viernes, 18 de febrero de 2011

El mensaje del anillo

Una de las características de las personas grandes de corazón es el 'saber estar' en todo momento y lugar: tanto si las cosas van bien como si van mal, saben distinguir la parte que corresponde a la propia responsabilidad (y aceptar las consecuencias), como la parte que escapa al control de cada uno. 


De la misma manera, 'saben estar' en medio de cualquier tipo de personas, tanto si son cultas como ignorantes, ricas o pobres, viejas o jóvenes.

El cuento de esta semana trata precisamente de saber mantener la integridad personal en medio de cualquier circunstancia, tanto si es buena o agradable como si es mala o triste, sin dejar que se nos nuble la visión, y así poder tener una visión objetiva de las cosas.

Y es que en el camino de la vida hay que ir adquiriendo esta madurez personal para afrontar cualquier situación siempre con fe y esperanza en el futuro.

Y sin más, aquí va El mensaje del anillo.


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El mensaje del anillo

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte: "Me están haciendo un precioso anillo, con un diamante extraordinario, y quiero guardar dentro de él un mensaje muy breve, un pensamiento que pueda ayudarme en los momentos más difíciles, y que ayude a mis herederos y a los herederos de mis herederos, para siempre".

Aquellos sabios podrían haber escrito grandes tratados sobre muchos temas, pero escribir un mensaje de sólo dos o tres palabras era bastante más complicado. 


Pensaron, buscaron en sus libros, pero no encontraban nada. El rey lo consultó entonces con un anciano sirviente por el que sentía un gran respeto. Aquel hombre le dijo: "Hace muchos años estuve unos días al servicio de un gran amigo de tu padre. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me entregó este diminuto papel doblado. Me insistió en que no lo leyera antes de necesitarlo de verdad, cuando todo lo demás hubiera fracasado. Ahora es tuyo. Tómalo y ponlo en tu anillo".
 
Aquel momento de necesidad no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió su reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos le perseguían. Llegó a un lugar donde el camino se acababa. No había salida. Frente a él había un precipicio. Tampoco podía volver, porque el enemigo le cerraba el paso. Ya escuchaba el trotar de los caballos de sus perseguidores. Cuando iba a rendirse, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y leyó el misterioso mensaje. Tenía sólo tres palabras: "Esto también pasará".

Tuvo fuerzas entonces para resistir un poco más. Sus enemigos debieron de perderse en el bosque, pues poco a poco dejó de escucharse el trote de los caballos. El rey recobró el ánimo, regresó, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Hubo una gran celebración, con banquete, música y bailes. Se sentía muy orgulloso de su triunfo. 

El anciano estaba sentado a su lado, en un lugar preferente, y le dijo: "Ahora también es un buen momento para leer el mensaje". "¿Qué quieres decir?", preguntó el rey. "Ese mensaje no es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero".
El rey volvió a leerlo, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero su orgullo, su altivez, su egolatría, habían desaparecido.

Comprendió que todo pasa, que ningún éxito o fracaso son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza, y hay que aceptarlos como parte de la naturaleza, porque pertenecen a la misma esencia de las cosas.


(Las fotos son paisajes de los Picos de Europa, en Asturias) 


La Historia de la Semana

miércoles, 16 de febrero de 2011

Sometimes

Va siendo hora de intercalar un video musical para relajarse y descansar 5 minutos, que nunca viene mal.

En esta ocasión comparto un tema del grupo B-Tribe titulado Sometimes, grupo de origen alemán que se dio a conocer en los años 90. 
 
Me ha llamado la atención porque mezcla muy armoniosamente la guitarra española y los ritmos flamencos con la música ambiente, logrando una atmósfera muy especial y relajante.

El video está rodado sobre todo en Africa y tiene escenas muy bonitas y simpáticas.

Y la letra no tiene desperdicio:  de vez en cuando se oye sometimes y ole. (Será por la influencia española...)

¡Espero que lo disfrutéis! 

La Historia de la Semana

lunes, 14 de febrero de 2011

Una historia de amor

Aprovecho el día de San Valentín para felicitar a todos los enamorados que se asoman a este rinconcito de la web.

Y como no podía ser menos, hoy comparto una historia de amor sencilla y muy ilustrativa de una cualidad del amor auténtico: la donación generosa. Una relación en la que no haya generosidad y desprendimiento personal se podrá llamar de muchas maneras, pero nunca amor.

Y además, cuando se es generoso, de forma inexplicable, al final se recibe más de lo que se entrega.

De esto trata precisamente la historia de esta semana, Una historia de amor.

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Una historia de amor

Renato casi no vio a la señora en el auto parado al costado de la carretera. Llovía fuerte y era de noche. Pero se dio cuenta que necesitaba ayuda.

Así que paró su auto y se acercó. El coche de la señora olía a pintura, de tan nuevo. La señora pensó que pudiera ser un asaltante, pues no inspiraba confianza, parecía pobre y hambriento.

Renato percibió que ella tenía mucho miedo y le dijo: "Estoy aquí para ayudarla madame, no se preocupe. ¿Porque no espera en el auto que está más calientito? A propósito, mi nombre es Renato"...

Bueno, lo que pasaba es que ella tenía una rueda pinchada y para colmo era una señora de edad avanzada, algo bastante incómodo. Renato se agachó, colocó el gato mecánico y levantó el auto. Y con esfuerzo cambió la rueda. Pero quedó un poco sucio y con una herida en una de las manos.

Cuando apretaba las tuercas de la rueda ella abrió la ventana y comenzó a conversar con él. Le contó que no era del lugar, que sólo estaba de paso por allí y que no sabía cómo agradecer por la preciosa ayuda presatada. Renato apenas sonrió mientras se levantaba.

Ella preguntó cuanto le debía. Ya había imaginado todas las cosas terribles que podrían haber pasado si Renato no hubiese parado para socorrerla. Pero Renato no pensaba en dinero, le gustaba ayudar a las personas.

Este era su modo de vivir. Y respondió: "Si realmente quisiera pagarme, la próxima vez que encuentre a alguien que precise de ayuda, déle a esa persona la ayuda que precise y acuérdese de mí"...

Algunos kilómetros después la señora se detuvo en un pequeño restaurante, la camarera vino hasta ella y le trajo una toalla limpia para que secase su mojado cabello y le dirigió una dulce sonrisa.

La señora notó que la camarera estaba con casi ocho meses de embarazo, pero no dejaba que la tensión y los dolores le cambiaran su actitud.

La señora se preguntaba con curiosidad cómo alguien que tenía tan poco podía tratar tan bien a un extraño. Entonces se acordó de Renato. Después que terminó su comida, y mientras la camarera buscaba cambio, la señora se fue.

Al volver la camarera con el cambio y no verla se extrañó, y descubrió algo escrito en una servilleta, sobre la cual tenía 10 billetes de 100 dólares.

Le cayeron las lágrimas de sus ojos cuando leyó lo que la señora había escrito. Decía: "Tú no me debes nada, yo tengo bastante. Alguien me ayudó hoy y de la misma forma te estoy ayudando. Si tú realmente quisieras reembolsarme este dinero, no dejes que este círculo de amor termine contigo, ayuda a alguien..."

Aquella noche, cuando fue a casa, cansada se acostó en la cama, su marido ya estaba dormido y ella quedó pensando en el dinero y en lo que la señora dejó escrito.

¿Cómo pudo esa señora saber cuanto ella y el marido precisaban de aquel dinero? Con el niño que estaba por nacer el próximo mes todo se estaba complicando.

Quedo pensando en la bendición que había recibido, y esbozó una gran sonrisa. Le dio las gracias a Dios y se volvió hacia su preocupado marido que dormía a su lado, le dió un beso suave y susurró: 

"Todo estará bien; te amo Renato!"