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sábado, 11 de febrero de 2012

Señales

Estamos cerca de San Valentín, patrono de los enamorados, y me ha parecido oportuno compartir este cortometraje titulado Señales, del año 2008 y que ganó el festival de Cannes en el 2009.

La vida de un oficinista solitario y melancólico es un poco aburrida, y el entorno individualista en el que desarrolla su trabajo no se presta mucho a las amistades, a pesar de estar rodeado de compañeros de oficina.

Pero está atento a las señales que observa a su alrededor ya que necesita compartir y relacionarse, y así, en medio de la soledad y la falta de comunicación, encuentra la señal más llamativa... la del amor. 

¡Espero que os guste!  ¡Y muchas felicidades a los enamorados que se asoman por estas páginas!



jueves, 15 de diciembre de 2011

¿Por qué la gente grita?

La historia de esta semana me ha hecho caer en la cuenta de una observación de la realidad: cuando nos enfadamos solemos alzar la voz.

Parece que si gritamos más alto que la otra persona vamos a tener más razón, lo cual es evidentemente falso.

Pero lo que sí es cierto es que se produce una separación interior y se resquebrajan los puntos de unión con el otro. 

Por eso hay que tener mucho cuidado en esos momentos para no romper los puentes definitivamente: cuando se produce una separación de los corazones es muy difícil acercarlos de nuevo.

Esto es lo que me ha sugerido el relato ¿Por qué la gente grita?, pero seguro que a los lectores les sugiere muchas más ideas...
 
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¿Por qué la gente grita?

Un día un sabio preguntó a sus discípulos lo siguiente:
- ¿Por qué las personas gritan cuando están enojadas?

Los discípulos, tras pensar unos momentos, contestaron:
- Porque perdemos la calma –dijo uno– por eso gritamos.

- Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? –preguntó una vez más- ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?

Los discípulos dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al maestro, así que finalmente explicó: 

– Cuando dos personas están enojadas sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar para poder escucharse. Mientras más enojadas estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.

Luego preguntó: 

– ¿Pero qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente, ¿por qué?: sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña. 

Y cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede?: no hablan, sólo susurran y se vuelven aún más cercanos en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuán cerca están dos personas cuando se aman.

Luego el sabio concluyó: 

- Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.



jueves, 10 de marzo de 2011

Oktapodi

¿Hasta dónde estaríamos dispuestos a llegar para ayudar a un amigo?

¿Y si además es la persona con la que quiero compartir mi vida?

El video de esta semana es una simpática animación  que narra una tierna y divertida historia de amor en el mundillo de los pulpos.

Se titula Oktapodi (que debe ser algo así como pulpo en griego) y está ambientada en un pueblecito de Grecia.

Está realizada por estudiantes (¡que tiene mérito!) y recibió un Oscar al mejor corto de animación hace unos años. 

Aquí se hace realidad la frase famosa 'hasta que la muerte os separe...'




La Historia de la Semana

jueves, 24 de febrero de 2011

Porcelain Unicorn

Comparto esta semana un corto que me acaban de enviar y que fue ganador del concurso Philips Parallel Lines 'Tell It Your Way', o sea, algo así como 'dilo a tu manera'.

Se titula Porcelain Unicorn (El unicornio de porcelana), y en 3 minutos condensa toda una historia de amor y amistad que reúne los más valiosos elementos que podemos desear en la vida: defensa del débil, justicia, generosidad, superación de dificultades, espera, reencuentro,...

Y especialmente una ternura que a mí me ha llamado mucho la atención. Pero seguro que a cada uno que lo vea le dirá mucho más.

Tiene un breve diálogo en inglés pero se entiende perfectamente. 

Y sin más aquí va Porcelaine Unicorn. ¡A ver si os gusta!




La Historia de la Semana

viernes, 11 de febrero de 2011

El cielo

La amistad es uno de los valores más importantes que tenemos y debemos cultivar. Ya decía el clásico que Quien tiene un amigo tiene un tesoro, y es un tema que ha salido repetidamente en el blog.

La historia de esta semana es un cuento de Paolo Coelho que trata de la amistad y lleva por título El Cielo

Seguramente muchos ya lo conocerán, pero merece la pena incluirlo aquí porque nos recuerda que a un amigo de verdad no hay que dejarlo abandonado.

Y no sólo eso, sino que hay que cuidar y alimentar la amistad para que siga creciendo y echando raíces en lo más profundo del corazón. O dicho en palabras de Jesús: No hay mayor amor que dar la vida por el amigo.

Y con mi gratitud a todos mis amigos, de los que tanto he aprendido y me han enseñado, aquí va El Cielo, de Paulo Coelho. ¡Espero que os guste!

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El cielo

Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un enorme árbol, cayó un rayo y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio
cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales; a veces los muertos tardan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición.

La carretera era muy larga, colina arriba; el sol era muy fuerte, estaban sudados y sedientos. En una curva del camino vieron un portal magnífico, todo de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde manaba un agua cristalina. El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada. 
 - Buenos días.
- Buenos días -respondió el guardián.
- ¿Cómo se llama este lugar tan bonito?
- Esto es el Cielo.
- ¡Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos!
- Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera. -y el guardián señaló la fuente.
- Pero mi caballo y mi perro también tienen sed.
- Lo siento mucho -dijo el guardián- pero aquí no se permite la entrada a los animales. 



El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo; dio las gracias al guardián y siguió adelante. Después de caminar un buen rato cuesta arriba, exhaustos, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puertecita vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles. 

A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero, posiblemente dormía.
- Buenos días -dijo el caminante. 
El hombre respondió con un gesto con la cabeza.
- Tenemos mucha sed mi caballo, mi perro y yo.
- Hay una fuente entre aquellas rocas -dijo el hombre, indicando el lugar.
- Podéis beber tanta agua como queráis.

El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed. El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre.
- Podéis volver siempre que queráis -le respondió.-
- A propósito ¿cómo se llama este lugar? -preguntó el hombre.

- El Cielo.
- ¿El Cielo? ¡Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!
- Aquello no era el Cielo, era el Infierno.

El caminante quedó perplejo.
- ¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe de provocar grandes confusiones! -dijo. 

- ¡De ninguna manera! En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.

Paulo Coelho

La Historia de la Semana

viernes, 10 de diciembre de 2010

El rey y el pordiosero

En ocasiones estamos tan metidos en los asuntos del día a día que se nos olvida ver las situaciones en perspectiva para poderlas apreciar en su totalidad y no dejarnos llevar por el momento.

La historia de esta semana quiere recordar este tema: que estemos donde estemos y como estemos nunca olvidemos quiénes somos, de dónde venimos y cuál es nuestro destino, y en definitiva tener una visión humilde de las cosas.

Fernando Rielo lo resume de forma concisa: 'es preferible mirar la tierra desde el cielo que el cielo desde la tierra'. 

El cuento se titula El rey y el pordiosero, y aunque es un poquito largo espero que os guste.

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El rey y el pordiosero

Latif era el pordiosero más pobre de la aldea. Cada noche dormía en el zaguán de una casa diferente, frente a la plaza central del pueblo. Cada día se recostaba debajo de un árbol distinto, con la mano extendida y la mirada perdida en sus pensamientos. Cada tarde comía de la limosna o de los mendrugos que alguna persona caritativa le acercaba.

Sin embargo, a pesar de su aspecto y de la forma de pasar sus dias, Latif era considerado por todos, el hombre más sabio del pueblo, quizás no tanto por su inteligencia, sino por todo aquello que había vivido.

Una mañana soleada el rey en persona apareció en la plaza. Rodeado de guardias caminaba entre los puestos de frutas y baratijas buscando nada. Riéndose de los mercaderes y de los compradores, casi tropezó con Latif, que dormitaba a la sombra de una encina. Alguien le contó que estaba frente al más pobre de sus súbditos, pero también frente a uno de los hombres más respetados por su sabiduría.

El rey, divertido, se acercó al mendigo y le dijo:
- “Si me contestas una pregunta te doy esta moneda de oro.”

Latif lo miró, casi despectivamente, y le dijo:
- “Puedes quedarte con tu moneda, ¿para qué la querría yo? ¿Cuál es tu pregunta?

Y el rey se sintió desafiado por la respuesta y en lugar de una pregunta banal, se despachó con una cuestión que hacía días lo angustiaba y que no podía resolver. Un problema de bienes y recursos que sus analistas no habían podido solucionar.

La repuesta de Latif fue justa y creativa. El rey se sorprendió; dejó su moneda a los pies del mendigo y siguió su camino por el mercado, meditando sobre lo sucedido.

Al día siguiente el rey volvió a aparecer en el mercado. Ya no paseaba entre los mercaderes, fue directo a donde Lafit descansaba, esta vez bajo un olivar. Otra vez el rey hizo una pregunta y otra vez Latif la respondió rápida y sabiamente. El soberano volvió a sorprenderse de tanta lucidez. Con humildad se quitó las sandalias y se sentó en el suelo frente a Latif.

- “Latif te necesito,” le dijo. “Estoy agobiado por las decisiones que como rey debo tomar. No quiero perjudicar a mi pueblo y tampoco ser un mal soberano. Te pido que vengas al palacio y seas mi asesor. Te prometo que no te faltara nada, que serás respetado y que podrás partir cuando quieras… por favor.”

Por compasión, por servicio o por sorpresa, el caso es que Latif, después de pensar unos minutos, aceptó la propuesta del rey.

Esa misma tarde llegó Latif al palacio, en donde inmediatamente le fue asignado un lujoso cuarto a escasos doscientos metros de la alcoba real. En la habitación, una tina de esencias y con agua tibia lo esperaba.

Durante las siguientes semanas las consultas del rey se hicieron habituales. Todos los días, a la mañana y a la tarde, el monarca mandaba llamar a su nuevo asesor para consultarle sobre los problemas del reino, sobre su propia vida o sobre sus dudas espirituales.

Latif siempre contestaba con claridad y precisión. El recién llegado se transformó en el interlocutor favorito del rey. A los tres meses de su estancia ya no había medida, decisión o fallo que el monarca no consultara con su preciado asesor, lo que desencadenó los celos de todos los cortesanos que veían en el mendigo-consultor una amenaza para su propia influencia y un perjuicio para sus intereses materiales.

Un día todos los demás asesores pidieron audiencia con el rey. Muy circunspectos y con gravedad le dijeron.

- “Tu amigo Latif, como tú llamas, está conspirando para derrocarte.”

- “No puede ser” dijo el rey. “No lo creo.”

- “Puedes confirmarlo con tus propios ojos,” dijeron todos. “Cada tarde a eso de las cinco, Latif se escabulle del palacio hasta el ala Sur y en un cuarto oculto se reúne a escondidas, no sabemos con quién. Le hemos preguntado a dónde iba alguna de esas tardes y ha contestado con evasivas. Esa actitud terminó de alertarnos sobre su conspiración.”

El rey se sintió defraudado y dolido. Debía confirmar esas versiones. Esa tarde a las cinco, aguardaba oculto en el recodo de una escalera. Desde allí vio cómo, en efecto, Latif llegaba a la puerta, miraba hacia los lados y con la llave que colgaba de su cuello abría la puerta de madera y se escabullía sigilosamente dentro del cuarto.

- “Lo visteis” gritaron los cortesanos, “lo visteis?”

Seguido de su guardia personal el monarca golpeó la puerta.

- “¿Quién es?” dijo Latif desde adentro.

- “Soy yo, el rey,” dijo el soberano. “Ábreme la puerta.”

Latif abrió la puerta. No había nadie allí, salvo Latif. Ninguna puerta, o ventana, ninguna puerta secreta, ningún mueble que permitiera ocultar a alguien.

Sólo había en el piso un plato de madera desgastado, en un rincón una vara de caminante y en el centro de la pieza una túnica raída colgando de un gancho en el techo.

- “¿Estás conspirando contra mi Latif?” pregunto el rey.

- “¿Cómo se te ocurre, majestad?” contesto Latif. “De ninguna forma, ¿por qué lo haría?”

- “Pero vienes aquí cada tarde en secreto. ¿Qué es lo que buscas si no te ves con nadie? ¿Para qué vienes a este cuchitril a escondidas?”

Latif sonrió y se acercó a la túnica rota que pendía del techo. La acarició y le dijo al rey:

- “Hace sólo seis meses cuando llegué, lo único que tenía eran esta túnica, este plato y esta vara de madera” dijo Latif. “Ahora me siento tan cómodo en la ropa que visto, es tan confortable la cama en la que duermo, es tan halagador el respeto que me das y tan fascinante el poder que regala mi lugar a tu lado…  que vengo cada día para estar seguro de no olvidarme de quién soy y de dónde vine”.

jueves, 8 de julio de 2010

El Beso

Esta semana comparto un cuento infantil, de los de 'toda la vida', que me ha parecido muy interesante. Se trata de El Beso, de Didier Levy

Y es que los cuentos no sólo sirven para entretener y dormir a los niños: también tienen una enseñanza para los mayores.

En este cuento, por medio de una situación ingenua y sencilla nos habla de la importancia de la amistad, incluso donde menos se espera, y sobre todo, que la amistad hay que cultivarla con cariño y amor.

A continuación, El Beso.


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El Beso


Un buen día, apareció una ratita y besó a un gato.



-¡Esto es imposible! -chilló el gato, secándose el morro.

-¡Anda ya! Cómo te pones por un besito de nada -respondió la ratita.

-¡Largo de aquí! -se enfureció el gato- O te vas o te como en un santiamén.

-De acuerdo -dijo la ratita, y regresó de nuevo a su agujero de ratita.


A la mañana siguiente, el gato estaba charlando con una gata muy bonita... Y, entonces, ¿quién llegó para darle un beso?

-¿Pero cómo puedes dejarte besar por una ratoncita? -dijo la gata bonita.

- De eso nada -respondió el gato enojado.

- ¿Te burlas de mí? -contestó la gata-. Una ratoncita ha pasado por aquí, te ha dado un beso en la punta de la nariz y se ha largado hacia su agujero.

A la mañana siguiente, claro está, la ratita llegó para darle su beso del día.

- ¿Pero se puede saber qué te ocurre, gato? -preguntó la ratita-. Parece que te duela la barriga.


-Soy el hazmerreír de todos los gatos del barrio -dijo el gato muy triste-. Todo quisque sabe que me das besos en la nariz. Ya me dirás lo que parezco ahora...

-¿Quieres que deje de darte besitos? -propuso la ratita.

-Ahora ya es demasiado tarde -suspiró el gato. - Mi fama está hecha.

Entonces, la ratita dio un beso al gato y se largó a todo correr. Ni a la mañana siguiente, ni durante un día ni dos después, la ratita apareció.

El gato empezaba a sentirse mejor. Al cuarto y al quinto día, ella tampoco dio señales de vida. El gato se sentía aliviado. Pero, curiosamente, al mismo tiempo se preguntaba qué habría sido de la ratita. De alguna forma, la echaba en falta.

Entonces, como si nada, el gato empezó a buscar a la ratita.

Muy despacito se acercó a todos los agujeros donde vivían los ratones y, como si la cosa no fuera con él, fue preguntando si conocían, por casualidad, a una ratita que se dedicaba a besar a los gatos en la punta de la nariz.


Evidentemente, como estaban seguras dentro de su agujero, la ratitas se burlaron del gato:

-Y tu hermana, ¿no da besos a los elefantes? -le preguntaron sin parar  de reír.

¡Ah!, que triste y solo
se sentía el gato. Casi casi se pone a llorar.  ¡Pero un gato no llora! Sin embargo, cerró los ojos. Quién sabe si, a pesar de  todo, no había una lágrima que quería escaparse...

Pero, en ese instante, ¿quién vino para darle un beso en la punta de la nariz? El gato abrió los ojos y se fijó un buen rato en la ratita.

-¿Ahora en qué estás pensando, gato?

-Me pregunto si un gato y una ratita pueden ser amigos-respondió el gato.


-Escucha a tu corazón -dijo la ratita.

Entonces el gato se puso a escuchar su corazón bastante tiempo. Y por toda respuesta, depositó un beso muy chiquito en la frente de la ratita. 


Didier Lévy

 

viernes, 2 de abril de 2010

No preguntes

Es muy frecuente escuchar opiniones sobre todas las cosas, pero no lo es tanto comprometerse con ellas para resolverlas. Solemos elegir el camino más fácil que menos nos incomoda.


El texto de esta semana lleva por título No preguntes, y, ya que estamos metidos de lleno en la Semana Santa, quiere interpelarnos personalmente en ese sentido, a no quedarnos en la superficie de las cosas sino vivir un acompañamiento real, claro y práctico con las personas, de manera especial los que tengo más a mano: nuestros amigos y seres queridos.


¡Espero que os haga pensar un poco!






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No preguntes

Al triste, no le preguntes la historia de su desgracia.
Sino dile que, en ti, tiene un amigo.

Al que llora, no le escudriñes el origen de su llanto.
Sino dile que tú tienes un hombro, un pañuelo, una sonrisa.

Al que anda tambaleante por la vida no le analices

por qué no ha llegado nunca a ninguna parte...
Mejor dile que tú tienes una luz, un consejo
y un bastón por si llegara a necesitarlos.

Al que anda sin templo y sin oración, 
no le preguntes por qué es un descreído.
Mejor enséñale a Dios 
y mételo en el secreto de tu plegaria.


A esos que hacen un caos de su vida, 
no les preguntes qué causa su confusión.
Mejor enséñales el rastro sosegado de la fe 
y el fluir constante de tu serenidad.

Al que anda dolido y agotado con su cruz

no le preguntes por qué le pesa tanto.
Mejor ponlo en posición de que Dios se irradie sobre él.
Y ya poco a poco irá llegando la luz.

Al que se resiste a seguir y se siente vencido,

no le andes por las normas, 
las deducciones y los raciocinios.
Mejor dale la mano y dile: "¡Voy contigo!"

No le preguntes a cada uno su necesidad...
Mejor demuéstrales que siempre hay un sueño
más asombroso que su mala suerte. 


viernes, 15 de enero de 2010

De ángeles y amigos

Cuando era niño se hablaba bastante del angel de la guarda; hoy en cambio casi nos hemos olvidado de él. Por eso me ha gustado el texto que comparto para la historia de esta semana: la diferencia entre ángeles y amigos.

Yo estoy convencido que todos tenemos nuestro ángel de la guarda, ¡y algunos hasta tienen nombre y apellido! Seguro que a poco que pensemos lo podemos identificar; pero la pregunta que me ronda va todavía un paso más allá: ¿de quién soy yo el ángel de la guarda?

De todo esto precisamente, de ángeles y de amigos, trata la historia de hoy. Espero que os guste!


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De ángeles y amigos

Un ángel tiene la obligación de cuidarnos; un amigo nos cuida por amor.



Un ángel te ayuda evitando que tengas problemas; un amigo te ayuda a resolverlos.

Un ángel te ve sufrir, sin poderte abrazar; un amigo te abraza, porque no quiere verte sufrir.

Un ángel te ve sonreír y observa tus alegrías; un amigo te hace sonreír y te hace parte de sus alegrías.

Un ángel sabe cuando necesitas que alguien te escuche; un amigo te escucha, sin decirle que lo necesitas.

Un ángel en realidad es parte de tus sueños; un amigo comparte y lucha para que tus sueños sean una  realidad.

Un ángel siempre esta contigo ahí; un amigo, cuando no está contigo, también piensa en ti.

Un  ángel no nos escoge, Dios nos lo asigna; un amigo nos toma de la mano y nos acerca a Dios.

Un ángel vela tu sueño; un amigo sueña contigo.

Un ángel aplaude tus triunfos; un amigo te ayuda para que triunfes.
 
Un ángel se preocupa cuando estás mal; un amigo se desvive porque estés bien.
 
Un ángel recibe una oración tuya; un amigo hace una oración por ti.



Un ángel te ayuda a sobrevivir; un amigo vive por ti.


Para un ángel, eres una misión que cumplir; para un amigo, eres un tesoro que defender.

Un ángel quisiera ser tu amigo; un amigo, sin proponérselo, también es tu ÁNGEL.

viernes, 11 de diciembre de 2009

La Calumnia

La anterior entrada está dedicada a la paz.

Normalmente cuando hablamos de la paz pensamos en los países que están guerra, en sitios lejanos, en conflictos complicados. Y no solemos caer en la cuenta de que la paz comienza por nuestro propio entorno. Difícilmente se puede conseguir la paz si no la vivimos cada uno en el entorno, pequeño o grande, que nos corresponde: nuestra familia, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo,...


La historia de esta semana trata de un aspecto que va muy unido a la paz, pues la violencia no sólo se ejerce por la fuerza. También los comentarios pueden ser muy hirientes y no contribuyen a la paz. Y entre ellos están las calumnias o maledicencias que a veces corren de boca en boca en algunos ambientes.  


La historia de esta semana, que precisamente lleva por título La Calumnia, es un buen recuerdo para que no nos dejemos llevar por los comentarios negativos, y más aun en estos tiempos en que estamos a las puertas de la navidad y los buenos sentimientos tienen que ser los predominantes.

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La calumnia


Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, y todo por la envidia que le entró al ver el éxito que éste había alcanzado.

Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:

- "Quiero arreglar todo lo que hice, ¿cómo puedo hacerlo?", a lo que el sabio respondió:

- "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suéltalas donde quiera que vayas".


El hombre, muy contento por aquello tan fácil, tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas. Volvió donde el sabio y le dijo:

- "Ya he terminado", entonces el sabio contestó:

- "Esa era la parte fácil... ahora debes volver a llenar el saco con esas mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".

El hombre se sintió muy triste pues sabía lo que eso significaba, y no pudo juntar casi ninguna. 


Al volver, el hombre sabio le dijo:


- "Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya esta hecho. Lo único que puedes hacer ahora es perdirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".

viernes, 4 de diciembre de 2009

Una leyenda árabe

En la historia de esta semana seguimos con el tema de la entrada anterior: la amistad, recordando en esta ocasión una leyenda árabe, sobradamente conocida pues ha circulado por la red hace tiempo, pero que nunca está de más recordar, y que versa sobre el valor de la auténtica amistad a la hora de valorar en su justa medida los agravios y los favores de las personas que queremos. 

Es todo un alegato en favor de la verdadera amistad.



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UNA LEYENDA ARABE

Cuenta una leyenda árabe que dos amigos viajaban juntos por el desierto y en un punto determinado del camino discutieron y uno abofeteó al otro.



El otro, ofendido, sin decir palabra escribió en la arena la siguiente frase.

"HOY MI MEJOR AMIGO ME HA ABOFETEADO"

 
Siguieron el camino y llegaron a un oasis donde decidieron parar. El que había recibido la bofetada cayó al agua y empezó a ahogarse, y fue salvado por su amigo.

Cuando se restableció cogió una navaja y grabó en una piedra.

"HOY MI MEJOR AMIGO ME HA SALVADO LA VIDA"

Intrigado el amigo le preguntó:

-¿Por que después de hacerte daño escribiste en la arena y ahora escribes en la piedra?



Sonriendo el otro respondió:

-Cuando un gran amigo nos ofende, lo debemos escribir en la arena, para que el viento del olvido y el perdón se encarguen de borrarlo. Contrariamente, cuando del amigo recibimos un gran don, lo debemos grabar en la piedra de la memoria del corazón, donde ningún viento del mundo pueda borrarlo.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

La Rosa de los Vientos

Para iniciar esta nueva sección de música he escogido la canción del grupo Mago de Oz titulada La Rosa de los Vientos por un doble motivo: trata sobre los temas propios de nuestro blog, como son la ilusión, la amistad, el idealismo, ..., (añado la letra de la canción al final pues me parece muy sugerente)  y además me la envió una gran amiga hace tiempo para testimoniar que la distancia no es ningún obstáculo para la auténtica amistad.

Me ha resultado difícil elegir una versión en video, así que pongo las dos que he encontrado para que cada cual elija la que más le guste. Una es de estética video clip y la otra de una actuación en directo en Madrid.

La primera es ésta:



Y la segunda esta otra:



Y por último la letra de la canción. 
¡Espero que la disfrutéis tanto como yo!
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La Rosa de los Vientos, de Mago de Oz
Si siembras una ilusión
y la riegas con tu amor 
y el agua de la constancia,
brotará en ti una flor
y su aroma y su calor 
te arroparán cuando algo vaya mal.

Si siembras un ideal en la tierra del quizás
y lo abonas con la envidia,
será difícil arrancar la maldad de tu alma si ha hecho raíz.

Y que mi luz te acompañe
pues la vida es un jardín 
donde lo bueno y malo se confunden
y es humano no siempre saber elegir.

Y si te sientes perdido, 
con tus ojos no has de ver.
Hazlo con los de tu alma
y encontrarás la calma.

Tu rosa de los vientos seré.

Si siembras una amistad,
con mimo plántala y abónala con paciencia.
Pódala con la verdad y transplántala con fe
pues necesita tiempo y crecer.

Si te embriagas de pasión y enfrías tu corazón,
tartamudearan tus sentidos
y quizás hablarás por el calor y no la razón.
Es sabio contar hasta diez.

Y que mi luz te acompañe
pues la vida es un jardín 
donde lo bueno y lo malo se confunden,
y es humano no siempre saber elegir.

Y si te sientes perdido, 
con tus ojos no has de ver.
Hazlo con los de tu alma
y encontrarás la calma.

Tu rosa de los vientos seré.

viernes, 30 de octubre de 2009

A un amigo como tú

Hace unos días leí una frase que me llamó la atención y me ha hecho pensar: 'todos tenemos menos amigos de los que pensamos'. Seguramente es un hecho cierto. La mayoría tenemos experiencia de "amigos" que en los momentos necesarios no han sido tales o no han estado a la altura de las circunstancias.

Pero no es menos cierto que hacen falta pocos amigos de los de verdad para que nos sintamos acompañados en nuestro caminar y ayudados en los momentos difíciles.

Cuando hablamos de la amistad solemos pensar casi siempre en términos de lo que me aportan los amigos más que en términos de lo que yo les aporto a ellos. La historia de la semana de este finde trata precisamente de lo que yo hago por mis amigos, de lo que estoy dispuesto a aportarles sacando de mi corazón lo mejor que tengo. 


Se titula A un amigo como tú ... y por supuesto va dedicado a tod@s los que seguís esta sencilla e ilusionada historia semanal.


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A un amigo como tú ...

No puedo darte soluciones para problemas de la vida,
ni tengo respuestas para tus dudas o temores.
Pero puedo escucharte y buscarlas junto contigo.

No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.

No puedo evitar que tropieces,
solamente puedo ofrecerte mi mano

para que te sujetes y no caigas.

Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos,
pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.

No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte a estimularte y ayudarte si me lo pides.

No puedo trazarte límites dentro de los cuales actuar.
Pero sí te ofrezco el espacio necesario para crecer.

No puedo evitar tus sufrimientos
cuando alguna pena te parte el corazón.

Pero puedo llorar contigo
y recoger los pedazos para armarte de nuevo.


No puedo decirte quién eres, ni quién deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo fiel.

En estos días me puse a recordar
a mis amistades más preciosas:
 
tengo más amigos de lo que imaginaba.

Es lo que me dicen y me demuestran.

sábado, 27 de junio de 2009

El amigo leal

Esta semana está llena de acontecimientos con la celebración de las bodas de oro de nuestro Instituto. Y nada mejor que un cuento sobre la amistad para recordar los lazos que nos unen a todos.


La auténtica y verdadera amistad es difícil de encontrar, pero cuando se alcanza da una riqueza y confianza enorme. De esto trata el cuento de esta semana.

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El amigo leal


Un insurrecto había sido condenado a morir en la horca. El hombre tenía a su madre viviendo en una lejana localidad y no quería dejar de despedirse de ella por este motivo. Hizo al rey la petición de que le permitiese partir unos días para visitar a su madre. El monarca sólo puso una condición: que un rehén ocupase su lugar mientras permanecía ausente y que, en el supuesto de que no regresase, fuera ejecutado por él.

El insurrecto recurrió a su mejor amigo y le pidió que ocupase su puesto. El rey dio un plazo de siete días para que el rehén fuera ejecutado si en ese tiempo no regresaba el condenado.


Pasaron los días. El sexto día se levantó el patíbulo y se anunció la ejecución del rehén para la mañana del día siguiente. El rey preguntó por su estado de ánimo a los carceleros, y éstos respondieron:

-¡Oh, majestad! Está verdaderamente tranquilo. Ni por un momento ha dudado de que su amigo volverá.

El rey sonrió con escepticismo.

Llegó la noche del sexto día. La tranquilidad y la confianza del rehén resultaban asombrosas. De madrugada, el monarca indagó sobre el rehén y el jefe de la prisión dijo:

-Ha cenado opíparamente, ha cantado y está extraordinariamente sereno. No duda de que su amigo volverá.

-¡Pobre infeliz! -exclamó el monarca.

Llegó la hora prevista para la ejecución. Había comenzado a amanecer. El rehén fue conducido hasta el patíbulo. Estaba relajado y sonriente.

El monarca se extrañó al comprobar la firmeza anímica del rehén. El verdugo le colocó la cuerda al cuello, pero él seguía sonriente y sereno.

Justo cuando el rey iba a dar la orden para la ejecución, se escucharon los cascos de un caballo. El insurrecto había regresado justo a tiempo.

El rey, emocionado, concedió la libertad a ambos hombres.

sábado, 4 de abril de 2009

Amigos

¡Seguimos con el tema de la amistad!! Revisando cosas he encontrado este texto antiguo con la misma temática y lo comparto con todos, pues es muy cierto que tener un amigo de verdad es un bien inapreciable. Como dice la Escritura, 'quien tiene un amigo tiene un tesoro'.

Y la amistad es lo que nos mantiene unidos y con ganas de hacer cosas unos por otros, aunque en ocasiones nos cueste un poco.

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Amigos


Si tuviera un millón de amigos y le pidiera a cada uno una moneda, podría ser millonario.


Si tuviera 500 mil amigos les pediría tomarnos de las manos para rodear el país.


Si tuviera 200 mil amigos fundaría una ciudad donde todo el mundo se saludaría con una sonrisa.


Si tuviera 25 mil amigos, la empresa de teléfono me cortaría la línea cada vez que cumpliera años.


Si tuviera 6 mil amigos me gustaría ser el padrino de 6 mil niños.


Si tuviera mil amigos tendría dos mil manos para mí solo.


Si tuviera 365 amigos pasaría cada día del año con uno de ellos.


Si tuviera 100 amigos tendría 100 consejos.


Si tuviera 4 amigos tendría aseguradas las 4 manos que cargarían mi ataud.


Si tuviera 2 amigos sería 2 veces más feliz.


Pero si tuviera un solo amigo no necesitaría tener más.


Por eso, ¡¡¡gracias amigo!!

jueves, 2 de abril de 2009

La amistad

En esta ocasión la historia de la semana está dedicada a la amistad.

Por supuesto que todos tenemos amigos, pero ¿qué es un buen amigo de verdad?, ¿cómo se puede discernir si es amigo de corazón o amigo interesado? De esto trata esta breve historia.

Lo que sí está claro es que cuantos más amigos tengamos, ¡mucho mejor! Por eso nos insistía siempre Fernando Rielo en nuestro trabajo con jóvenes: ¡haced amigos!
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La amistad

Hace mucho tiempo en una ciudad había un padre y un hijo que discutían siempre sobre quién tenía mejores amigos.

El hijo decía que tenía muchos y se burlaba del padre porque sólo tenía uno.

Un día cansado el padre de tantas burlas le dijo:

- Mira, mata un cordero, mánchate las manos de sangre, vete a casa de tus amigos y diles: "he matado un hombre y los alguaciles me persiguen"; luego ven y cuéntame lo que ha pasado.

El hijo así lo hizo, pero todos sus amigos le pusieron excusas, y ninguno le ayudó... Así que volvió a casa a decírselo a su padre.

Entonces el padre le dijo:

- Ahor vete a casa de mi amigo y dile lo mismo.

El hijo fue a casa del amigo de su padre y le dijo:

- He matado un hombre y los alguaciles me persiguen.

Entoces el amigo del padre le contestó:

- Rápido, ven y pasa dentro. Lávate las manos y ¡que no se entere tu padre!

sábado, 21 de marzo de 2009

Te deseo...

Para la historia de la semana de hoy he retomado un poema conocido que expresa los mejores deseos para los amigos, pero no de una forma almibarada y artificial sino muy realista y a pie de calle como buen conocedor de la psicología humana. A veces les pasa a los que son muy idealistas que tienen una visión de las cosas que es difícil confrontarla con la realidad, con todo lo que ello supone.


Sirva este poema para agradeceros de corazón todas las felicitaciones que he recibido con motivo de mi onomástica. ¡¡Muchas gracias por vuestra amistad!!


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Te deseo....


Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar,
y que después de olvidar, no guardes rencores.



Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes,
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar.


Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que algunas veces te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.


Te deseo además que seas útil,
mas no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.


Igualmente te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.


Te deseo que siendo joven no
madures demasiado de prisa,
y que, ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
y su dolor y es necesario dejar
que fluyan entre nosotros.


Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena, que la risa
habitual es sosa y la risa constante es malsana.


Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima
y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.


Te deseo que acaricies un perro,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
cantar triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
te sentirás bien por nada.


Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea, y la
acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas
está hecho un árbol.


Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico.
Y que por lo menos una vez
al año pongas algo de ese dinero
frente a ti y digas: "Esto es mío",
sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.


Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer, y que siendo
mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando
estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre el amor para recomenzar.


Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte.


Sergio Jockymann