martes, 23 de octubre de 2012

Peregrinación a la Abadía de la Santa Cruz

Abadía benedictina de la Santa Cruz
El pasado fin de semana la Delegación de Pastoral Universitaria de Madrid organizó una peregrinación a la Abadía de la Santa Cruz, en el Valle de los Caídos, en Madrid, para dar inicio de forma oficial al curso que estamos empezando, y dentro del plan general de la diócesis Misión Madrid que se está desarrollando.

Este año ha sido declarado por Benedicto XVI el Año de la Fe, y es en torno a este tema que se articulan las actividades programadas por la Delegación de Pastoral Universitaria.

 
La peregrinación comenzó a la entrada del Valle de los Caídos, donde empieza un Via Crucis que transcurre por las montañas y que se ha reabierto recientemente al público, después de estar cerrado durante varios años.

Sendero
Vista de la Basílica
El entorno es muy bonito e invita a la oración y meditación en medio de la naturaleza, alejados del bullicio de las ciudades.

Tras unas palabras del Delegado explicando el sentido espiritual de la peregrinación, comenzamos a caminar siguiendo la senda preparada en medio del monte (¡con más de 2.400 escalones!), y haciendo las correspondientes paradas en la estaciones, algunas de ellas muy bien acondicionadas como se puede ver en las fotos.

Un momento del camino
Después de un par de horas de caminar llegamos a la entrada de la basílica, excavada en la montaña, que impresiona por su grandiosidad.
Explanada de entrada
Última subida...













Una vez dentro de la basílica nos recibió el Prior de la comunidad benedictina, quien nos habló del carácter espiritual y el sentido de reconciliación y acogida que preside el lugar y que los monjes benedictinos llevan a la práctica día a día.

Interior de la basílica
Cúpula sobre el altar
El interior de la basílica es impresionante dentro de su sencillez, pues no hay una ornamentación que resulte excesivamente recargada. La cúpula es un gran mosaico donde están representados todos los santos españoles conocidos.

Después de comer tuvimos una reunión con el Obispo auxiliar encargado de la Pastoral Universitaria, donde se mezclaron canciones con testimonios y vivencias de los asistentes, y resultó un acto muy emotivo.

A continuación se celebró la Eucaristía y ya regresamos a Madrid, contentos y con el buen sabor espiritual de habernos acercado un poco más a Dios y a María.


























La Historia de la Semana

viernes, 19 de octubre de 2012

El monje y el demonio

La historia de esta semana narra un diálogo entre un joven y un monje que me ha parecido muy interesante y original.

En el caminar espiritual estamos acostumbrados de decir que hay que luchar con el demonio para  ser mejores y alcanzar la perfección. 

Pero llega un momento en que la confianza con Dios es tan grande que también hay que 'luchar' con El, esto es, el amor verdadero lleva a estar en constante entrega de uno mismo a los demás con el esfuerzo que ello supone de lucha interior y de superación personal.

A continuación El monje y el demonio.
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El monje y el demonio

Un joven pasó sus vacaciones de verano en un monasterio. Durante esos días mantuvo una serie de conversaciones con un monje anciano con el que entabló una sincera amistad. 

Un día le preguntó al venerable anciano:

- Padre, y después de tantos años en el monasterio ¿sigue usted todavía luchando con el demonio?


A lo que el anciano monje replicó:


- No. Ya no. Lo hacía cuando era más joven, pero ahora soy viejo y estoy cansado. Y el demonio se ha vuelto viejo también y parece que se ha cansado de mí. Yo lo dejo en paz, y él me deja tranquilo a mí.

- Entonces, -dijo el joven- su vida será mucho más fácil ahora….


- ¡Oh, no!, -replicó el venerable anciano con vehemencia- ¡ahora es mucho peor! Ahora me toca luchar con Dios.



La Historia de la Semana

miércoles, 17 de octubre de 2012

El buen Rey

La historia de esta semana trata sobre un tema clásico pero muy interesante en nuestros días: ¿cómo elegir un buen dirigente?

Todos podemos aportar ideas de cómo nos gustaría que fuera este buen dirigente, pero seguramente coincidiremos en dos cosas: que sea honesto en su actuar y que haga el bien siempre que pueda.

En este contexto se desarrolla este cuento, donde se pueden añadir otros aspectos importantes: no mirar el propio interés, no tener acepción de personas, estar atento al necesitado,... 

Pero el resto lo podéis leer a continuación en esta historia titulada El buen Rey. ¡Espero que os guste!

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El buen Rey

Érase una vez que había un Rey muy piadoso y que no tenía hijos. Por ello, envió a sus heraldos a colocar un anuncio en todos los pueblos diciendo que cualquier joven que reuniera los requisitos para aspirar a ser el sucesor al trono, debería entrevistarse con el Rey. Y estos requisitos se resumían en dos: amar a Dios y amar a su prójimo.

En una aldea lejana, un joven huérfano leyó el anuncio real. Su abuelo, que lo conocía bien, no dudó en animarlo a presentarse, pues sabía que cumplía los requisitos, pues amaba a Dios y a todos en la aldea. Pero era tan pobre que no contaba ni con vestimentas dignas, ni con el dinero para las provisiones de tan largo viaje.

Su abuelo lo animó a trabajar y el joven así lo hizo. Ahorró al máximo sus gastos y cuando tuvo una cantidad suficiente, vendió todas sus escasas pertenencias, compró ropas finas, algunas joyas y emprendió el viaje. 

Al final del viaje, casi sin dinero, se le acercó un pobre pidiendo limosna. Tiritando de frío, vestido de harapos, imploraba: “Estoy hambriento y tengo frío, por favor ayúdeme...” El joven, conmovido, de inmediato se deshizo de sus ropas nuevas y abrigadas y se puso los harapos del pobre. Sin pensarlo dos veces le dio también parte de las provisiones que llevaba.

Cruzando los umbrales de la ciudad, una mujer con dos niños tan sucios como ella, le suplicó: “¡Mis niños tienen hambre y yo no tengo trabajo!” Sin pensarlo dos veces, le dio su anillo y su cadena de oro, junto con el resto de las provisiones.

Entonces, en forma titubeante, llegó al castillo vestido con harapos y sin de provisiones para el regreso. Un asistente del Rey lo llevó a un grande y lujoso salón donde estaba el Rey. Cuál no sería su sorpresa cuando alzó los ojos y se encontró con los del Rey.

Atónito dijo: -“¡Usted... usted! ¡Usted es el pobre que estaba a la vera del camino!”

En ese instante entró una criada y dos niños trayéndole agua, para que se lavara y saciara su sed. Su sorpresa fue también mayúscula: -“¡Ustedes también! ¡Ustedes estaban en la puerta de la ciudad!” 

El Soberano sonriendo dijo: -“Sí, yo era ese pobre, y mi criada y sus niños también estuvieron allí”.

El joven tartamudeó: -“Pero... pe... pero... ¡usted es el Rey! ¿Por qué me hizo eso?” 

El monarca contestó: “Porque necesitaba descubrir si tus intenciones eran auténticas frente a tu amor a Dios y a tu prójimo. Sabía que si me acercaba a ti como Rey, podrías fingir y no sabría realmente lo que hay en tu corazón. Como pobre, no sólo descubrí que de verdad amas a Dios y a tu prójimo, sino que eres el único en haber pasado la prueba. 

¡Así que tú serás mi heredero! -sentenció el Rey- ¡Tú heredarás mi reino!”.


La Historia de la Semana

miércoles, 10 de octubre de 2012

Fábula de los tres hermanos

Una de las actuaciones más frecuentes en los primeros campamentos que participé eran las canciones del cantautor cubano Silvio Rodríguez interpretadas por alguno de los asistentes (¡con mejor o peor fortuna pero siempre con muy buena intención!).

La que comparto esta semana, titulada Fábula de los tres hermanos, siempre me cautivó tanto por la música como por la letra.

La letra deja un poso triste pues viene a decir que hagas lo que hagas siempre vas a fracasar. 

Y me ha hecho meditar bastante en este tema pues creo que lleva parte de razón. Efectivamente, si uno va por la vida mirando únicamente a sus cosas y a su interés personal lo más probable es que acabe fracasado y solitario.

Por eso la mejor mirada es la que va dirigida a ver el corazón de los demás con generosidad y espíritu de servicio.

Aquí va el video con la canción y después la letra. A ver qué os parece a vosotros!  





Fábula de los tres hermanos
Silvio Rodríguez

De tres hermanos, el más grande se fue
por la vereda a descubrir y a fundar.
Y para nunca equivocarse o errar
iba despierto y bien atento
a cuanto iba a pisar.

De tanto en esta posición caminar,
ya nunca el cuello se le enderezó.
Y anduvo esclavo ya de la precaución,
y se hizo viejo queriendo ir lejos
con su corta visión.

E, e, e;
e, e, e:
ojo que no mira más allá no ayuda el pie.
U, u, u;
u, u, u,
óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú.

De tres hermanos, el de en medio se fue
por la vereda a descubrir y a fundar.
Y para nunca equivocarse o errar
iba despierto y bien atento
al horizonte igual.

Pero este chico listo no podía ver
la piedra, el hoyo que vencía a su pie.
Y revolcado siempre se la pasó,
y se hizo viejo queriendo ir lejos,
a donde no llegó.

E, e, e;
e, e, e:
ojo que no mira más acá tampoco fue.
U, u, u;
u, u, u,
óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú.

De tres hermanos, el pequeño partió
por la vereda a descubrir y a fundar.
Y para nunca equivocarse o errar,
una pupila llevaba arriba
y la otra en el andar.

Y caminó vereda adentro el que más
ojo en camino y ojo en lo por venir.
Y cuando vino el tiempo de resumir,
ya su mirada estaba extraviada
entre el estar y el ir.

E, e, e;
e, e, e:
ojo puesto en todo ya ni sabe lo que ve.
U, u, u;
u, u, u,
óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú.

La Historia de la Semana

lunes, 8 de octubre de 2012

¡Muchas gracias!

Hace unos cuatro años por estas fechas, gracias a los ánimos y sugerencias de un grupo de buenos amigos, iniciamos la andadura de este blog.

Y gracias a la acogida que ha tenido por la difusión entre amigos y conocidos, sin más apoyos publicitarios, se ha ido consolidando como un punto de referencia para bastantes personas.

Se han superado las 200.000 páginas vistas, tiene más de 500 amigos en Facebook, va por los 400 artículos publicados y seguimos creciendo.

Todo un sueño impensable cuando comenzamos hace cuatro años, que fue precisamente con el discurso más famoso de Martin Luther King titulado Tengo un sueño.

Pero independientemente del mayor o menor éxito de las cifras, lo que de verdad importa es que con que fuera útil a algunas personas ya merecería la pena seguir el blog. Y por mi parte siempre recuerdo la fábula de El rey y el pordiosero sobre la humildad, pues nunca hay que perder de vista los orígenes. El único mérito es la perseverancia de escribir regularmente y la fidelidad a los lectores que esperan la historia semanal.

Así que, como dice el título de este artículo, ¡Muchísimas gracias a todos! Poco más puedo añadir pues es el sentimiento que tengo en el corazón.

Y para terminar, comparto un poco de música relajante de un grupo alemán de los años 70 denominado Ash Ra Tempel. Se trata del tema titulado The Fairy Dance, La danza de las hadas, que espero os guste tanto como a mí.

Y de nuevo ¡muchísimas gracias de todo corazón a los que se acercan a este sencillo rincón de la web! 


La Historia de la Semana

domingo, 7 de octubre de 2012

Siete consejos sobre el amor

Hace poco leí un libro titulado El amor: la gran oportunidad, del psiquiatra Enrique Rojas, que me ha parecido muy interesante para compartir.

En estos tiempos en que predomina prácticamente en todos los órdenes lo efímero frente a lo perdurable, con las consecuencias que esto lleva en el ámbito de los sentimientos y la afectividad, este libro trata sobre cómo mantener el amor y conseguir que sea duradero, dando una serie de pautas para alcanzar la felicidad y la estabilidad de las parejas.

En este artículo comparto un resumen de uno de los capítulos que considero muy útil para lograr un amor estable y profundo, que pasa ineludiblemente por el amor sin condiciones y sin egoísmos.

Se titula Siete consejos sobre el amor y aquí van a continuación.

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Siete consejos sobre el amor

1) No divinizar el amor.
El amor de la pareja es algo real y tiene unas coordenadas concretas, y hay que ubicarlo con algo grande, pero que depende de cómo cada uno lo trabaje, cuide y cultive. En las canciones y películas se suele dar una imagen irreal.

2) No hacer de la otra persona un absoluto.
En los primeros tiempos del enamoramiento es normal que suceda así, pero con el tiempo hay que ver al otro como realmente es, con sus virtudes y defectos cotidianos.

3) Estar enamorado no es suficiente para que el amor funcione y dure.
El amor hay que alimentarlo día a día a base de detalles, que convierten el enamoramiento en algo fuerte, sólido y firme.

4) La vida de pareja necesita aprendizajes sucesivos.
Para lograr un crecimiento armónico hay que ir aprendiendo a situar de forma correcta las relaciones con las familias, la economía, el tiempo libre, dedicando tesón e inteligencia.

5) Ser conscientes de que pueden aparecer crisis.
Incluso después de muchos años de conocerse. La vida en común tiene exigencias que van apareciendo.  Hay cuatro componentes importantes que intervienen: afectividad, inteligencia, voluntad y espiritualidad.

6) Saber que el amor maduro tarda en llegar. 
Y amor maduro significa la compenetración de dos personas  manteniendo cada una su propia individualidad. Este es el reto: no anular al otro y hacerlo como uno quiere que sea, sino respetar su libertad y personalidad.

7) Recordar que el amor verdadero consiste más en dar que en recibir.
Es fácil de entender en los primeros momentos, pero hay que mantenerlo. Dar no es renunciar o ser menos, sino ser consciente de mi riqueza y compartirla. El egoísmo no es propio de amor.

La Historia de la Semana

viernes, 5 de octubre de 2012

Anastasio y Pacomio

La historia de esta semana cuenta un simpático pasaje de la vida de los monjes Anastasio y Pacomio.

Durante los primeros siglos del cristianismo tuvo un gran auge la vida eremítica, en la que las personas, en su deseo de alcanzar la santidad, se retiraban al desierto, dando lugar poco a poco a comunidades que crecían en torno a un monje con fama de santo.

Anastasio fue uno de ellos. Los escritos de esa época revelan una concepción de la vida espiritual muy profunda a la vez que muy sencilla.

Esta historia nos recuerda con un ejemplo práctico algo muy importante: se puede vencer al mal con el bien, aunque hoy día veamos a nuestro alrededor todo lo contrario: 

parece que predomina la venganza, el rencor, la ira, el resentimiento,... frente al perdón, el altruismo, la generosidad, la misericordia,... 

Aquí os dejo con Anastasio y Pacomio, que nos recuerdan una vez más que el bien siempre es preferible al mal.

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Anastasio y Pacomio

El abad Anastasio tenía un libro precioso. El monje Pacomio fue a visitarlo y se lo robó. El abad no quiso denunciarlo para que no se añadiera el perjurio al robo.

Pacomio, que necesitaba dinero, le ofreció el libro a un cambista por 18 monedas. El cambista, como no tenía mucha idea de libros, se lo llevó para tasarlo al abad Anastasio, que era el más entendido. 

-Este libro sí que las vale, le dijo Anastasio.

El cambista fue ante Pacomio y le dijo: 

-Me lo quedo. Anastasio me ha dicho que sí vale las 18 monedas que te ofrecí

Y Pacomio replicó: 

-¿No te dijo nada más Anastasio?

-No, nada más, contestó el cambista. 

-Pues no lo vendo, respondió Pacomio.

Y enseguida fue a Anastasio a pedirle perdón. 

Anastasio le regaló el libro en señal de gratitud. Y Pacomio, admirado, se quedó a vivir con él.
 

jueves, 4 de octubre de 2012

Viaje a Fátima

Explanada del santuario
Normalmente cuando se habla de Fátima (Portugal) suele venir un lejano recuerdo de la niñez, en que nos dijeron que allí hubo un milagro muy grande en el que se apareció la Virgen a tres pastorcillos hace muchos años.

Pero la realidad supera con creces ese recuerdo que aprendimos de niños. 

El fin de semana pasado tuve la suerte de acompañar a la Pastoral Universitaria de Madrid al santuario de Fátima dentro de una peregrinación diocesana para dar inicio a la Misión Madrid y pude comprobar que el significado que tiene va mucho más allá del simple milagro.

Entre los meses de mayo y octubre de 1917 la Virgen se apareció a tres niños, Lucía, Francisco y Jacinta,  que estaban cuidando las ovejas del rebaño familiar, para transmitir el mensaje de que había que orar mucho por la paz del mundo (había estallado la primera guerra mundial) y ofrecer sacrificios por el perdón de los pecadores.

Capelinha, en el lugar donde se apareció la Virgen
Prácticamente desde el inicio mucha gente creyó en las apariciones, y en la última se observó el milagro del Sol que acabó convenciendo a todos los presentes, entre los que no faltaban ateos y críticos.

Monumento a Juan Pablo II
En la actualidad, el árbol sobre el que se apareció la Virgen ya no existe, y en su lugar se ha construido una sencilla casita, la Capelinha, donde la oración brota de forma natural y se percibe la presencia sobrenatural de María.

La explanada donde está situado el santuario es grandiosa, y debido a la gran afluencia de peregrinos recientemente se ha construido una nueva basílica con amplias instalaciones para acogerlos, junto con un monumento a Juan Pablo II, cuya vida está muy relacionada con la Virgen de Fátima a raíz del atentado que sufrió el 13 de mayo de 1981, el mismo día en que se iniciaron las apariciones de la Virgen a los niños.


Tumbas de Jacinta y Lucía
Dos de los niños, Francisco y Jacinta, fallecieron por enfermedad pocos años después de las apariciones y fueron beatificados por Juan Pablo II en el año 2000. En cambio Lucía ingresó en las Carmelitas Descalzas y vivió hasta el 2005.

Los tres están enterrados en la primera basílica que se contruyó y sus capillas tienen una gran afluencia de fieles.

Llama poderosamente la atención la gran devoción popular que se manifiesta por todos los rincones, con muchas personas rezando el rosario y participando de la liturgia.

Nueva basílica
Interior de la basílica










Parte del grupo
Procesión de antorchas


















Destaca como una gran manifestación popular la 'procesión de antorchas', en la que el sábado por la noche miles de personas rezan el rosario con velas en las manos y luego van en procesión rodeando la plaza del santuario. Es impresionante y sobrecogedor participar del ambiente y de la fe que se vive y se percibe a flor de piel.

Otra parte del grupo











Como dato curioso que me llamó la atención, porque nunca lo había visto, es que se ofrendan tantas velas a la Virgen que de vez en cuando sale una llamarada en el lugar donde se colocan,  de manera que las derrite para que la gente pueda colocar otras nuevas. ¡Ingenioso!

En definitiva, resumiría este viaje diciendo que merece la pena hacer una visita al santuario de Fátima para acercarse a la presencia de la Virgen como Madre nuestra que es y recordar el sentimiento de que la ofrenda de la propia vida por los demás es lo que colma el corazón del ser humano y le hace crecer espiritualmente en medio de las circunstancias particulares de la vida de cada uno.