Estamos en período de exámenes en la universidad y no podía dejarlo pasar sin tributar un sentido y necesario homenaje a los sufridos y abnegados profesores, tan poco comprendidos en estos tiempos que corren.
Así que, en clave de humor, no exento de un fondo de verdad más grande que una pirámide de las grandes, comparto la historia de esta semana sobre la dificultad de ser un buen profesor.
¡¡Y de paso incluimos un texto más relajado para que no todo sea siempre en plan serio !!
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Imposible ser buen profesor
Si es simpático, es un confianzudo.
Si es serio, es un amargado.
Si es joven, es un inexperto.
Si es viejo, está pasado de moda.
Si bebe, es un borracho.
Si no lo hace, es un puritano aburrido.
Si concede permisos, tiene preferencias.
Si no los concede, es insensible e inhumano.
Si es estricto, no le satisface nada.
Si no lo hace, es un mediocre.
Si exige cumplimiento es un mandón.
Si no lo hace, es un incapaz.
Si defiende la moral, es moralista.
Si no lo hace, es un alcahuete.
Si busca mejoras, no le gusta nada de lo que hay.
Si no lo hace, es anquilosado e indiferente.
Si nombra sus títulos, es presumido.
Si no lo hace, es un analfabeto favorecido.
OJO: si el estudiante sobresale, es virtud del estudiante;
si a éste le va mal es culpa del profesor.
Si fomenta la investigación, acosa a los estudiantes.
Si no lo hace, le da miedo profundizar en los temas.
Si se expresa con propiedad, es un sabelotodo.
Si no lo hace, no es idóneo en su materia.
Conclusión: Ser Rector, Coordinador, Profesor, requiere:
La Sabiduría de SALOMÓN
La Paciencia de JOB
La Sordera de BEETHOVEN
La Sonrisa de GIOCONDA
La Mansedumbre de SAN FRANCISCO
La Astucia del ZORRO
La Actividad de una ABEJA
El Valor de un LEÓN.
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