Una asignatura pendiente que tienen muchas personas es la de las relaciones interpersonales. Basta una pequeña discrepancia o un malentendido para sean causa de riñas, enfados, rupturas,...
Y casi siempre es por estar más pendiente de uno mismo, de los hábitos y costumbres personales, que de lo que la otra persona necesita en ese momento o quiere transmitir.
En definitiva, nos hace falta trabajar más la empatía y el acompañamiento para mejorar esas relaciones.
La historia de esta semana toma como ejemplo la relación entre médico y paciente, y muestra cómo con un poco de empatía se obtienen mejores resultados. Se titula La mejor medicina, y aquí va a continuación.
========================
La mejor medicina
Un estudiante fue con un maestro para aprender el arte de curar. Vieron venir a un paciente y el maestro dijo:
-Este hombre necesita granadas para curarse.
El estudiante recibió al paciente y le dijo:
-Tiene usted que tomar granadas, es todo lo que necesita.
El hombre se fue protestando y probablemente no consideró en serio el consejo. El estudiante corrió a su maestro y preguntó qué es lo que había fallado. El maestro no dijo nada y esperó a que de nuevo se dieran las circunstancias.
Pasó un tiempo y el maestro dijo de otro paciente:
-Ese hombre necesita granadas para curarse, pero esta vez seré yo quien actúe.
Le recibió y se sentaron, hablaron de su familia, de su trabajo, de su situación, dificultades e ilusiones. El maestro con aire pensativo dijo como para sí mismo:
-Necesitarías algún fruto de cáscara dura, anaranjada, y que en su interior contenga granos jugosos de color granate.
El paciente interrumpió exclamando:
-¡Granadas!, ¿y eso es lo que podría mejorarme?
El paciente se curó y el estudiante tuvo una ocasión más para aprender que el remedio es la mitad de la cura.
La otra mitad es el acompañamiento y la respuesta de aquél a quien se cura.
La Historia de la Semana