Una queja frecuente de muchas personas es la insatisfacción por la vida que les toca vivir, pensando que la del vecino es mucho mejor que la propia.
Creo que no nos damos cuenta de que lo que marca la diferencia no está fuera de nosotros sino en nuestro interior.
Podemos elegir entre estar felices con lo que somos y tenemos o bien estar amargados pensando en lo que nos falta para ser como los otros.
Cada persona es única y tiene una riqueza propia y específica, distinta de la de los demás. Por eso sólo podremos alcanzar la plenitud interior a partir de la aceptación de lo que somos y el anhelo de dar lo mejor de nosotros mismos, lo que requiere una madurez personal que nos ayude a encontrar nuestro lugar propio dentro del entorno familiar o de amigos en que nos movemos.
De todo esto trata la historia de esta semana titulada El jardín. ¡Espero que os guste!
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El jardín
Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles y arbustos se morían.
El roble dijo que se moría por no ser tan alto y tan fuerte como el pino…
Volviéndose al pino, lo hayó caído, porque no podía dar uvas como la vid.
La vid se moría por que no podía dar flores como la rosa…
Y la rosa se moría por no ser fuerte y sólida como el roble...
Entonces encontró una planta especial: un sencillo clavel floreciendo y más fresco que nunca. El rey le preguntó:
- ¿Como es que creces en medio de este jardín moribundo?
La flor contestó: -¡Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías ver claveles!
Si hubieses querido otro roble, lo habrías plantado. En aquel momento me dije: intentaré ser el clavel de la mejor manera que pueda, ¡¡y heme aquí!!!
El más hermoso y bello clavel de tu jardín.
La Historia de la Semana
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