De vez en cuando sobrevienen dificultades inesperadas que parece sobrepasan nuestras fuerzas y, a poco que nos descuidemos, nos quedamos sin capacidad de respuesta.
E inevitablemente surge la pregunta: ¿cómo afrontar las situaciones difíciles y los problemas?
Por desgracia no hay una fórmula mágica para resolver los problemas, a modo del bálsamo de Fierabras que aparece en El Quijote, pero sí que hay una manera clara de afrontarlos sean grandes o pequeños: siendo conscientes de que estamos por encima de ellos, que siempre podemos crecer un poco más interiormente para ver nuevas perspectivas, nuevos ángulos que son de gran ayuda para superar los obstáculos que se presenten.
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Los tres leones
En la selva vivían tres leones. Un día el mono, el representante elegido por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión:
En la selva vivían tres leones. Un día el mono, el representante elegido por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión:
- Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero hay una gran duda en la selva: existen tres leones y los tres son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?
Los leones supieron de la reunión y comentaron entre sí:
- La preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener tres reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos. ¿Cómo descubrir al futuro rey?
Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, llegaron a una decisión y se la comunicaron a los tres leones.
- Hemos encontrado una solución muy simple para el problema, y decidimos que Uds. tres van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey.
La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.
El primer león intentó escalar y no pudo llegar. El segundo empezó con todas las ganas, pero también fue derrotado. El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.
Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, ¿cómo elegirían un rey?
En ese momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:
- ¡Yo sé quien debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.
- ¿Cómo?, preguntaron todos.
- Es simple, dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña.
El primer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!
El segundo león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!
El tercer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido, por ahora! porque tú ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo.
La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: Él es el rey de sí mismo, y está preparado para ser rey de los demás.
Los animales aplaudieron con entusiasmo al tercer león, que fue coronado el Rey de todos los animales.
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