jueves, 27 de septiembre de 2012

Dios y tú

A veces, meditando sobre el comportamiento de algunas personas, pienso que estamos bastante mal acostumbrados. 

Me explico: hemos oído en muchas ocasiones que Dios todo lo puede, que es el que domina la tierra, que todo ocurre bajo su voluntad,... y nos olvidamos de que cada uno de nosotros somos sus manos, sus brazos, sus ojos,... y que nos corresponde actuar en consecuencia, sin eludir nuestras obligaciones.

Resulta mucho más sencillo esperar que Dios haga el trabajo que nos corresponde a nosotros; y si el asunto sale mal, echarle la culpa.

La historia de esta semana me ha servido para recordar estas cosas y el papel que necesariamente tengo que desempeñar a mi alrededor, siendo instrumento de paz, de amor, de esperanza,...

Y como me ha venido muy bien, aquí comparto este texto titulado Dios y tú

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Dios y tú

Sólo Dios puede dar la paz,
pero tú puedes suscitar la concordia.

Sólo Dios es la vida,
pero tú puedes devolver a otros el deseo de vivir.

Sólo Dios puede dar amor,
pero tú puedes enseñar a amar a los demás.

Sólo Dios puede dar la fuerza,
pero tú puedes sostener al desfallecido.

Sólo Dios puede dar la fe,
pero tú puedes dar tu testimonio.

Sólo Dios puede dar la esperanza,
pero tú puedes dar confianza a tus hermanos.

Sólo Dios es la luz,
pero tú puedes hacerla brillar a los ojos de todos.

Sólo Dios es el camino,
pero tú puedes mostrarlo a los demás.

Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible,
pero tú puedes hacer lo que es posible.

Sólo Dios se basta a sí mismo...
pero prefiere contar contigo.


La Historia de la Semana
 

martes, 25 de septiembre de 2012

El mercader y la bolsa

Las causas que han desembocado en la  actual crisis económica y de valores son muy variadas y sería muy largo enumerarlas.

Sin embargo creo que hay dos factores que han influido de forma considerable en ella: 

el afán desmedido de enriquecerse de algunos (lo que decíamos avaricia en otros tiempos) y la falta de justicia ante determinados casos (que hace que no todos sean iguales ante la ley).

¿Qué hacer ante esta situación? La historia de esta semana nos da alguna pista de actuación, que pasa necesariamente por nuestro compromiso y honestidad personal, procurando ser justo con los que me rodean y no dejándome llevar por el tener sino por el ser.

Y sin más aquí va El mercader y la bolsa.

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El mercader y la bolsa

Cierto día un mercader ambulante iba caminando hacia un pueblo. Por el camino encontró una bolsa con 80 monedas de oro. El mercader decidió buscar a la persona que había perdido el dinero para entregárselo pues pensó que el dinero pertenecía a alguien que llevaba su misma ruta.


 Cuando llegó a la ciudad fue a visitar a un amigo.

- ¿Sabes quién ha perdido una gran cantidad de dinero? -le preguntó a éste.

- Sí, sí -le respondió.- Lo perdió nuestro vecino, que vive en la casa de enfrente.

El mercader fue a la casa indicada y devolvió la bolsa. Este vecino era una persona avara y apenas terminó de contar el dinero gritó:

- ¡Faltan 20 monedas! Esa era la cantidad de dinero que yo iba a dar como recompensa. ¿Cómo lo has agarrado sin mi permiso? Vete de una vez. Ya no tienes nada que hacer aquí.


El honrado mercader se sintió indignado por la falta de agradecimiento, y no queriendo pasar por ladrón fue a ver al juez.

El avaro fue llamado a la corte. Insistió ante el juez que la bolsa contenía 100 monedas, mientras que el mercader aseguraba que eran 80.

El juez, que tenía fama de sabio y honrado, no tardó en decidir el caso. Le preguntó al avaro:

- Tú dices que la bolsa contenía 100 monedas ¿verdad?


- Sí, señor -respondió.

- Y tú dices que la bolsa contenía 80 monedas -le preguntó el juez al mercader.

- Sí, señor.

- Pues bien -dijo el juez- considero que ambos son personas honradas e incapaces de mentir. A ti porque has devuelto la bolsa con el dinero, pudiéndote quedar con ella. Y al vecino porque lo conozco desde hace tiempo.

Esta bolsa de dinero no es la suya, pues contenía 100 monedas y ésta sólo tiene 80. Así pues, que se quede el mercader con ella hasta que aparezca su dueño.

Y tú, mientras tanto, sigue esperando que alguien te devuelva la tuya.



domingo, 23 de septiembre de 2012

The Promise

El tema musical de esta semana se titula The Promise, La promesa, y es el tema central de la famosa película El piano.

Esta película se estrenó en el año 1993 y tuvo mucho éxito, siendo ganadora del Festival de Cannes y obteniendo varios Oscar de la Academia.

Es una cinta dramática que trata sobre una pianista muda y su hija, que se trasladan a Nueva Zelanda a mediados del siglo XIX para iniciar una nueva vida. 

El autor es el compositor inglés Michael Nyman, que ha realizado también la música de otras películas famosas.

La he escogido porque transmite una sensación de paz y equilibrio interior propio de una persona que aspira a más en la vida y no se conforma con lo que tiene.

He encontrado un par de versiones. La primera con fotos muy bonitas de paisajes y la segunda de una actuación en directo. Es curioso y didáctico comparar ambas versiones del mismo tema y observar las diferencias.

Aquí va el primer video.



Y aquí el segundo, que es de una actuación de Michael Nyman en directo en Barcelona el año 2009. El video no tiene mucha calidad pero el sonido es bueno.


La Historia de la Semana