miércoles, 27 de junio de 2012

Una mirada diferente

Hace unos días hablaba con un amigo sobre si la gente es buena o no, si se puede confiar en ella y si merece la pena hacer el esfuerzo de mejorar como personas.

En estos tiempos de crisis y falta de valores, a veces es difícil encontrar gestos ejemplares que señalen a la gente buena en nuestro entorno, pero estoy convencido de que los hay.

El video de esta semana es una recopilación de cosas buenas filmadas por cámaras de seguridad en diversas ciudades y contribuye a ver el mundo que nos rodea con una mirada diferente: la mirada de la amistad, el amor y la generosidad desinteresada.

Corresponde a una campaña publicitaria iniciada por CocaCola hace un año bajo el lema Hay razones para creer en un mundo mejor.

El texto que acompaña a las imágenes es muy simple y, aunque no haría falta su traducción, dice lo siguiente: 

Las cámaras de seguridad alrededor del mundo también captan:
gente robando besos... 
adictos a la música... 
soldados inofensivos... 
honestos carteristas...
distribuidores de patatas fritas...
ataques repentinos de amistad...
amor y amabilidad...
pandillas de amigos...
bomberos inesperados...
rebeldes con causa y guerreros de la paz...
mucha gente loca y unos pocos héroes anónimos...
¡Veamos el mundo de forma un poco diferente!

El tema musical que acompaña es la canción Give a Little Bit, algo así como Da un poquito en español, del grupo Supertramp, muy famoso en los años 80.

Como es habitual, la letra en inglés y en español va después del video, letra que también es muy apropiada para este tema. 

¡Y sí, yo sí creo que merece la pena hacer el esfuerzo de ser cada día un poco mejores que el anterior!






Give A Little Bit de Supertramp

Give a little bit
Give a little bit of your love to me
Give a little bit
I'll give a little bit of my love to you
There's so much that we need to share
Send a smile and show you care

I'll give a little bit
I'll give a little bit of my love to you
So give a little bit
Give a little bit of your time to me
See the man with the lonely eyes
Take his hand, you'll be surprised

Give a little bit
Give a little bit of your love to me
I'll give a little bit of my love for you
Now's the time that we need to share
So find yourself, we're on our way back home

Going home
Don't you need to feel at home?
Oh yeah, we gotta sing
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En español:

Da un poquito

Da un poquito
Dame un poquito de tu amor
Da un poquito
Yo te daré un poquito de mi amor
Hay tanto que necesitamos compartir
Envía una sonrisa y muestra tu cariño

Yo daré un poquito

Yo te daré un poquito de mi amor
Así que da un poquito
Dame un poquito de tu tiempo
Mira al hombre de los ojos solitarios
Toma su mano, te sorprenderás.

Da un poquito

Dame un poquito de tu amor
Ahora es el momento que necesitamos compartir
Así que date cuenta, estamos regresando a casa

Volviendo a casa

¿No necesitas sentirte en casa?
¡Oh sí!, cantemos.
 
La Historia de la Semana

martes, 26 de junio de 2012

El examen de Dios

Estamos en período de exámenes, con la preocupación normal de muchos estudiantes de si aprobarán todas las materias para pasar de curso... (yo les digo que si han estudiado tienen bastantes probabilidades, pero que si no lo han hecho durante el curso... tendrán que recurrir a la suerte...)

Me ha llegado este sencillo texto titulado El examen de Dios que me ha parecido muy oportuno para compartirlo esta semana, pues viene como anillo al dedo para una educación que aspire a algo más que al mero acumular conocimientos.

Por que ¿qué es más importante para el desarrollo integral de la persona: saber idiomas o dominar el lenguaje del amor, saber ecuaciones o llevar esperanza y alegría al que lo necesita?

Este texto da que pensar sobre estas cosas y además aporta una imagen de Dios muy práctica y real: la de estar atento a los demás y preocuparse por el más necesitado.

¡Espero que guste.... y que se apruebe el examen sin recurrir a la suerte!

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El examen de Dios

Dios no te preguntará por tu nivel de inglés, francés o alemán…

Dios te preguntará por tu nivel en el lenguaje del entusiasmo, del perdón, del amor.

Dios no te preguntará por tu destreza en resolver derivadas, ecuaciones, algoritmos o integrales…

Dios te preguntará por tu destreza en sumar sonrisas, restar penas, multiplicar talentos y dividir intereses.

Dios no te preguntará por la fecha exacta de la Segunda Guerra Mundial o de la caída del Muro de Berlín...

Dios te preguntará por el día y la hora exacta en que estés dispuesto a escribir, con tu vida, una bella historia de paz, de amor, de fraternidad.

Dios no te preguntará por la generación del 27 o del 98…

Dios te preguntará por tus compañeros de clase o por tus amigos de botellón.

Dios no te preguntará por tu habilidad en saltar vallas o tu velocidad en correr…

Dios te preguntará por tu habilidad en levantarte de la silla cada vez que una persona necesite de tu ayuda.

Dios no te preguntará por el número de ríos, animales, montañas o países que conozcas…

Dios te preguntará por el número de móviles, cumpleaños, direcciones y aficiones de tus compañeros, en especial de los que muy pocos se acuerdan.
 
Dios no te preguntará por tu capacidad en analizar frases o comentar textos…

Dios te preguntará por tu capacidad en observar, cada día, la Palabra, la Buena Noticia.

Dios no te preguntará qué asignatura escogiste entre las optativas…

Dios te preguntará si elegiste, en cada momento, lo mejor para ti y para tus hermanos.

 
Dios no te preguntará si estás dispuesto a recuperar las asignaturas suspensas…

Dios te preguntará si estás dispuesto a recuperar la confianza que Él, cada día, sigue depositando en ti.

Dios no te preguntará…

Dios esperará a que tú le respondas cada día con tu vida y con tus acciones…

J. M. de Palazuelo



La Historia de la Semana

lunes, 25 de junio de 2012

Hoces de Duratón

Aprovechando una buena coyuntura académica (unos días sin exámenes) y la amable invitación de un compañero de trabajo (¡y además amigo!) tuve la oportunidad de visitar un paisaje impresionante: las Hoces del Duratón.

El Duratón es un pequeño río que desemboca en el río Duero, y que a su paso por la provincia de Segovia ha ido erosionado el terreno de manera espectacular, dando lugar a una formación geográfica muy curiosa que recibe el nombre de 'hoces'.

Todo el conjunto ha sido catalogado como Parque Natural debido a la riqueza de flora y fauna y a la orografía peculiar que presenta.

Iglesia de la Anunciación - Sepúlveda
En la misma comarca hay varias iglesias antiguas que son buenos exponentes del románico segoviano, y que, además de sombra, transmiten una gran sensación de paz y sosiego.

Iglesia de Sotillo
Iglesia de la Anunciación

La primera iglesia que nos encontramos está en el pueblo de Sotillo, y, aunque bonita, es superada en grandiosidad por otra cerca de Sepúlveda, dedicada a la Anunciación.

Puente romano
Curva del Duratón

El recorrido que hicimos por las hoces comienza en un puente de la época romana que todavía se mantiene en pie (gracias a que está protegido) y transcurre a lo largo del río durante unos 10 Km., con una riqueza ecológica considerable: buitres, corzos, pájaros,... acompañan durante el recorrido. 

Llama mucho la atención que el paisaje fuera de las hoces es seco y árido, mientras que dentro es húmedo y fresco. En algunos lugares la altura de las paredes del cañón alcanza los 100 metros.


Tras un descanso necesario (¡y muy bienvenido!) y una espera no menos necesaria para que baje la temperatura fuera del cañón, nos dirigimos a un monasterio abandonado que se encuentra en lo alto de una de las curvas que describe el río, y desde el que se divisan unas vistas impresionantes.


Este monasterio está dedicado a San Frutos, que vivió en el siglo VII.
 
Cuenta la historia que siendo muy joven se puso de acuerdo con sus hermanos para repartir los bienes familiares entre los pobres y venirse a vivir a este lugar. En el siglo VIII fueron martirizados por los musulmanes y en el siglo XI el rey Alfonso erigió el monasterio, entregándolo en régimen de priorato a los monjes de Silos, quienes estuvieron en este sitio hasta la desamortización de Mendizábal en el 1835.

 
Desde entonces quedó abandonado y ahora se ha restaurado una pequeña ermita para las romerías y los días especiales.


Concluyendo: si alguien tiene oportunidad de visitar las Hoces del Duratón y estas joyas románicas, se quedará gratamente sorprendido y con muchas ganas de regresar. Pero eso sí.... ¡que no sea en pleno verano porque hace mucho calor!

La Historia de la Semana