¿A qué cosas o situaciones solemos prestar más atención en el día a día?
Este podría ser muy bien el título de esta entrada, ya que expresa perfectamente el contenido de la historia de esta semana, que lleva por título El punto negro.
Muchas personas (entre las que a veces nos encontramos) se fijan sobre todo en las cosas negativas, en lo triste, lo malo,... y dejamos pasar innumerables oportunidades de recrearnos en la belleza, en lo positivo, lo alegre,...
Esto tiene gran repercusión en la educación y en la dirección de personas: cuando centramos el discurso en lo negativo, en las cosas malas que se hacen, la persona se repliega sobre sí misma y pierde el sentido de la proyección futura y del bien que podría realizar.
Y es que como aparece en Hamlet: sabemos lo que somos, pero ignoramos lo que podríamos ser. Aquí va El punto negro, una sencilla historia sobre la madurez para afrontar las cosas de la vida.
Este podría ser muy bien el título de esta entrada, ya que expresa perfectamente el contenido de la historia de esta semana, que lleva por título El punto negro.
Muchas personas (entre las que a veces nos encontramos) se fijan sobre todo en las cosas negativas, en lo triste, lo malo,... y dejamos pasar innumerables oportunidades de recrearnos en la belleza, en lo positivo, lo alegre,...
Esto tiene gran repercusión en la educación y en la dirección de personas: cuando centramos el discurso en lo negativo, en las cosas malas que se hacen, la persona se repliega sobre sí misma y pierde el sentido de la proyección futura y del bien que podría realizar.
Y es que como aparece en Hamlet: sabemos lo que somos, pero ignoramos lo que podríamos ser. Aquí va El punto negro, una sencilla historia sobre la madurez para afrontar las cosas de la vida.
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El punto negro
Cierto día un profesor entró al salón de clases y les dijo a los
alumnos que se prepararan para una prueba sorpresa.
Todos se pusieron
nerviosos, asustados por el examen que venía a continuación. Mientras tanto el profesor iba
entregando la hoja del examen con la parte frontal para abajo, de modo
que no vieran lo que contenía hasta que él explicara en qué consistía la
prueba.
Una vez que entregó todas las hojas, les pidió que dieran vuelta la hoja
y vieran el contenido. Para sorpresa de todos era una hoja en blanco
que tenía en el medio un punto negro. Viendo la cara de sorpresa de
todos sus alumnos, el profesor les dijo:
- Ahora van a escribir una
redacción sobre lo que están viendo.
Todos los jóvenes, confundidos, se pusieron a pensar y a escribir sobre
lo que veían. Terminado el tiempo, el maestro recogió las hojas, las
colocó en el frente del escritorio y comenzó a leer las redacciones en
voz alta. Todas sin excepción se referían al punto negro de diferentes
maneras.
Terminada la lectura, el profesor comenzó a hablar de la siguiente
manera:
- Este examen no es para darles una nota, les servirá como
lección de vida. Nadie escribió nada sobre la hoja en blanco, todos centraron su
atención en el punto negro. Esto mismo pasa en nuestra vida: en ella
tenemos una hoja en blanco entera para ver y aprovechar, pero nos solemos centrar sólo en los puntos negros...