domingo, 23 de septiembre de 2012

The Promise

El tema musical de esta semana se titula The Promise, La promesa, y es el tema central de la famosa película El piano.

Esta película se estrenó en el año 1993 y tuvo mucho éxito, siendo ganadora del Festival de Cannes y obteniendo varios Oscar de la Academia.

Es una cinta dramática que trata sobre una pianista muda y su hija, que se trasladan a Nueva Zelanda a mediados del siglo XIX para iniciar una nueva vida. 

El autor es el compositor inglés Michael Nyman, que ha realizado también la música de otras películas famosas.

La he escogido porque transmite una sensación de paz y equilibrio interior propio de una persona que aspira a más en la vida y no se conforma con lo que tiene.

He encontrado un par de versiones. La primera con fotos muy bonitas de paisajes y la segunda de una actuación en directo. Es curioso y didáctico comparar ambas versiones del mismo tema y observar las diferencias.

Aquí va el primer video.



Y aquí el segundo, que es de una actuación de Michael Nyman en directo en Barcelona el año 2009. El video no tiene mucha calidad pero el sonido es bueno.


La Historia de la Semana

jueves, 20 de septiembre de 2012

Mentiras universales

La historia de esta semana está dedicada al humor, que hace tiempo que no sale por estas páginas y siempre viene bien tomarse la vida con sonrisas.

El texto se titula Mentiras universales y recoge una circunstancia no exenta de verdad: 

¿quién no ha dicho una mentirijilla o una media verdad de vez en cuando?

Por unas causas u otras, seguro que en alguna de las frases siguientes nos sentimos retratados: yo confieso que por lo menos en cuatro ha dado en el clavo :-)) (¡pero no digo cuáles por si acaso!).

Aunque, en definitiva, lo importante es sonreir y tratar de hacer la vida más fácil y alegre a los demás.

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Mentiras universales

1) Este año sí me pongo a estudiar en serio.

2) Tranquilo. No te va doler.

3) Un momento y nos vamos.

4) Justo te iba a llamar ahora.

5) Juro que no vuelvo a beber nunca más en mi vida.

6) Se me perdió tu e-mail, ¿me lo das de nuevo?

7) El profe me tiene rabia.

8) Perdimos por culpa del árbitro.

9) Pon tú hoy, que mañana te pago.

10) Sí, quiero dejo de fumar.

11) Pero si pasé el semáforo en amarillo...

12) Se me perdió tu teléfono.

13) Justo estaba pensando en ti.

14) Sólo somos amigos.

15) Se cayó solo… ¡y se rompió!

16) ¡¡¡Pero si yo estudié esta vez!!!

17) Mañana te traigo los CD's.

18) Eso te queda ¡¡¡muy bien!!!

19) Quédate tranquilo que no se lo voy a contar a nadie.

20) Este lunes empiezo la dieta.

21) ¡Hola, papá! Me voy a quedar a dormir en casa de una amiga.

22) Choqué, pero la culpa la tuvo el otro.

23) No escuché cuando sonó el celular.

24) Te estuve llamando, pero siempre daba ocupado.

25) Yo tengo un amigo a quien también le pasó.

26) Llámame en cinco minutos que estoy en una reunión.


La Historia de la Semana

martes, 18 de septiembre de 2012

El monje y el guerrero

El tema de la búsqueda de lo trascendente siempre ha estado presente en la historia y en la literatura bajo formas muy distintas.

La historia de esta semana es similar a otra que ya se publicó hace tiempo pero siempre es interesante recordarla.

En esta búsqueda del +  que nos constituye, se plantea una cuestión de capital importancia: ¿cómo se enseña mejor a los demás: con la teoría o con la experiencia?

El monje de esta breve historia lo tiene bien claro, aunque resulte un poco peligroso para él...

A continuación El monje y el guerrero, que espero os guste.
 
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El monje y el guerrero

Un guerrero de fortaleza impresionante se acercó a un pequeño y humilde monje haciéndole bruscamente una pregunta: “¿Qué puedes enseñarme de Dios y del diablo?”. 


El monje contestó: “No tengo nada que decirte; hueles mal, estás sucio, tienes tu espada mal cuidada y me das verdadero asco. Aléjate de mí”.

El guerrero enrojeció de rabia, y fuera de sí, levantó su espada para fulminar al monje, que en ese momento dijo suavemente: “Eso es el diablo”.


Impresionado por la serenidad y la valentía del monje, el guerrero quedó paralizado y tembloroso, al ver que por enseñarle algo, una persona ponía así en riesgo la vida. 


Entonces, bajó la cabeza y pidió perdón con humildad, aceptando lo impropio de su conducta.

Y el monje le interrumpió amablemente para decir: “Eso es Dios”.



La Historia de la Semana