Las siguientes fotos corrresponden al Via Crucis celebrado en el Paseo de Recoletos.
Pero lo más bonito es el ambiente que se respira en cada lado que se mire: la alegría, el entusiasmo, la amistad,... se desbordan por cada poro de la piel.
Aunque lo mejor está todavía por venir: la Vigilia en Cuatro Vientos y la misa de clausura de la JMJ.
Llegar hasta allí en Metro es todo un espectáculo. Nunca se ha visto tan lleno de gente con los andenes a rebosar, y de camino hacia el lugar, improvisados samaritanos nos socorren con un poco de agua para refrescarnos, ya que las temperaturas son bastante elevadas.
Parte del grupo en Cuatro Vientos |
Después de una larga caminata llegamos al lugar asignado por la organización, para descubrir que está tan lleno que no cabe un alma más y tenemos que ir a otro lugar. Este resulta ser mucho peor que el inicial pero la alegría y el buen ánimo no decaen en absoluto.
Cada vez va llegando más gente y todas las zonas previstas se van llenando, hasta tal punto que hacia las 8 de la tarde se cierra el acceso y no dejan entrar a más peregrinos. Según uno de los voluntarios responsables se ha llegado a los dos millones de jóvenes.
La gente se empieza a acomodar para la celebración y de repente un gran vendaval con una buena lluvia hace su aparición. Improvisamos un chaleco impermeable con una bolsa y seguimos adelante como si nada.
Después de pasar la noche intentando dormir un poco para estar despejados al día siguiente, nos preparamos para el acto final: la misa de clausura.
La zona del altar está cerrada y sólo se accede con acreditación. Y por cuestiones de seguridad, en todos los lugares donde hay ceremonia con presencia del Papa hay que estar cuatro horas antes.
La gente se empieza a acomodar para la celebración y de repente un gran vendaval con una buena lluvia hace su aparición. Improvisamos un chaleco impermeable con una bolsa y seguimos adelante como si nada.
Después de pasar la noche intentando dormir un poco para estar despejados al día siguiente, nos preparamos para el acto final: la misa de clausura.
La zona del altar está cerrada y sólo se accede con acreditación. Y por cuestiones de seguridad, en todos los lugares donde hay ceremonia con presencia del Papa hay que estar cuatro horas antes.
Terminada la misa, el Papa se despide de los jóvenes que no cesan de cantar y manifestar su alegría por estos días que se han pasado muy rápidos, y ya corean el lugar de celebración de las próximas Jornadas Mundiales de la Juventud: Rio de Janeiro.
Y poco a poco los dos millones de peregrinos van dejando el lugar para regresar a sus ciudades de origen con el corazón rebosante de alegría, paz y felicidad.
La Historia de la Semana
1 comentario:
YO VI CASI TODOS LOS ACTOS POR 13TV Y NE QUEDE IMPRESIONADA DE LA GENTE QUE HABIA, DE LA ALEGRIA QUE TRASMITIAN Y DE LOS POCOS INCIDENTES QUE HUBO
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