viernes, 5 de noviembre de 2010

Resolución de conflictos

El tema de la conflictividad está tristemente de moda en nuestra sociedad. 

Hay conflictos laborales, familiares, políticos, educativos,... Casi en cada ámbito de actividad social aparecen intereses encontrados que desembocan en problemas y dificultades para las personas implicadas.

La mejor manera de resolverlos va en la línea de 'amar hasta dar la vida' y de no hacer al otro lo que no se quiere para uno, pero esto suele resultar bastante difícil de llevar a la práctica. 

Hace unos día leí un artículo sobre el tema de la resolución de conflictos que me ha parecido interesante compartir, y un resumen del mismo es la historia de esta semana.

¡Espero que sea útil de verdad para todos!

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Reglas de oro para el manejo de conflictos
 
1) Respeto y más respeto. Cuando se falta al respeto, ya sea con gritos, malas palabras, acusaciones fuertes, etc. difícilmente se llevará a un buen término la negociación.


2) La forma de decir las cosas. La mayoría de las veces la forma determina el cauce del conflicto.

 
3) Escucha activa y permanente. Es aquí donde más se necesita prestar atención a los sentimientos del otro.

4) Validar al otro: demostrar que se está escuchando, que se le da la importancia que merece, aunque no esté de acuerdo con él.



5) Autocontrol: dentro del conflicto es posible que aparezcan elementos como la soberbia, el orgullo, el egoísmo… que sesgan la información, entorpecen la comunicación y dificultan el hallazgo de soluciones.


6) Actitud flexible: no cerrarse ni negar las posibilidades de abrir el horizonte. No todas las veces se tiene razón y habrá que reconocer que hay que mejorar en ciertos puntos débiles.

 
7) Elegir el momento adecuado, el momento en que las partes se encuentren en estado de tranquilidad. Los períodos emocionales alterados no son los buenos para llegar a un acuerdo.


8) Proponer y buscar soluciones. Siempre deben surgir soluciones, pues de lo contrario no se logrará sanar el problema y  se volverá a repetir.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Viaje a Tierra Santa - 3

Día 22. Iniciamos la jornada con la visita a la Iglesia de la Visitación, donde se recuerda el momento en que María va a visitar a su prima Santa Isabel y ésta corresponde con la preciosa oración del Magnificat, que se encuentra reproducido en muchas lenguas sobre los muros del patio de entrada. En la parte baja se conserva un pozo, el de la foto, que según la tradición pertenecía a la casa de Zacarías e Isabel, y sobre él se levanto la primitiva iglesia bizantina.

Tras visitar el Museo del Libro, donde se conserva el ejemplar del libro de Isaías descubierto en las cuevas de Qunram, nos dirigimos a Belén para visitar la Iglesia de la Natividad. 
Milagrosamente no fue destruida por los otomanos, sino que se limitaron a tapiar la puerta de entrada dejando una pequeña abertura para poder pasar (en la foto se aprecia al fondo) en señal de sumisión de los cristianos.



Esta iglesia llevaba mucho tiempo sin poderse restaurar y se estaba deteriorando peligrosamente, pero en fechas recientes han llegado a un acuerdo con la Autoridad Palestina y se han iniciado las obras.  Lamentablemente para nosotros estaba todo el interior lleno de andamios y no pudimos apreciar toda su belleza.

Para mí lo más destacado fue poder venerar el lugar donde nació Jesús y el pesebre donde fue colocado.
En la foto, el lugar donde nació y que todos fuimos besando, aunque con prisa ya que había mucha gente esperando para poder hacerlo.


En este mismo lugar hay unas grutas donde se recluyó San Jerónimo en el siglo V para traducir la Biblia del griego y el hebreo al latín, dando lugar a lo que hoy se conoce como la Vulgata.
En la foto, la estatua que lo recuerda, y detrás la iglesia católica de la Natividad, desde donde se retransmite la misa el día de Nochebuena. Está aneja a la iglesia antigua, cuyo cuidado compartido está a cargo de armenios, católicos y griegos ortodoxos.


Escribir sobre Belén produce sentimientos encontrados. 

Por un lado de alegría por ser la ciudad elegida por Dios para que naciera Cristo. Pero en la actualidad la mayoría es musulmana y los católicos son una pequeña minoría. 
Por otro lado, las circunstancias políticas entre árabes e israelíes convierten la zona en un territorio inestable, rodeado de un muro que sólo se puede atravesar con controles militares estrictos.

En la calle te asaltan los vendedores ambulantes para colocarte todo tipo de mercancía, preferentemente rosarios y collares.

Pero a la entrada, antes de pasar el control, un cartel avisa: 'Prohibido terminantemente a judíos'.

Y como anécdota, el lío que se montó en el mejor hotel de Belén, donde nos quedamos por una noche, en el que no encontrábamos las habitaciones, el personal estaba desbordado, la recepción estaba en un lado y la entrada por otro, sólo unos pocos entendían inglés,... En fin, visto desde aquí bastante divertido, como el hotel de los líos...

Terminamos el día celebrando la eucaristía en el Campo de los Pastores, donde los ángeles se les aparecieron para anunciar el nacimiento del Niño Jesús. Por cierto, Belén debe ser la única ciudad del mundo donde un elemento decorativo habitual durante todo el año es la estrella de Belén.



Día 23. Tras visitar Betania nos dirigimos al desierto de Judea para ver las cuevas de Qumram, donde se descubrieron los manuscritos de los libros del Antiguo Testamento copiados por los esenios.
En la foto, la cueva donde se encontró el primer manuscrito.

No podía faltar un baño en el Mar Muerto y la ración de lodo rejuvenecedor (al menos eso dice la propaganda...) que tuvimos ocasión de realizar. No sólo es cierto que se flota sin esfuerzo, sino que además ¡en los lugares donde cubre es dificilísimo ponerse de pie! 

La zona está muy próxima a Jordania, en territorio tomado por los israelíes durante la guerra de los 6 días, y todavía se conservan zonas señaladas como muy peligrosas por los campos de minas que aún se mantienen.


Tras el baño fuimos a Jericó, cerca del lugar donde Cristo pasó 40 días en el desierto y donde tuvo las tentaciones del demonio.

Comimos en un restaurante-tienda de nombre... ¡Las Tentaciones!, donde algunas personas sucumbieron al encanto irrestible de las compras compulsivas....


Dos estampas habituales: los controles de carretera en la zona (distintos de los militares) y los sueñecitos en el bus (lo habitual era levantarse a las 6:15 y regresar al hotel sobre las 19, para cenar y preparar el día siguiente, con lo que estábamos bastante cansados...)

A la tarde nos dirigimos al río Jordán donde realizamos la renovación de las promesas bautismales. Como siempre, coincidiendo con muchos peregrinos que ponían el mismo signo. Y Paco Puértolas, siempre tan atento, nos obsequió con un diploma conmemorativo del evento.

Día 24. Iniciamos la jornada yendo a Haifa, puerto y centro económico de Israel, para visitar el Monte Carmelo, donde Elías muestra al pueblo que Yaveh es el Dios verdadero.Y donde se inició en el siglo XII la Orden de los Carmelitas. En su basílica celebramos la eucaristía, frente a cuadros que representaban a Santa Teresa y San Juan de la Cruz, lo que nos hizo sentir casi como en España.

Después nos dirigimos hacia San Juan de Acre, que conserva un gran sabor de la época de las cruzadas, con salas dentro de la fortaleza como la de la foto.
Resumiendo mucho, (pero mucho y con perdón de los historiadores), en casi todos los lugares la secuencia de acontecimientos ha seguido un mismo patrón:
1º) Hacia el año 50 de nuestra era, los primeros cristianos empiezan a venerar los lugares importantes donde vivió Jesús, y comienzan a erigir lugares de culto.
2º) Los romanos, para quitar su influencia, transforman esos sitios en templos dedicados a los dioses paganos. Los cristianos los tienen identificados.
3º) Con Constantino en el siglo IV y sobre todo gracias a su madre Santa Elena se quita el templo pagano y se construyen iglesias de estilo bizantino.
4º) En el siglo VII los musulmanes conquistan Tierra Santa y destruyen todo vestigio de iglesias cristianas, poniendo mezquitas en su lugar.
5º) En el siglo XI los cruzados retoman los Santos Lugares, donde están unos cien años. Reconstruyen con mayor magnificencia las iglesias que habían sido destruidas.
6º) En el siglo XIII los otomanos expulsan a los cruzados, derriban la mayoría de las iglesias, otras las utilizan para usos del ejército y algunas las conservan imponiendo severas condiciones a los cristianos que las quieran visitar. 
7º) Los franciscanos aprovechan todas las ocasiones que encuentran para establecerse cerca de los lugares santos desde el siglo XIV.
8º) Los turcos mantienen su hegemonía hasta principios del siglo XX,  aunque al final es más fácil para los franciscanos adquirir los terrenos que hoy conservan, donde han podido edificar, restaurar e investigar.
9º) Tras la primera guerra mundial, se asienta y consolida la presencia de los franciscanos a traves de la Custodia de Tierra Santa y otras órdenes religiosas se instalan allí.
(espero que si algún experto lee esto sea bastante benévolo con un servidor por las generalidades e incorrecciones históricas cometidas) 

Y llegamos a Nazaret, que trataré en el siguiente artículo. 

Simplemente reseñar estas dos esculturas que me parecen muy bonitas. La de la izquierda es de Santa Ana, madre de María, con ésta cuando era niña.

Y la de la derecha es un grupo de la Sagrada Familia localizado en la iglesia que se venera como la casa de San José.

(Viaje a Tierra Santa - 2)                                  (Viaje a Tierra Santa - 4)

martes, 2 de noviembre de 2010

Viaje a Tierra Santa - 2

Día 21. Iniciamos la jornada con la visita al Muro de las Lamentaciones, donde los judíos ortodoxos están continuamente orando, estudiando y memorizando la Torah. 
El acceso está vigilado por los militares y para acceder hay que pasar un control similar al de los aeropuertos. 
Dado que es la única parte que se conserva del primitivo Templo de Jerusalén destruido por los romanos es el lugar más importante para los judíos. E inevitablemente vienen a la mente las palabras de Jesús: Dios no sólo está en el Templo, sino en el corazón de todo ser humano.

Tras otro control militar se accede a la explanada de las mezquitas, pues hay dos: la de Al Aksa y la de la Roca, que es la de las fotos.
Es éste un lugar sagrado para los musulmanes, donde recuerdan la piedra en la que Abraham iba a sacrificar a Isaac (de ahí el nombre de la Roca) y donde Mahoma subió al cielo.
De nuevo es imposible visitar el interior de ninguna de ellas.

La explanada tiene forma de rectángulo y en cada lado se conservan unos arcos como los de la foto que datan de la época de los cruzados, y que marcaban su perímetro. 
En este lugar se encontraba el Templo de Jerusalén (impresiona ver la maqueta a escala por la magnificencia que tenía) y en la actualidad se están realizando excavaciones arqueológicas por parte de los judíos para encontrar sus restos (¡con gran disgusto de la comunidad árabe!).

De allí nos dirigimos a la Iglesia de Santa Ana, la madre de María, donde hubo un detalle significativo: estábamos cantando la Salve Regina con nuestras mejores voces (en honor a la verdad, salvo Paco que canta muy bien, el resto hacíamos lo que podíamos...) cuando se nos unió un coro profesional que venía de Francia y nos ayudó. Signo de la comunión de la Iglesia y de que cuando uno pone toda su buena intención en lo que hace, María lo acompaña.

Esta imagen corresponde a los restos de una cárcel romana situada en la que había sido casa de Caifás, donde San Pedro negó por tres veces a Jesús antes de que cantara el gallo. Sobre ella hay una basílica, conocida como San Pedro in Gallicantu, contruida a principios del siglo XX por los Padres Asuncionistas. Resultó muy impresionante ver sobre el lugar cómo torturaban los romanos a los reos, y en particular a Jesús.



Dentro del mismo recinto se encuentra esta escalera de piedra que está datada en la época de Herodes, y dado que está en una vía de comunicación natural entre el valle y el palacio es muy problable que por ella condujeran a Cristo cuando lo prendieron.

En la actualidad está vallada para que las personas no se lleven piedras de recuerdo.


La  siguiente foto refleja el camino que siguó Jesús desde que lo prendieron en Getsemaní (1) hasta el lugar donde le dieron sepultura (7).


Como se puede apreciar, en la actualidad está todo construido con casas, pero en aquella época la ciudad de Jerusalén se extendía un poco más allá del Templo, en el lugar ocupado actualmente por la explanada de las mezquitas.

Seguir el mismo camino que hizo Jesús en su Pasión es espiritualmente muy emotivo.




La útima visita del día es al Cenáculo. Está bajo control de Israel y no se permite celebrar ningún culto (salvo una misa que hizo Juan Pablo II durante su visita). Han aprovechado para situar en el piso de abajo la tumba del rey David, aunque con escasos visos de valor histórico.
Los franciscanos lograron adquirir un lugar próximo para construir una iglesia donde pudimos celebrar la eucaristía.



Las fotos que vienen a continuación son un poco la imagen de la Jerusalén actual.

Es una mezcla de culturas, religiones, costumbres,... todo ello en un clima de tranquilidad aparente tras el que se aprecia un frágil equilibrio que se puede romper en cualquier instante.

 
Sobre todo en la ciudad vieja es habitual encontrar judíos ortodoxos, soldados y policías fuertemente armados en los lugares estratégicos, cámaras de vigilancia en cada esquina, monjes ortodoxos, peregrinos y turistas de todos los países,...




 
Y árabes sentados a la puerta de sus tiendas vendiendo todo tipo de cosas o en las esquinas reposando tranquilamente y matando el tiempo, como los que aparecen en la foto. ¿De qué vivirán?, es la pregunta que a uno le viene sin pensar...


Israel tiene una extensión similar a la de la Comunidad Autónoma de Valencia con una población de unos 10 millones de habitantes, de los que el 85% son judíos, el 1,2% cristianos (de todas las confesiones) y el resto musulmanes.

Las tres religiones monoteístas (cristianismo, judaísmo e islamismo) conviven y comparten lugares santos y cada una tiene que afirmarse externamente frente a las otras, y con las proporciones mencionadas, tiene un mérito inmenso que los católicos sigan presentes y mantengan viva la llama de la fe en los lugares que acogieron a Jesús. Visto desde fuera, podríamos decir que en los judíos predomina la imposición (son los que tienen aquí la fuerza), en los árabes la frustración (les gustaría que fuera al revés pero no pueden) y en los cristianos la resignación (son los que menos recursos poseen).

Y la última foto es una visión panorámica de la ciudad vieja, con nuestro flamante hotel en primer término (el edificio grande del extremo inferior izquierdo)



 (Viaje a Tierra Santa - 1                                 (Viaje a Tierra Santa - 3)