Con esta entrada concluyo los recuerdos de las actividades del verano, que como se puede ver por los artículos anteriores han sido múltiples y variadas (¡y ha habido otras que no aparecen en el blog :-))
El campo de trabajo es una de las actividades de verano que más me gusta, ya que combina muy bien el esfuerzo del trabajo diario con la convivencia, el conocer nuevos lugares y hacer una obra beneficiosa para los que irán el próximo año al campamento.
En este año hemos estado en total 14 personas de lugares variados: Bilbao, Barcelona, San Sebastián, Pamplona, Madrid, Bristol, ... lo que ha resultado muy enriquecedor para todos.
Se ha trabajado mucho pero con una alegría desbordante. No sólo hemos recogido todo lo de los campamentos celebrados con anterioridad, sino que se han pintado los baños y el cuarto de motores, reforzado los bajos de la cocina para que no entre humedad, y un montón de cosas más que se verán el año que viene.
Y aún nos ha quedado tiempo libre para hacer visitas muy interesantes por los alrededores y descargar un poco de adrenalina practicando rappel para que no se nos olvide.
Y sin olvidar una velada improvisada donde fuimos aportando cada uno nuestros mejores recuerdos artísticos y habilidades, desde la txalaparta hasta Beethoven, con juegos y canciones y hasta el estrafalario Yogurthu Mghe.
He añadido algunas fotos de los lugares que visitamos el día de excursión por los alrededores, pues vimos sitios muy curiosos que merece la pena visitar.
Comenzamos con una iglesia románica tradicional y luego
encontramos una 'iglesia rupestre' excavada totalmente en una roca,
donde en su tiempo vivieron algunos eremitas. Es una pena que esté un
poco abandonada y sea desconocida.
No faltó la ya tradicional visita a Orbaneja del Castillo, pueblo medieval con un naciente de agua que da lugar a unas cascadas muy bonitas y unas lagunas donde los más valientes se bañaron (¡con lo fría que estaba el agua!).
Continuamos nuestra excursión visitando un observatorio astronómico y un yacimiento petrolífero en Sargentes de Lora, que fue muy famoso en los años 80 pero ahora anda de capa caída.
Y después de una buena comida en plan campestre nos dirigimos hacia el impresionante Cañón del Ebro, un poco del cual se puede apreciar en esta última foto (los de la esquina superior derecha somos nosotros, ¡casi nada!).
La Historia de la Semana
No hay comentarios:
Publicar un comentario