La amistad es uno de los valores más importantes y necesarios que podemos y debemos potenciar para nuestro desarrollo personal.
Dice un antiguo refrán que Quien tiene un amigo tiene un tesoro. Y es completamente cierto cuando es un 'amigo de verdad'.
Por eso hay que cuidar las amistades con detalles concretos que refuercen los lazos de amistad, evitando las cosas que estropean las relaciones.
En la historia de esta semana, en clave de humor nos muestra que la confianza es fundamental entre los amigos.
Se titula El oso y el amigo, y espero que os guste.
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El oso y el amigo
Dos amigos atravesaban un bosque intrincado y salvaje en el que no había vestigio alguno de la civilización. De pronto apareció entre ellos un oso hambriento que les salió al encuentro con actitud amenazadora.
Uno de los dos amigos, atropellando al otro, huyó rápido, sin preocuparse del compañero. Procurando su propia salvación se encaramó rápidamente a un árbol.
El otro, para salvarse, no encontró fórmula mejor que tirarse en tierra, quedándose inmóvil y sin respirar, como si estuviera muerto. Llegó el oso, le lamió durante un buen rato y, creyéndole muerto, se fue.
Cuando el oso desapareció, el amigo que había subido al árbol, todavía temblando, preguntó:
-Cuando el oso se ha acercado, parecía que te estaba hablando. ¿Qué te ha dicho?
-Me ha dicho una sola cosa: que no me fíe nunca de los amigos como tú.
La Historia de la Semana
Dice un antiguo refrán que Quien tiene un amigo tiene un tesoro. Y es completamente cierto cuando es un 'amigo de verdad'.
Por eso hay que cuidar las amistades con detalles concretos que refuercen los lazos de amistad, evitando las cosas que estropean las relaciones.
En la historia de esta semana, en clave de humor nos muestra que la confianza es fundamental entre los amigos.
Se titula El oso y el amigo, y espero que os guste.
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El oso y el amigo
Dos amigos atravesaban un bosque intrincado y salvaje en el que no había vestigio alguno de la civilización. De pronto apareció entre ellos un oso hambriento que les salió al encuentro con actitud amenazadora.
Uno de los dos amigos, atropellando al otro, huyó rápido, sin preocuparse del compañero. Procurando su propia salvación se encaramó rápidamente a un árbol.
El otro, para salvarse, no encontró fórmula mejor que tirarse en tierra, quedándose inmóvil y sin respirar, como si estuviera muerto. Llegó el oso, le lamió durante un buen rato y, creyéndole muerto, se fue.
Cuando el oso desapareció, el amigo que había subido al árbol, todavía temblando, preguntó:
-Cuando el oso se ha acercado, parecía que te estaba hablando. ¿Qué te ha dicho?
-Me ha dicho una sola cosa: que no me fíe nunca de los amigos como tú.
La Historia de la Semana
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