 2010

El bigote del tigre

El cuento de esta semana es un poco largo, así que para compensar seré breve.

¿Qué esfuerzos estamos dispuestos a hacer para conseguir lo que deseamos? ¿Merecen la pena? ¿Realmente voy en la dirección y sentido necesarios para lograr lo que es importante de verdad?

Todas estas cuestiones y muchas más aparecen en El bigote del tigre, relato sencillo pero ilustrativo en muchos casos de nuestra forma de proceder.

¡Espero que os guste!


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El bigote del tigre

Una mujer joven llamada Yun Ok fue un día a la casa de un ermitaño de la montaña en busca de ayuda. El ermitaño era un sabio de gran renombre, hacedor de ensalmos y pociones mágicas.
Cuando Yun Ok entró en su casa, el ermitaño, sin levantar los ojos de la chimenea que estaba mirando dijo:
- ¿Por qué viniste?

Yun Ok respondió:
- Oh, Sabio Famoso, ¡estoy desesperada! ¡Hazme una poción!
- Sí, sí, ¡hazme una poción! ¡Todos necesitan pociones! ¿Podemos curar un mundo enfermo con una poción ?
- Maestro -insistió Yun Ok-, si no me ayudas, estaré verdaderamente perdida.
- Bueno, ¿cuál es tu problema? -dijo el ermitaño, resignado por fin a escucharla.

- Se trata de mi marido -comenzó Yun Ok-. Tengo un gran amor por él. Durante los últimos tres años ha estado peleando en la guerra. Ahora que ha vuelto, casi no me habla, a mí ni a nadie. Si yo hablo, no parece oír. Cuando habla, lo hace con aspereza. Si le sirvo comida que no le gusta, le da un manotazo y se va enojado de la habitación. A veces, cuando debería estar trabajando en el campo de arroz, lo veo sentado ociosamente en la cima de la montaña, mirando hacia el mar.

- Sí, así ocurre a veces cuando los jóvenes vuelven a su casa después de la guerra -dijo el ermitaño-. Prosigue.
- No hay nada más que decir, Ilustrado. Quiero una poción para darle a mi marido, así se vuelve cariñoso y amable, como era antes.
- ¡Ja! Tan simple, ¿no? -replicó el ermitaño-. ¡Una poción! Muy bien, vuelve en tres días y te diré qué nos hará falta para esa poción.

Tres días más tarde, Yun Ok volvió a la casa del sabio de la montaña.
- Lo he pensado -le dijo-. Puedo hacer tu poción. Pero el ingrediente principal es el bigote de un tigre vivo. Tráeme su bigote y te daré lo que necesitas.
- ¡El bigote de un tigre vivo! -exclamó Yun Ok-. ¿Cómo haré para conseguirlo?
- Si esa poción es tan importante, obtendrás éxito -dijo el ermitaño.

Y apartó la cabeza, sin más deseos de hablar.
Yun Ok se marchó a su casa. Pensó mucho en cómo conseguiría el bigote del tigre. Hasta que una noche, cuando su marido estaba dormido, salió de su casa con un bol de arroz y salsa de carne en la mano. Fue al lugar de la montaña donde sabía que vivía el tigre. Manteniéndose alejada de su cueva, extendió el bol de comida, llamando al tigre para que viniera a comer.
El tigre no vino.

A la noche siguiente, Yun Ok volvió a la montaña, esta vez un poco más cerca de la cueva. De nuevo ofreció al tigre un bol de comida.
Todas las noches Yun Ok fue a la montaña, acercándose cada vez más a la cueva, unos pasos más que la noche anterior. Poco a poco, el tigre se acostumbró a verla allí.
Una noche, Yun Ok se acercó a pocos pasos de la cueva del tigre.

Esta vez el animal dio unos pasos hacia ella y se detuvo. Los dos quedaron mirándose bajo la luna. Lo mismo ocurrió a la noche siguiente, y esta vez estaban tan cerca que Yun Ok pudo hablar al tigre con una voz suave y tranquilizadora.

La noche siguiente, después de mirar con cuidado los ojos de Yun Ok, el tigre comió los alimentos que ella le ofrecía. Después de eso, cuando Yun Ok iba por las noches, encontraba al tigre esperándola en el camino.
Cuando el tigre había comido, Yun Ok podía acariciarle suavemente la cabeza con su mano. Casi seis meses habían pasado desde la noche de su primera visita. Al final, una noche, después de acariciar la cabeza del animal, Yun Ok dijo:

- "Oh, Tigre, animal generoso, es preciso que tenga uno de tus bigotes. ¡No te enojes conmigo!" Y le arrancó uno de los bigotes.
El tigre no se enojó, como ella temía. Yun Ok bajó por el camino, no caminando sino corriendo, con el bigote aferrado fuertemente en la mano.
A la mañana siguiente, cuando el sol asomaba desde el mar, ya estaba en la casa del ermitaño de la montaña.

- ¡Oh, Famoso! -gritó-. ¡Lo tengo! ¡Tengo el bigote del tigre! Ahora puedes hacer la poción que me prometiste para que mi marido vuelva a ser cariñoso y amable.
El ermitaño tomó el bigote y lo examinó. Satisfecho, pues realmente era de tigre, se inclinó hacia adelante y lo dejó caer en el fuego que ardía en su chimenea.

- ¡Oh señor! -gritó la joven mujer, angustiada- ¡Qué hiciste con el bigote!
- Dime como lo conseguiste -dijo el ermitaño.

- Bueno, fui a la montaña todas las noches con un bol de comida. Al principio me mantuve lejos, y me fui acercando poco cada vez, ganando la confianza del tigre. Le hablé con voz cariñosa y tranquilizadora para hacerle entender que sólo deseaba su bien. Fui paciente. Todas las noches le llevaba comida, sabiendo que no comería. Pero no cedí. Fui una y otra vez. Nunca le hablé con aspereza. Nunca le hice reproches. Y por fin, una noche dio unos pasos hacia mí. Llegó un momento en que me esperaba en el camino y comía del bol que yo llevaba en las manos. Le acariciaba la cabeza y él hacía sonidos de alegría con la garganta. Sólo después de eso le saqué el bigote.

- Sí, sí -dijo el ermitaño-, domaste al tigre y te ganaste su confianza y su amor.
- Pero tú arrojaste el bigote al fuego -exclamó Yun Ok llorando-. ¡Todo fue para nada!

- No, no me parece que todo haya sido para nada -repuso el ermitaño-. Ya no hace falta el bigote. Yun Ok, déjame que te pregunte algo:
¿es acaso un hombre más cruel que un tigre? ¿Responde menos al cariño y la comprensión? Si puedes ganar con cariño y paciencia el amor y la confianza de un animal salvaje y sediento de sangre, sin duda puedes hacer lo mismo con tu marido.

Al oír esto, Yun Ok permaneció muda unos momentos. Luego avanzó por el camino reflexionando sobre la verdad que había aprendido en casa del ermitaño de la montaña.

martes, 11 de mayo de 2010

Ser como el río

Paulo Coelho tiene cuentos e historias muy ilustrativas que muestran el camino de la superación personal y el no conformismo con las situaciones que aparentemente se nos escapan de las manos.

El video de esta semana sigue un texto suyo y presenta un paralelismo muy claro entre estas
situaciones de la vida y el escalar una montaña. Los que hemos tenido la experiencia de coronar una cima (aunque no sea un famoso ocho mil sino un modesto tres mil) creo que nos ha servido mucho para el día a día: saber que tras cada reto superado hay otro más interesante. 


Y tal como aparece en el video, ¡¡siempre es mucho mejor en equipo!!

Espero que os guste!

 


viernes, 7 de mayo de 2010

La tortuga y la liebre

Es bien conocida la clásica fábula de la tortuga y la liebre de Esopo, en la que, aunque parezca mentira, la tortuga desafía a correr a la liebre y le gana. 

Pero ha pasado mucho tiempo y han relizado unas cuantas carreras... ¡tantas que al final se han hecho amigas! La historia de esta semana es una ampliación de la fábula con nuevas e instructivas ideas.

De todas las reflexiones que se pueden sacar me quedo con la última: cuando dejamos de competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situación, podemos complementar nuestras capacidades, reducir nuestras debilidades, aprovechar mejor los recursos a nuestro alcance,...

Así que ¡adelante con las carreras que nos depare la vida!! Seguro que encontramos una manera de ganarla.

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La tortuga y la liebre

Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién era más rápida.
Para dirimir el conflicto de opiniones, decidieron echar una carrera.
Eligieron una ruta y comenzaron la competición. 
La liebre comenzó a toda velocidad y corrió enérgicamente durante un buen rato. Luego, al ver que había sacado muchísima ventaja, decidió sentarse debajo de un árbol para descansar unos momentos, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se quedó dormida.
La tortuga, que andaba con paso lento pero constante, la alcanzó, la superó y terminó primero, declarándose ganadora indiscutible de la carrera.

Moraleja: "Los lentos pero constantes y perseverantes, también ganan la carrera."

Pero la historia no terminó aquí, sino que prosigue...

La liebre, decepcionada por haber perdido, hizo un examen de conciencia y reconoció su grave error de subestimar a la tortuga. Se dio cuenta de que por presumida y descuidada había perdido la carrera. Si no hubiese subestimado a su oponente, habría ganado.
Entonces, desafió a la tortuga a una nueva carrera. 
Esta vez, la liebre corrió sin descanso desde el principio hasta el fin y su triunfo fue contundente.

Moraleja: "Los rápidos y tenaces vencen a los constantes y perseverantes."

Pero la historia tampoco termina aquí...

Después de ser derrotada, la tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en velocidad. De la manera como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería.
Por eso, desafió nuevamente a la liebre, pero propuso correr por una ruta distinta a la anterior.
La liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un ancho río. La liebre no sabía nadar, y mientras se preguntaba "¿Qué hago ahora...?", la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó a su paso lento pero seguro y terminó la carrera en primer lugar.

Moraleja: "Quienes identifican su ventaja competitiva (saber nadar) y cambian el entorno para aprovecharla, llegan los primeros."

Pero la historia tampoco termina aquí....

Pasó el tiempo, y tanto compartieron la liebre y la tortuga que terminaron haciéndose amigas. Ambas reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir la última carrera, pero esta vez corriendo en equipo. 
En la primera parte, la liebre cargó a la tortuga hasta llegar al río. Allí, la tortuga atravesó el río a nado con la liebre sobre su caparazón, y ya en la orilla de enfrente la liebre cargó de nuevo a la tortuga hasta llegar a la meta.
Como alcanzaron la línea de llegada en tiempo récord, sintieron una mayor satisfacción que la que habían experimentado en sus logros individuales.

Moraleja: "Es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes capacidades personales. Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar recíprocamente las capacidades de cada uno, no seremos completamente efectivos."

martes, 6 de abril de 2010

La última conferencia

Hace tiempo me llegó este video y reconozco que me impactó.

Es una conferencia, La última conferencia, de un profesor de informática de la Carnegie Mellon University al que le diagnosticaron un cáncer de páncreas y sabe que tiene los días contados. Pero él aprovecha esta circunstancia para motivar a sus alumnos y a su familia. Falleció unos meses después de impartir esta charla.

Mejor que ningún comentario mío es escuchar lo que dice. Aunque dura 10 minutos es muy interesante para los que a veces 'nos ahogamos en un vaso de agua'.

Espero que os sea útil.




sábado, 28 de noviembre de 2009

El carpintero retirado



El último video del blog hacía referencia a las personas mayores desde el punto de vista de cómo las cuidamos los jóvenes. 

La historia de esta semana es el reverso de la moneda: cuando uno se hace mayor va quitando importancia a las cosas y es fácil acabar abandonando el interés y la ilusión por lo que nos rodea, dejándose llevar por la dejadez y el abandono.

Esta historia me ha recordado lo que tantas veces decimos de poner todo nuestro corazón, empeño y entusiasmo en lo que hacemos, aunque a veces nos cueste un poco más o no tengamos las energías suficientes. Pero seguro que a cada uno le suscita una idea particular. 


Así que aquí os dejo con El carpintero retirado.

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El carpintero retirado

 


Había una vez un viejo carpintero que, cansado ya de tanto trabajar, estaba listo para anunciar su retiro y dedicarse a otras cosas. Así se lo comunicó a su jefe, y aunque iba a echar de menos el salario, necesitaba retirarse y estar con su familia. Sabía que de alguna forma sobreviviría.

Al contratista le entristeció muchísimo la noticia de que su mejor carpintero se quería retirar de forma inminente y le pidió un último favor: construir una casa más antes de retirarse. El carpintero aceptó la proposición del jefe y empezó la construcción de la que sería su última casa.



Pero a medida que pasaba el tiempo se dio cuenta de que su corazón no estaba de lleno en el trabajo. Arrepentido de haberle dicho que sí a su jefe, el carpintero no puso el esfuerzo y la dedicación que siempre ponía cuando construía una casa y la construyó con materiales de calidad inferior. Esa era, según él, una manera muy desafortunada de terminar una excelente carrera, a la cual le había dedicado la mayor parte de su vida.  

Cuando por fin el carpintero terminó su trabajo, el contratista vino a inspeccionar la casa.
Al terminar la inspección, junto con un gran abrazo le dio la llave de la casa al carpintero y le dijo: “Esta es tu casa. Quiero que sea mi regalo para ti y tu familia por tantos años de buen servicio a mi lado”. 

 
El carpintero sintió que el mundo se le venía encima… Grande fue la vergüenza interior que sintió al recibir la llave de la casa, ¡de su propia casa!

¡Ay!, si hubiese sabido con antelación que estaba construyendo su propia casa, ¡la habría hecho todo de una manera tan diferente!, ¡se habría esforzado mucho más para que todo hubiera resultado perfecto! 


Pero ya era demasiado tarde....


miércoles, 18 de noviembre de 2009

Sobre la motivación

Uno de los temas más actuales en el mundo educativo y profesional es el de la motivación.

Todos tenemos experiencia personal de que cuando estamos motivados por algo, no nos cuesta prácticamente nada hacer lo que sea. Por ello, saber motivar a los jóvenes, a los hijos, a los alumnos, a las personas sobre las que uno tiene responsabilidad,... es una tarea a veces complicada pero necesaria y que facilita la 'educación en el éxtasis', la mejor forma de transmitir valores y conocimientos.

El video que viene a continuación corresponde al discurso que Steve Jobs, gran gurú de la informática y creador de los famosos Macintosh, iPod, iPhone..., dio en la Universidad de Stanford durante la apertura delcurso 2005-06. Trata precisamente de la motivación y de luchar por cumplir los sueños que uno tenga por difíciles que nos parezcan. 

A mí me ha resultado muy ilustrativo y por eso lo comparto. Es en inglés con subtítulos en español. Espero les guste.



viernes, 23 de octubre de 2009

El ciempiés

Por fin llega el fin de semana y el merecido descanso. Y pasito a pasito vamos llegando a fin de mes, como el ciempiés de la breve historia de esta semana.

Visto desde fuera puede parecer complicado desenvolverse con la facilidad que lo hace un ciempiés. ¿En qué radica esa facilidad? Simplemente en que no está pensando en la dificultad que ello supone sino en llegar a donde se propone. Algunas veces uno se siente desbordado por las circunstancias, como si tuviera que mover cien pies, y nos quedamos trabados e indecisos. Si llega ese momento, creo que lo mejor es hacer como el ciempiés de esta historia. ¡Así que os invito a seguir leyendo para ver el final!

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El ciempiés

-¡Qué complicación y qué maravilla!
, -exclamó el Abad viendo caminar a un ciempiés-, ¡lo hace tan bien que parece facilísimo!

Y de pronto, le vino a la memoria una historia que había escuchado tiempo atrás no sabía dónde:

"Érase una vez un pequeño ciempiés que ya había crecido lo suficiente y sintió que debía lanzarse a caminar. Pero al verse con tantos pies preguntó inquieto a su madre:

- Mamá, para poder andar, ¿qué pies debo mover primero: los pares o los impares, los de la derecha o los de la izquierda, los de delante o los de detrás? ¿O mejor los del centro? ¿Y cómo hay que hacerlo para llegar adonde quiero? ¿Y por qué tengo tantos pies?

A lo que la madre, amorosamente, le respondió:

-Cuando quieras andar, hijo mío, deja de cavilar y ... ¡anda!".

miércoles, 20 de mayo de 2009

La oruga

Una pequeña oruga caminaba un día en dirección al Sol. Muy cerca del camino se encontraba una langosta. -"¿Hacia dónde te diriges?", le preguntó.

Sin dejar de caminar, la oruga contestó: "Tuve un sueño anoche: soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que ví en mi sueño y he decidido realizarlo".

Sorprendida, la langosta dijo mientras su amiga se alejaba: -"Tú debes estar loca. ¿Cómo podrías llegar hasta aquel lugar?. ¡Tú, una simple oruga!. Una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable".

Pero la oruga ya estaba lejos , y no la escuchó.
Sus diminutos pies no dejaron de moverse.

De pronto, se oyó la voz de un escarabajo: -"¿Hacia dónde te diriges con tanto empeño?".

Sudando, la oruga le dijo jadeante: -"Tuve un sueño y deseo realizarlo. Subiré a esa montaña y desde ahí contemplaré todo nuestro mundo".

El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo: -"Ni yo, con patas tan grandes, intentaría una empresa tan ambiciosa".


El escarabajo se quedó en el suelo tumbado de la risa, mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros. Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor, aconsejaron a nuestra amiga a desistir. "¡Tú no lo lograrás jamás!", le dijeron, pero en su interior había un impulso que la obligaba a seguir.

Ya agotada, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construír con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar. "Estaré mejor", fue lo último que dijo, y murió. Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno del que murió por querer realizar un sueño irrealizable.

Una mañana, en la que el Sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto, quedaron atónitos. Aquel capullo duro comenzó a resquebrajarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que podía ser la de la oruga que todos creían muerta...


Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arco iris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: una mariposa.

No hubo nada que decir. Todos sabían lo que haría, se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño: el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.

sábado, 9 de mayo de 2009

El halcón

Siempre me ha sorprendido la cantidad de recursos que tenemos cuando de verdad hacen falta y que desconocemos.

En los campamentos de aprecia en toda su realidad: la experiencia de profesor, y no digamos ya la de jefe de campamento, es algo inolvidable que nos fuerza a sacar de nosotros mismos todo lo mejor en todos los sentidos: físico (yo lo de dormir poco lo llevo fatal!), educativo (siempre hay que estar enseñando) y espiritual (uno toma conciencia de que hay que dar ejemplo para mantener la autoridad).


Todo esto me ha recordado la sencilla historia de esta semana, aunque seguro que a vosotros os sugiere muchas más cosas. Espero que os guste.



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El halcón



Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones y los entregó al maestro de cacería para que los entrenara. Después de unos meses, el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente pero que al otro no sabía que le sucedía, no se había movido de la rama en la que lo depositó el día que llegó.



El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar al ave.



Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió. Al día siguiente, el monarca pudo observar desde la ventana de sus aposentos que el ave aún continuaba inmóvil. Entonces decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón. A la mañana siguiente vio, sorprendido, al halcón volando ágilmente por los jardines.



El rey le dijo a su chambelán que trajera a su presencia al autor de ese milagro. Al poco, apareció ante él un campesino. El rey le preguntó:



- "¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago?"



Intimidado, el campesino le contestó: - "Fue fácil, mi Señor, sólo corté la rama y el halcón voló, se dio cuenta que tenía alas y se puso a volar".

viernes, 6 de febrero de 2009

El mercader y los camellos


Otro finde en puertas. La historia de hoy toca un tema muy personal del que seguramente todos tenemos experiencia: hay situaciones, cosas, personas,... que nos bloquean. Algunas no dependen de nosotros, pero la mayoría sí. ¿Me doy cuenta? ¿Puedo quitarlas?...

Pues nada, a pensar un poco (¡pero ojo sin pasarse demasiado :-)) y con Vds. El mercader y los camellos.

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EL MERCADER Y LOS CAMELLOS



Cuenta una historia árabe que un rico mercader salió a vender mercancías en compañía de sus servidores y con una caravana de 12 camellos.



De noche pararon en un oasis, y cuando el señor ya estaba listo para dormir, llegó su asistente y le dijo:



- Señor, tenemos un problema: Ya hemos amarrado 11 camellos pero olvidamos traer una estaca más y no sabemos que hacer con el que nos falta.



- Muy sencillo, dijo el mercader: Simula delante del animal que clavas la estaca y lo amarras a ella. El camello, que es torpe, creerá que está sujeto y se quedará quieto.



Los servidores hicieron lo que dijo su señor y se fueron a dormir. Al amanecer vieron que todos los camellos estaban en su lugar.



Fue de nuevo el asistente y le dijo al comerciante que tenían los camellos listos para partir, pero no podían poner en camino al camello número 12.



El señor les dijo que simularan desatarlo porque él creía que estaba amarrado.



Así se hizo y la caravana pudo proseguir su camino sin más contratiempos.



Y a nosotros, ¿cuántos lazos mentales nos frenan?


domingo, 23 de noviembre de 2008

El sentido de la vida


¡Qué deprisa pasan las semanas, ¿verdad?! ¡A mi es que se me van volando!
Pero pienso que lo importante es sobre todo cómo sueño en mi corazón las cosas que están por delante, la esperanza que pongo en el futuro aunque el presente no lo vea del todo claro.
Os dejo con este texto sobre 'El sentido de la vida', que trata precisamente sobre este tema.

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EL SENTIDO DE LA VIDA

Sólo tu fe hará que sigas adelante cuando te encuentres ante un muro.
Que te levantes cuando caigas o que lo intentes otra vez cuando fracases.
Porque la fe mueve montañas.
No la fe ciega del que se niega a comprender,
del que no sabe y se conforma con no saber
–eso no es fe: eso es ceguera-,
Sino una fe de hombre y mujer que busca y lucha por sus sueños,
una fe activa:
Fe de vida y de esperanza,
Fe en ti mismo y en los demás, en su nobleza,
en la verdad de sus razones y hasta en sus buenas intenciones.
Fe en esta luz del nuevo día y en sus promesas y alegrías.
En la bondad, en la justicia,
en este mundo y en el otro,
en el Dios todo poderoso y en el amor que todo lo puede.
Fe en lo imposible si es hermoso.
En el futuro, en el presente,
En que no hay mal que siempre dure,
En cualquier caso, sobre todo y frente a todo:
¡Fe!