La amistad es uno de los valores más importantes y necesarios que podemos y debemos potenciar para nuestro desarrollo personal. Dice un antiguo refrán que Quien tiene un amigo tiene un tesoro. Y es completamente cierto cuando es un 'amigo de verdad'.
Por eso hay que cuidar las amistades con detalles concretos que refuercen los lazos de amistad, evitando las cosas que estropean las relaciones. En la historia de esta semana, en clave de humor nos muestra que la confianza es fundamental entre los amigos.
Se titula El oso y el amigo, y espero que os guste.
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El oso y el amigo Dos amigos atravesaban un bosque intrincado y salvaje en el que no había vestigio alguno de la civilización. De pronto apareció entre ellos un oso hambriento que les salió al encuentro con actitud amenazadora.
Uno de los dos amigos, atropellando al otro, huyó rápido, sin preocuparse del compañero. Procurando su propia salvación se encaramó rápidamente a un árbol.
El otro, para salvarse, no encontró fórmula mejor que tirarse en tierra, quedándose inmóvil y sin respirar, como si estuviera muerto. Llegó el oso, le lamió durante un buen rato y, creyéndole muerto, se fue. Cuando el oso desapareció, el amigo que había subido al árbol, todavía temblando, preguntó:
-Cuando el oso se ha acercado, parecía que te estaba hablando. ¿Qué te ha dicho?
-Me ha dicho una sola cosa: que no me fíe nunca de los amigos como tú.
Muchas personas centran su interés en las cosas materiales y no acaban de apreciar el valor de lo inmaterial. La historia de esta semana es un cuento budista sobre la sencillez de la vida y cómo el bien se impone al mal, aunque a veces no sea apreciable a primera vista.
Cuando se alcanza la paz interior, tan buscada por todos, uno es capaz de renunciar hasta de los platos de oro y regalarlos con total desprendimiento.
La paz interior es un bien mucho más valioso que el oro, y se manifiesta en la sencillez y el bien que se hace cuando se vive. A continuación El plato de oro, que espero os guste. =========== El plato de oro El gran monje budista solía andar cubierto únicamente con un taparrabos. Vivía siempre de forma austera y muy pobre. Aunque parezca absurdo, llevaba siempre consigo un pequeño plato de oro que le había regalado el rey, el cual había sido su discípulo.
Lo llevaba como recuerdo, pero su corazón no era esclavo de aquel pedazo de oro. Una noche, estaba a punto de acostarse para dormir entre las ruinas de un antiguo monasterio cuando observó la presencia de un ladrón escondido detrás de una de las columnas.
-Ven aquí y toma esto -dijo el monje budista mientras le ofrecía el plato de oro-. Así no me molestarás un vez que me haya dormido y podré gozar de este rato de paz que es el descanso.
El ladrón agarró con ansia el plato y salió zumbando. Pero a la mañana siguiente regresó con el plato… y con una petición:
-Cuando anoche te desprendiste con tanta facilidad de este plato pensé que me hacías inmensamente rico y feliz. Ahora quiero que me enseñes esa riqueza interior que te hace tan desprendido y otorga tanta paz.
Lo que no puede ser, no puede ser; y además es imposible. Seguro que más de una vez hemos escuchado este frase en tono de humor para referirse a algo que no tiene solución. Es cierto que hay situaciones y cosas que por muchas vueltas que uno les dé, no se encuentra manera de hallar una solución.
Estoy pensando sobre todo en esas personas, amigos, seres queridos,..., que nos gustaría que cambiaran de actitud pero nunca lo hacen a pesar de que se les diga.
La historia de esta semana, Dientes de león (esa flor que al soplar se deshace y ningún jardinero quiere en su jardín), aporta una idea muy sugerente para afrontar estos casos con sencillez: ¡siempre podremos amarlas como son y tratarlas como nos gustaría que fueran! =========== Dientes de león
Un hombre que se sentía muy orgulloso del césped de su jardín, se encontró un buen día con que crecía una gran cantidad de “dientes de león”, esas flores que cuando soplas pides un deseo.
Y, aunque trató por todos los medios librarse de ellos, no pudo impedir que se convirtieran en una auténtica plaga. Habían invadido todo su estupendo jardín.
Al fin escribió al Ministro de Agricultura, refiriendo todos los intentos que había hecho y concluía la carta preguntando: -¿Qué puedo hacer?
Muchas son las ideas que me ha sugerido esta historia titulada Los pájaros que comparto esta semana.
¿Cuántas veces hacemos las cosas por rutina, por costumbre, porque 'siempre se ha hecho así?
¿Cuántas veces nos limitamos a seguir a otros sin pensar en si es bueno o no?
Este cuento ilustra en forma de humor cómo los pájaros van en la bandada sin saber por qué ni a donde. Y cómo en ocasiones es necesaria la figura del líder para dar sentido y dirección a lo que se hace.
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Los pájaros Un grupo de pájaros cruzaba el cielo en forma de "V" cuando a una nube le picó la curiosidad y quiso saber dónde se dirigían y qué planes tenían.
Esperó a cruzarse en su camino y, con delicadeza, sin molestar ni entorpecer la marcha, que adivinaba que sería importante, se acercó con cuidado al último pájaro de una de las ramas de la "V" y le preguntó dulcemente: - Dime, querido pájaro, si me lo puedes decir, ¿dónde os dirigís en un vuelo tan recto y tan largo, y qué vais a hacer allá? El pájaro, sin dejar de volar al ritmo de sus compañeros, contestó:
- ¡Ay, si yo lo supiera! Pero no tengo ni idea. Yo no hago más que seguir a mi compañero de delante. Voy donde va él, y vuelo hacia donde él vuela. Pregúntale a él. Él lo sabrá. La nube se adelantó un poco, hasta llegar al pájaro de delante, y recibió la misma respuesta. Y así fue pasando de un pájaro a otro y de una rama de la "V" a la otra, sin conseguir saciar su curiosidad. Todos le decían que ellos no sabían nada y que preguntara a los demás, que ellos lo sabrían. Pero nadie sabía nada. Cada uno seguía al de delante, sin preguntarse nada, y no podían dar respuesta.
La nube tenía cada vez más curiosidad, hasta que no le quedó otro remedio que dirigirse al pájaro de la punta de la "V" corriendo el riesgo de molestarlo y distraerlo en su importante tarea de guía del grupo.
Se disculpó, y le preguntó dónde iba con todos aquellos compañeros que lo seguían. El pájaro que hacía de guía le contestó: - ¡Qué más quisiera yo, que saberlo! No tengo ni idea de dónde vamos. Pero todos éstos me vienen empujando por detrás, y no tengo más remedio que seguir volando, aunque no sepa donde me llevan. ¡Ellos lo sabrán! ¡Pregúntales a ellos!
Cada vez son más los partidarios del aforismo Think globally, act locally, aforismo que surgió en los años 80 para sensibilizar en las cuestiones del medioambiente.
Su traducción es Piensa globalmente, pero actúa localmente. Y ya se utiliza en muchos contextos además del ecologista.
El texto que comparto esta semana, titulado Pequeñas cosas..., es un aplicación de esta idea a la vida cotidiana.
Generalmente todos queremos que no haya violencia, que haya más justicia,.. y a veces nos olvidamos que estas características hay que empezar a vivirlas en el propio entorno de cada uno. Por eso este texto nos propone 25 pequeñas cosas muy locales y sencillas, pero que inciden muy positivamente en la globalidad de nuestro entorno y la sociedad en que vivimos. Y creo que nos pueden resultar muy útiles a todos. Especialmente a los que nos dedicamos al mundo del voluntariado.
Ya apareció un texto similar hace tiempo, titulado 24 'pequeñas' maneras de amar, que también nos recuerda que para llegar a lo grande hay que pasar por lo pequeño. ¡Espero que os guste y os sea útil!
La educación es uno de los retos pendientes de nuestra sociedad, para lograr transmitir unos valores que ayuden a los niños y adolescentes a integrarse plenamente en la sociedad asumiendo sus derechos y obligaciones.
Y es un tema que aparece frecuentemente en el blog pues es fundamental para la madurez personal. Aunque hay muchas entradas dedicadas a la educación, yo resaltaría especialmente ésta y ésta.
Comparto esta semana unas ideas para intentar 'educar bien a los hijos'. Está escrito pensando en los padres, pero bastaría cambiar la palabra 'padres' por la de 'educadores' y los consejos son perfectamente válidos.
Todos los puntos que aparecen son importantes, pero se podrían destacar dos: dar responsabilidades proporcionales a su edad y enseñar a perdonar, que tan difícil se les hace a los mayores. ====================== 15 ideas para educar bien a los hijos
1. Cercanía y confianza: Para una buena educación, lo más importante es que entre los padres y los hijos exista una relación de cariño y cercanía, en la que los pequeños vean a sus padres como alguien en quien pueden confiar. Por ello, podemos decir que una buena educación, debe tener siempre como base una relación cercana entre padres e hijos.
2. Ser ejemplo de vida: La mejor educación es aquella que se demuestra con actos. Ser ejemplo para vuestros hijos no solo con palabras, sino que a través de vuestras acciones, ellos os vean como un ejemplo a seguir, alguien a quien admirar.
3. Saber escuchar: Los padres deben escuchar a sus hijos con detenimiento, de manera que éstos se puedan desahogar con ellos. Es esencial que un padre o una madre escuche a sus hijos, ya que son ellos los que les van a aconsejar de la mejor manera posible. Ellos necesitan saber que vas a estar ahí siempre que tengan un problema.
4. Saber decir que “NO”: Es muy importante que los padres sepan decir que “no” a los caprichos de los hijos (sobre todo cuando son más pequeños). Debemos educarles en la humildad, aunque nunca sin pasarnos. Enseñar a los hijos que las cosas materiales no siempre son la respuesta a todo.
5. Enseñar a perdonar: Nuestros hijos deben aprender la importancia del perdón. No solo se trata de perdonarles a ellos, también de aceptar que algunas veces somos nosotros los que nos equivocamos.
6. Evitar el “porque lo digo yo”: Suele ser algo a lo que recurren la mayoría de los padres. Se debe evitar siempre, y tratar de argumentar, dialogar y explicar el por qué de las cosas.
7. Educar en valores: Enseñarles valores como el respeto, la humildad, la obediencia.. En definitiva, enseñarles a ser buenas personas.
8. Enseñarles a no tener miedo: Debemos estimular su autoestima, y enseñarles que con esfuerzo y dedicación, uno puede llegar a conseguir aquello que quiere.
9. Darles responsabilidades: Es importante que sepan que tienen unos deberes o tareas que deben de cumplir. Nunca tenemos que hacer todo por ellos. 10. Pasar tiempo juntos: Hoy en día, sobre todo debido al avance de las tecnologías, es un reto al que se enfrentan la mayoría de las familias. Es esencial que los padres e hijos pasen tiempo juntos, para estrechar lazos, conocerse, divertirse… Es evidente que no siempre es fácil, pero como padres, tenemos la obligación de hacer todo lo posible por pasar tiempo con nuestros hijos. 11. Fomentar la imaginación: La imaginación es una de las cosas más bonitas de la inocencia de un niño.
12. La importancia de la amistad: Fomentar la importancia de los amigos, personas con las que podrán contar siempre.
13. Ser constantes: A pesar de que algunas veces las cosas se compliquen, nunca debemos de darnos por vencidos. Debemos de ser constantes en la educación de nuestros hijos.
14. Reírse con ellos: Intentar que la alegría sea la protagonista en casa.
15. Quererles: Es esencial que nuestros hijos se sientan queridos, recordarles que son lo más importante de nuestra vida.
Normalmente las historias de la semana hacen referencia a nuestro comportamiento y relaciones con los demás, ya que el 'salir de uno' es una parte importante del desarrollo personal.
Sin embargo en esta ocasión vamos a mirar 'hacia adentro'. Comparto un texto que me han enviado dedicado especialmente a los estudiantes para que se desarrollen mejor como personas, pero que es aplicable a todos nosotros.
Se trata, resumiendo las ideas, de recordar las actitudes con las que afrontamos los retos que nos aparecen en la vida diaria, y cómo vamos forjando nuestra propia personalidad atendiendo a los mejores valores humanos y sociales.
Estoy seguro de que estas trece actitudes pueden reportarnos grandes metas en nuestra vida. Aquí va el texto que lleva por título Solidaridad con uno mismo. ================== Solidaridad con uno mismo
1.- AUTOESTIMA. Estudia "a tope" durante un mes y verás cómo te sientes valioso y capaz. 2.- ORGANIZACIÓN. Ordena tu habitación, tu mesa de estudio y tus apuntes cada semana, y sobre todo, haz un buen plan de estudios y, ¡cúmplelo!
3.- DECISIÓN. Cuando decidas hacer algo que te conviene, pasa a la acción de inmediato; si dudas y te retrasas, estás perdido.
4.- SENCILLEZ. Sé muy natural, humano, sencillo y tolerante contigo y con los demás.
5.- PERSONALIDAD. Se tú mismo y aprende a defender tus opiniones sin cabezonería. 6.- VOLUNTAD. Aprende a vencer todos los obstáculos, viendo en cada dificultad un motivo para superarte.
7.- BUEN HUMOR. Procura mantener el sentido del humor hasta en los peores momentos.
8.- RESPETO. Respeta a los demás y exige que te respeten. 9.- ESFUERZO. Todo lo valioso requiere esfuerzo y sacrificio. 10.- COLABORACIÓN. Ayuda a los demás, haz el bien que puedas, sé útil a tus compañeros.
11.- HONESTIDAD. Sé sincero y honesto y te sentirás bien y en paz contigo mismo.
12.- RESPONSABILIDAD. No culpes a los demás de tus fracasos; asume tu responsabilidad y corrige tus fallos.
13.- SALUD. Haz ejercicio físico y practica algún deporte: ello te ayudará a mantener la salud mental y física.