He recibido recientemente unas fotos de algunas de las actividades que he realizado este verano y he tenido la viva impresión de que ya están lejísimos, pues han sido tantas las cosas, tan intensas y tan variadas que no me parece las haya realizado hace menos de dos meses.
(La foto es del bautizo de Amané, hijo de Yoly y Juanjo, en Traspinedo, Valladolid).
Se suele decir que vacaciones es sinónimo de cambio de actividad: dejar la labor cotidiana y hacer algo distinto.
(Aquí en una comida familiar en Zaragoza)
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(en un momento de reflexión en el campamento de Quintanabaldo, Burgos).
Resumiendo, ¡un verano que se me ha pasado volando! Y aquí van algunos fotos para que quede constancia.
(en una visita al Coliseo romano acompañado de Gabriel, en Roma evidentemente; y en Robledillo de la Jara, Madrid, con Javier, monaguillo excepcional)
No me queda sino agradecer a todos los amigos que me han acompañado en esos días de verano y dejar constancia aquí de los gratos momentos vividos en su compañía. ¡Muchas gracias!
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