martes, 7 de febrero de 2012

Experimento comparte

Uno de los valores humanos más visibles y llamativos es la generosidad. En cualquier reunión siempre se suelen apreciar las personas que están atentas a lo que haga falta, ofreciendo su tiempo o su conocimiento a quien lo precisa.

Y, aunque toda edad es buena, la mejor edad para aprender a ser generoso en desde la infancia, sin esperar a tener muchas cosas para poder desprenderse de ellas. 

El video de esta semana resume un experimento con niños pequeños para compartir algo tan sencillo y habitual como la comida, realizado para una campaña de Acción contra el Hambre. Es parecido al Test de Marshmallow sobre la resistencia al dulce.

La idea es sencilla: cada niño recibe un plato sorpresa; en uno no hay nada y en otro un sandwich. ¿Cómo reaccionan cuando lo descubren?

Adelanto mi conclusión personal: ¡cuanto tenemos que aprender de los pequeños! 

Aquí va a continuación:




La Historia de la Semana

viernes, 3 de febrero de 2012

La Casa

¿La vida es fácil o complicada? ¿Es triste o es alegre? ¿Cómo vivo las situaciones que se me van presentando? ¿Cómo las asumo en mi interior?

Hay respuestas para todos los gustos, y, al final, como dijo el poeta: nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira.

Efectivamente, la vida está llena de sorpresas y cada persona las interpreta según su modelo. Por eso es tan importante saber afrontar con coraje las vicisitudes que se nos van presentando en el día a día, desde un modelo que ayude a crecer y sacar de nuestro corazón todo lo bueno que hay en él.

Conozco personas muy enfermas pero con una actitud ante la enfermedad que contagian alegría y esperanza a su alrededor; y personas sanas que sólo ven problemas y dificultades.

La historia de esta semana, titulada La Casa, trata precisamente de cómo con una actitud positiva ante la vida las situaciones se vuelven mucho más llevaderas.

Y es que, casi siempre en esta vida... todo es según el color del cristal con que se mira.

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La Casa
 
Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada, y cierto día, un perrito buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa.
 
El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera. Al terminar de subir las escaleras se topó con una puerta entreabierta; lentamente se adentró en el cuarto. Para su sorpresa, se dio cuenta que dentro de ese cuarto había 1.000 perritos más observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos. 

El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los 1.000 perritos hicieron lo mismo. Posteriormente sonrió y le ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los 1.000 perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él. Cuando el perrito salió del cuarto se quedó pensando para sí mismo: 

-¡Qué lugar tan agradable! ¡Voy a venir a visitarlo más a menudo!
 
Tiempo después, otro perrito callejero entró al mismo sitio y se encontró entrando al mismo cuarto. Pero a diferencia del primero, este perrito al ver a los otros 1.000 perritos del cuarto se sintió amenazado ya que lo estaban viendo de una manera agresiva. Posteriormente empezó a gruñir; y vio cómo los 1.000 perritos le gruñían a él. 

Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros 1.000 perritos le ladraron también a él. Cuando este perrito salió del cuarto pensó: 

-'¡Qué lugar tan horrible es este! ¡Nunca más volveré a entrar allí!'

En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía: 'La Casa de los 1.000 Espejos'.

lunes, 30 de enero de 2012

Curso de Voluntariado

El fin de semana del 28 y 29 de enero celebramos en el incomparable marco del Convento Monasterio de San Antonio en La Cabrera un curso de Voluntariado Internacional especialmente pensado para dar apoyo y ayuda a las obras que los Misioneros Identes tienen por el mundo.


Durante el mismo se trataron los temas básicos de la acción del voluntario (requisitos, código ético, pedagogía del éxtasis,...) y los aspectos específicos que se requieren cuando se va a colaborar a una misión católica, que no conviene darlos por supuestos.

Fuimos en total 17 participantes, la mayoría de Madrid y también de Málaga y de Santander.

El ambiente estuvo muy bien (¡a pesar del frío fuera de la casa!), con una convivencia excelente (¡no podía ser de otra forma entre dispuestos voluntarios voluntariosos!), y, según los comentarios de los participantes, fue también muy instructivo para conocer las otras realidades que existen más allá de nuestras fronteras.


La maravilla del entorno, tanto del paisaje natural como del monasterio, ayudó mucho, y además tuvimos una visita guiada en la que nos informaron de la historia y vicisitudes del lugar ¡nada menos que desde el siglo IX!

La atención de los participantes fue muy grande, especialmente cuando se trataron las misiones concretas que se pueden desarrollar en Abancay (Perú), Cochin (India), Yaundé (Camerún), San Miguelito (Bolivia), el voluntariado nacional en Quintanabaldo y algunas más.

También hubo tiempo para  pasarlo bien y practicar las dotes culinarias de los participantes, ¡que nunca se sabe lo que habrá que hacer en el trabajo voluntario! (aunque a mí lo que mejor se me da es comer....)

Y aquí la foto de familia de todo el grupo: