Estos días de Navidad se incrementa de forma notable el consumo y a veces se cae en la superficialidad, siendo fácil perder el sentido que estas fiestas han tenido hasta ahora.
Se van transformando en momentos lúdicos sin otro objetivo que pasarlo bien (lo cual no está mal) pero olvidando el trasfondo de lo que significan estos días en la cultura cristiana.
Me han enviado el video que comparto esta semana que me ha parecido muy importante para reflexionar sobre lo que regalamos en estos días. Recoge un experimento que hicieron con 27 jóvenes a los que les hicieron las siguientes preguntas:
- ¿Quiénes son las personas más importantes en tu vida? - ¿Qué les vas a regalar en Navidad? - ¿Y si te toca la lotería? - ¿Y si fueran sus últimas navidades?
Aunque dura unos 7' merece la pena verlo hasta el final, porque seguro que hará pensar en el mejor regalo para estas fiestas ...
Los buenos deseos son una constante en las personas. Estoy convencido que todo el mundo quiere lo mejor tanto para sí como para los demás. Siempre confiamos en la suerte, la casualidad o como lo queramos llamar, o la Providencia. ¿Quién no ha echado alguna vez una moneda a la fuente para que nos dé buena suerte...?
El video que comparto esta semana es una simpática animación para mostrar los esfuerzos del controlador de La fuente de los deseos para hacer realidad los sueños de los que se acercan con fe e ilusión pidiendo que se cumpla su sueño.
El título original es The Wishgranter, El cumplidor de deseos, aunque me ha gustado más el de La fuente de los deseos. Y es de la misma temática que Paperman, que ya apareció en el blog. Vamos a ver cómo el amor y la magia van de la mano para cumplir los sueños de cada uno, y nos invita, ¡por qué no! a convertirnos en cumplidores de deseos...
Uno de los valores más necesarios en nuestra sociedad es la convivencia: saber vivir en compañía de otros.
Aunque parece algo sencillo a la hora de la verdad aparecen serias carencias de este valor. Bien sea por envidia, orgullo o cualquier otra cosa aparecen actitudes intransigentes que estropean este saber vivir en compañía.
Por eso es necesaria una buena educación que potencie y estimule la paz y el saber estar en común.
La historia de esta semana, La bolsa de clavos, recuerda que la convivencia es importante y que cuando se ve alterada siempre queda una herida que tarda en sanar. De ahí que haya que cuidarla siempre y en todo momento. =============== La bolsa de clavos Erase una vez un joven con un carácter peculiarmente violento. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que clavara un clavo en la cerca del jardín cada vez que perdiera la paciencia y se peleara con alguien. El primer día llegó a clavar 37 clavos en la cerca.
Durante las semanas siguientes aprendió a controlarse, y el número de clavos colocados en la cerca disminuyó día tras día: había descubierto que era más fácil controlarse que clavar los clavos.
Finalmente llegó el día durante el cual el joven no puso clavo alguno en la cerca.
Entonces fue a ver a su padre y le dijo que había conseguido no clavar ningún clavo durante todo el día.
Su padre le dijo entonces que quitara un clavo de la cerca del jardín por cada día durante el cual no hubiera perdido la paciencia.
Los días pasaron y finalmente el joven pudo decirle a su padre que había quitado todos los clavos de la cerca.
El padre condujo entonces a su hijo delante de la cerca del jardín y le dijo: - Hijo mío, te has portado bien, pero mira cuantos agujeros hay en la cerca del jardín. Esta ya no será como antes. Cuando te peleas con alguien y le dices algo desagradable, le dejas una herida como ésta.
Puedes acuchillar a un hombre y después sacarle el cuchillo, pero siempre le quedará una herida. Poco importa cuantas veces te excuses, la herida verbal hace tanto daño como una herida física.