domingo, 11 de marzo de 2012

One day

Hoy propongo un sencillo y práctico ejercicio: soñar con los ojos abiertos y pensar en el mundo que nos gustaría vivir y dejar a las futuras generaciones.

A mí me gustaría una sociedad en la que no haya violencia, que la justicia sea verdaderamente una realidad, que nadie pase hambre y no haya discriminación, que los niños puedan jugar como niños, ... en definitiva una sociedad donde reine el amor de forma clara y todas las personas tengan y reciban la dignidad que merecen como seres humanos.

El tema musical de esta semana se titula One day (Algún día, en español) y es del cantante de origen judío Matisyahu, publicado en el 2009. Es el fondo musical del video de hace unas semanas Algún día...

La letra de la canción trata precisamente de eso, de soñar que algún día todo irá mucho mejor que ahora.  Personalmente creo que estos sueños contituyen un buen ejercicio pues nos marcan el camino de nuestras aspiraciones y nos ayudan a ponernos en camino hacia su realización.

Se aprecia bastante influencia del sonido reggae y alcanza una conjunción de letra y música muy lograda.

Espero que os guste.  La letra en español y en inglés va después. 

La letra en español:
Algún día

A veces me pongo bajo la luna,
agradezco a Dios que respiro y le imploro
que aún no me lleve.
Porque estoy aquí por una razón.
A veces me ahogo en mis lágrimas
pero no dejo que esto me deprima.
Entonces, cuando el pesimismo me acorrala...
sé que algún día todo cambiará.

Porque toda mi vida he estado esperando por...
he estado rezando para que...
para que los pueblos digan:
ya no queremos más luchas,
ya no estaremos en guerras,
y nuestros hijos jugarán.
un día, un día, un día...

No se trata de ganar o perder
porque todos perdemos cuando ellos
se alimentan de las almas de los inocentes.
El suelo lleno de sangre.
Manténte en movimiento
aunque las aguas estén embravecidas.
En esta confusión puedes perder tu camino.
Podría sacarte de quicio
pero no dejes que pase de ninguna manera.
A veces me ahogo en mis lágrimas (me ahogo)
pero no dejo que me deprima (que me deprima).
Mi pesimismo me rodea (me rodea).
Sé que un día todo cambiará.
Porque
toda mi vida he estado esperando por...
esperando por ,
he estado rezando para ....
para que los pueblos digan:
ya no queremos más luchas,
ya no estaremos en guerra,
y nuestros hijos jugarán.
un día, un día, un día...
Un día todo esto cambiará
los pueblos se tratarán igual.
Alto a la violencia,
abajo el odio.
Un día todos seremos libres
y orgullosos de estar bajo el mismo sol
cantando canciones de libertad
como ...
Un día, un día...
Porque
toda mi vida he estado esperando por...
esperando por ,
he estado rezando para ....
para que los pueblos digan:
ya no queremos más luchas,
ya no estarán en guerra
y nuestros hijos jugarán.
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La letra en inglés:

One Day

Sometimes I lay
Under the moon
And thank god I'm breathin'
Then I pray
Don't take me soon
'Cause I am here for a reason
Sometimes in my tears I drown
But I never let it get me down
So when negativity surrounds
I know some day it'll all turn around
Because
All my life I've been waiting for
I've been praying for
For the people to say
That we don't wanna fight no more
There'll be no more wars
And our children will play
One day ...
It's not about
Win or lose
'Cause we all lose
When they feed on
The souls of the innocent
Blood drenched pavement
Keep on moving though the waters stay ragin'
In this maze you can lose your way (your way)
Might drive you crazy
But don't let it faze you no way (no way)
Sometimes in my tears I drown
But I never let it get me down
So when negativity surrounds
I know some day it'll all turn around
Because
All my life I've been waiting for
I've been praying for
For the people to say
That we don't wanna fight no more
There'll be no more wars
And our children will play
One day ...
One day this all will change
Treat people the same
Stop with the violence
Down with the hate
One day we'll all be free
And proud to be
Under the same sun
Singing songs of freedom like

One day ...

All my life I've been waiting for
I've been praying for
For the people to say
That we don't wanna fight no more
There'll be no more wars
And our children will play
One day ...


La Historia de la Semana
 
 

jueves, 8 de marzo de 2012

Homenaje a la mujer trabajadora

En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora me ha llegado este video que comparto en homenaje a todas las mujeres que a diario se sacrifican por los demás.

En muchas sociedades quienes sacan adelante la familia, la casa, el trabajo,... son esas mujeres que callada y heróicamente luchan y se sacrifican por sus seres queridos y en la mayoría de los casos sin esperar nada a cambio sino una sonrisa. Desde aquí nuestro más sentido homenaje.

La canción que acompaña al video es el tema Centeás del grupo gallego Luar na Lubre, extraído de su album Camiños da fin da terra, publicado en el año 2007, y encaja dentro de la música celta, muy agradable de escuchar. La letra es del poeta Xavier Cordal, y va después del video con la traducción al español.

A mí me ha encantado tanto el video como la canción. ¡A ver si os gusta también!




La letra en español

Centeas, de Luar na Lubre

Ven, madre mía, al cabo Ortegal,
baila en la fiesta de la ermita de O Trebo.
Se vienes conmigo he de llevarte
en la proa del mundo para perder el miedo.
Vuelve a Centeás, escribe este rocío.
Vuelve a Centeás, escribe este rocío.

Se vienes conmigo he de llevarte
patria vieja, norte marinero.
Lava la herida, cuéntame del mar,
habla que duerme, nosotros despertaremos.
Vuelve a Centeás, escribe este rocío.
Vuelve a Centeás, escribe este rocío.

Lava la herida, cuéntame del mar,
ropa al viento, espirales en la fuente.
Nacida una niña en la luz del embarcadero,
llévame a la vida para arribar a tu muerte.
Vuelve a Centeás, escribe este rocío.
Vuelve a Centeás, escribe este rocío.

La letra en gallego

Centeas, de Luar na Lubre

Ven, miña mai, ao cabo Ortegal,
baila na festa da ermida do Trebo.
Se vés comigo heite levar
na proa do mundo perder o medo.
Volve a Centeás, escribe este orballo.
Volve a Centeás, escribe este orballo.
Se vés comigo heite levar
patria vella, norte mariñeiro.
Lava a ferida, cóntame o mar,
fala que dorme, nós espertaremos.
Volve a Centeás, escribe este orballo
Volve a Centeás, escribe este orballo.
Lava a ferida, cóntame o mar,
roupa ao clareo espiras na fonte.
Nada unha nena na luz do Peiral,
lévame a vida arribar da túa morte.
Volve a Centeás, escribe este orballo.
Volve a Centeás, escribe este orballo.


miércoles, 7 de marzo de 2012

El monje y el samurai

Las últimas entradas del blog tenían como referencia al tema del miedo y su superación (Mirar sin ver y Supera tu miedo), y me han hecho recordar uno de los primeros cuentos que escuché en un taller de cuentacuentos.

Cada etapa de la vida suele tener sus miedos más o menos definidos: los niños a la oscuridad, los mayores a la muerte, los adultos al compromiso,... y a veces tienen una base cierta que no se puede obviar. 

Pero también es cierto que los miedos se pueden superar y en muchas ocasiones con resultados totalmente inesperados. 

El cuento de esta semana, titulado El monje y el samurai, trata precisamente de esto. El protagonista está 'muerto de miedo', pero ello no le impide cumplir con lo que le dicta su conciencia.

Aquí va y espero que os guste.
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El monje y el samurai

Erase una vez, en un lugar muy apartado del lejano oriente, un monasterio en el que vivía un joven monje con fama merecida de ser fiel cumplidor de su palabra.

Un día le encargaron llevar una carta urgentemente al gobernador de la ciudad por un asunto muy importante, debiéndola entregar personalmente, y sólo confiaban en él.

Tras un día de caminata, al llegar a la ciudad notó que había mucha gente congregada en torno al único puente que daba acceso a la misma. Y allí le contaron que un samurai se había apostado en el puente desafiando a muerte a los cien primeros hombres que quisieran entrar en la ciudad, para demostrar así su destreza y poder quedarse al servicio del gobernador. 

Ya había matado a 99 hombres, cuyos cadáveres estaban allí cerca tirados a la orilla del río.

Nuestro joven monje había dado palabra de cumplir su encargo, así que superando su miedo se adelantó para cruzar el puente.

- No puedes pasar si no me desafías, le dijo el samurai.

- Tengo mucha prisa para entregar una carta al gobernador, le respondió el monje, una carta por un asunto muy importante. Si me dejas pasar, te prometo que volveré y lucharé contigo.

El samurai se extrañó mucho por la propuesta, pero dada la urgencia y que era para el gobernador, la encontró razonable. Así que le contestó:

- De acuerdo. Pero si no vuelves, iré a tu monasterio y desafiaré a todos los monjes.

Nuestro buen amigo, muerto de miedo, tras dejar el sobre fue a ver a su antiguo maestro y le pidió consejo, pues pensaba que si volvía al puente iba a morir; ¡pero si no lo hacía morirían sus hermanos!

El maestro, tras meditar unos momentos y conocedor de la situación, le respondió:

- Efectivamente, si vuelves creo que vas a morir. Pero has dado tu palabra y debes cumplirla, así que lo único que puedo hacer por ti es prepararte para una buena muerte. Mira, cuando el samurai te dé la espada, tú la colocas vertical sobre tu cabeza, cierras los ojos y piensas en Dios, con quien te encontrarás en poco tiempo. Todo será muy rápido y no sufrirás.

El joven monje, con más miedo que otra cosa, volvió al puente. El samurai en cuanto lo vio le tendió la espada para luchar.

El monje, sin decir palabra, la colocó sobre su cabeza como le había indicado el maestro, entornó los ojos y se concentró esperando el golpe certero del samurai. Este comenzó a observarlo tremendamente sorprendido.

- Es la primera vez que no me imploran que les perdone la vida, pensaba. No se ha movido nada y no se pone en la posición de defensa. ¿No será que tiene un golpe secreto que no conozco?

El monje, entretanto, seguía concentrado y muerto de miedo esperando el frío acero de la espada.

El samurai, cada vez más sorprendido, daba vueltas y más vueltas a su alrededor buscando un punto débil, y cada vez estaba más convencido de que el monje tenía un golpe maestro que iba a acabar con él en cualquier momento. Hasta que al fin se le acercó suplicante:

- ¡Por favor, no me mates! ¡Perdóname la vida y enséñame tu golpe maestro!

Aquí se pierde el rastro de esta historia. Hay quien dice que el monje lo acogió como discípulo y le enseñó lo que sabía; hay otros que dicen que el joven monje volvió corriendo a su monasterio para que el samurai no se diera cuenta de que no sabía nada de golpes maestros; y hay quien asegura que en ese momento, los 99 hombres que el samurai había matado resucitaron...


La Historia de la Semana