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jueves, 22 de marzo de 2012

No te rindas

No siempre las cosas salen como pensamos y desearíamos. 

Hay cantidad de factores que no dependen de nosotros y que hacen surgir situaciones inesperadas, contratiempos no deseados,... que nos complican la vida.

¿Qué hacer en ese momento? Aunque la primera intención sea la de 'tirar la toalla' y rendirse ante los acontecimientos, creo que es mucho más positivo tener una 'mirada desde el cielo' y seguir adelante con ánimo.

Nuestra vida la vamos forjando cada uno paso a paso, momento a momento, y por eso es tan importante no rendirse a pesar de las dificultades que nos van surgiendo cada día. Y, aunque 'cada día tiene su propia preocupación', como dice el evangelio, podemos estar por encima de ellas para seguir aspirando a lo más noble y bueno.

El texto de esta semana se titula No te rindas, y refleja muy bien esta idea. Y además he encontrado un video que lo acompaña.

Aquí va a continuación.

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No te rindas

Cuando el camino se hace cuesta arriba, 
no lo dejes. 

Cuando las cosas andan mal, como a veces sucede, 
no abandones.

Cuando no consigas resultados y se sumen los problemas, 
no te rindas.

Cuando quieras sonreír, y sólo puedas suspirar, 
no te caigas. 

Cuando la suerte te sea adversa, 
y no encuentres fuerzas para seguir, 
no renuncies. 

Cuando no encuentres compañeros de lucha, 
no te apartes. 

No te caigas, no renuncies, no te rindas, no lo dejes…




La Historia de la Semana

miércoles, 7 de marzo de 2012

El monje y el samurai

Las últimas entradas del blog tenían como referencia al tema del miedo y su superación (Mirar sin ver y Supera tu miedo), y me han hecho recordar uno de los primeros cuentos que escuché en un taller de cuentacuentos.

Cada etapa de la vida suele tener sus miedos más o menos definidos: los niños a la oscuridad, los mayores a la muerte, los adultos al compromiso,... y a veces tienen una base cierta que no se puede obviar. 

Pero también es cierto que los miedos se pueden superar y en muchas ocasiones con resultados totalmente inesperados. 

El cuento de esta semana, titulado El monje y el samurai, trata precisamente de esto. El protagonista está 'muerto de miedo', pero ello no le impide cumplir con lo que le dicta su conciencia.

Aquí va y espero que os guste.
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El monje y el samurai

Erase una vez, en un lugar muy apartado del lejano oriente, un monasterio en el que vivía un joven monje con fama merecida de ser fiel cumplidor de su palabra.

Un día le encargaron llevar una carta urgentemente al gobernador de la ciudad por un asunto muy importante, debiéndola entregar personalmente, y sólo confiaban en él.

Tras un día de caminata, al llegar a la ciudad notó que había mucha gente congregada en torno al único puente que daba acceso a la misma. Y allí le contaron que un samurai se había apostado en el puente desafiando a muerte a los cien primeros hombres que quisieran entrar en la ciudad, para demostrar así su destreza y poder quedarse al servicio del gobernador. 

Ya había matado a 99 hombres, cuyos cadáveres estaban allí cerca tirados a la orilla del río.

Nuestro joven monje había dado palabra de cumplir su encargo, así que superando su miedo se adelantó para cruzar el puente.

- No puedes pasar si no me desafías, le dijo el samurai.

- Tengo mucha prisa para entregar una carta al gobernador, le respondió el monje, una carta por un asunto muy importante. Si me dejas pasar, te prometo que volveré y lucharé contigo.

El samurai se extrañó mucho por la propuesta, pero dada la urgencia y que era para el gobernador, la encontró razonable. Así que le contestó:

- De acuerdo. Pero si no vuelves, iré a tu monasterio y desafiaré a todos los monjes.

Nuestro buen amigo, muerto de miedo, tras dejar el sobre fue a ver a su antiguo maestro y le pidió consejo, pues pensaba que si volvía al puente iba a morir; ¡pero si no lo hacía morirían sus hermanos!

El maestro, tras meditar unos momentos y conocedor de la situación, le respondió:

- Efectivamente, si vuelves creo que vas a morir. Pero has dado tu palabra y debes cumplirla, así que lo único que puedo hacer por ti es prepararte para una buena muerte. Mira, cuando el samurai te dé la espada, tú la colocas vertical sobre tu cabeza, cierras los ojos y piensas en Dios, con quien te encontrarás en poco tiempo. Todo será muy rápido y no sufrirás.

El joven monje, con más miedo que otra cosa, volvió al puente. El samurai en cuanto lo vio le tendió la espada para luchar.

El monje, sin decir palabra, la colocó sobre su cabeza como le había indicado el maestro, entornó los ojos y se concentró esperando el golpe certero del samurai. Este comenzó a observarlo tremendamente sorprendido.

- Es la primera vez que no me imploran que les perdone la vida, pensaba. No se ha movido nada y no se pone en la posición de defensa. ¿No será que tiene un golpe secreto que no conozco?

El monje, entretanto, seguía concentrado y muerto de miedo esperando el frío acero de la espada.

El samurai, cada vez más sorprendido, daba vueltas y más vueltas a su alrededor buscando un punto débil, y cada vez estaba más convencido de que el monje tenía un golpe maestro que iba a acabar con él en cualquier momento. Hasta que al fin se le acercó suplicante:

- ¡Por favor, no me mates! ¡Perdóname la vida y enséñame tu golpe maestro!

Aquí se pierde el rastro de esta historia. Hay quien dice que el monje lo acogió como discípulo y le enseñó lo que sabía; hay otros que dicen que el joven monje volvió corriendo a su monasterio para que el samurai no se diera cuenta de que no sabía nada de golpes maestros; y hay quien asegura que en ese momento, los 99 hombres que el samurai había matado resucitaron...


La Historia de la Semana

miércoles, 29 de febrero de 2012

Supera tu miedo

La anterior entrada del blog, Mirar sin ver, hacía referencia al miedo que sentimos de quedar mal ante los demás y cómo esto nos coacciona en la vida cotidiana.

Casi siempre suele ocurrir que el sentimiento de miedo está dentro de nosotros, en nuestra imaginación, y hay que hacer un esfuerzo de superación extra para que no nos domine y podamos actuar con normalidad.

El video de este semana me ha encantado porque trata precisamente de la superación del miedo, y refleja muy bien que está dentro de cada uno y cómo para superarlo hay que ponerse en situación límite.

El fondo musical corresponde a un extracto de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, la que corresponde a El verano.

Aquí va:



La Historia de la Semana

martes, 25 de octubre de 2011

La piedra

¿Qué puedo hacer con una piedra?

Así a primera vista podemos dar numerosas respuestas a esta pregunta, ya que una piedra tiene efectivamente una amplia gama de usos.

Pero la cuestión que interesa resaltar es: ¿cómo puedo aprovecharla para que me sirva y me sea útil? 

Por poner un ejemplo: Antonio Gaudí recogía trozos de cerámica y con ellos completó los bancos del Parque Guell en Barcelona, logrando una verdadera obra de arte, como se puede apreciar en la foto.

Un contratiempo, un problema, una dificultad, (un suspenso, una enfermedad, una ruptura,...) son piedras que vamos encontrando en el camino de la vida y que podemos aprovechar para construir algo más bonito que lo anterior, sin dejar que nos supere. Basta un poco de sabiduría, creatividad y ganas de superación.

De esto trata el relato que comparto esta semana titulado La piedra.


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La piedra

El distraído tropezó con ella.

El violento la utilizó como proyectil.


El emprendedor construyó con ella.


El campesino, cansado, la utilizó de asiento.

Para los niños, fue un juguete.

Drummond la poetizó.

David, con  una piedra, mató a Goliat.

Y Miguel Angel, sacó la más bella de las esculturas.



En todos los casos la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre...

No existe "piedra" en el camino que no podamos aprovechar para el propio crecimiento. 



La Historia de la Semana

viernes, 8 de julio de 2011

El burro y el pozo

La vida se nos presenta con muchas circunstancias, unas buenas, otras regulares y otras malas, circunstancias que no dependen de nosotros en la mayoría de los casos. 

Ya el filósofo Ortega y Gasset señalaba aquello tan famoso del 'yo soy yo y mi circunstancia'. Pero por encima de eso, podemos añadir que 'yo soy más': más que mis circunstancias, más de lo que me acontece, más incluso que yo mismo,...

La fábula de esta semana es bien conocida y expresa la idea de no rendirse ante las adversidades, de aprovechar cada circunstancia, cada 'palada de tierra' para crecer y continuar nuesto camino hacia el ideal que nos hayamos propuesto.

Se titula El burro y el pozo y va a continuación.


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El burro y el pozo

Un día, el burro de un aldeano se cayó a un pozo. El pobre animal estuvo rebuznando con amargura durante horas, mientras su dueño buscaba inútilmente una solución. 

Pasaron un par de días y, al final, desesperado el hombre al no encontrar remedio para aquella desgracia, pensó que, como el pozo estaba casi seco y el burro era ya muy viejo, realmente no valía la pena sacarlo, sino que era mejor enterrarlo allí. 

Pidió a unos vecinos que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a echar tierra al pozo, en medio de una gran desolación. El burro advirtió enseguida lo que estaba pasando y rebuznó entonces con mayor amargura.

Al cabo de un rato, dejaron de escucharse sus lastimeros quejidos. Los labriegos pensaron que el pobre burro debía de estar ya asfixiado y cubierto de tierra. 


Entonces, el dueño se asomó al pozo, con una mirada triste y temerosa, y vio algo que le dejó asombrado. Con cada palada, el burro hacía algo muy inteligente: se sacudía la tierra y pisaba sobre ella. 

Había subido ya más de dos metros y estaba bastante arriba. Lo hacía todo en completo silencio y absorto en su tarea. 

Los labriegos se llenaron de ánimo y siguieron echando tierra, hasta que el burro llegó a la superficie, dio un salto y salió trotando resueltamente.


La Historia de la Semana  
 

domingo, 12 de junio de 2011

Da siempre lo mejor

La Madre Teresa de Calcuta, ya beata, ha dejado pocas cosas escritas pero de un gran contenido.

La historia de esta semana, Da siempre lo mejor, es una reflexión suya sobre el comportamiento personal, en la que destaca especialmente la idea que da título al relato: dar siempre lo mejor de uno mismo. 

Hay ocasiones en que resulta difícil superarse y no dejarse llevar por las modas imperantes en el entorno, basta ver la situación social y política actual. 

Por eso conviene recordar estos pensamientos que ayudan a 'ver la tierra desde el cielo', sin estar pendientes de lo que digan o hagan los demás.

Aquí va el relato de esta semana.
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Da siempre lo mejor

A veces las personas son egoístas, ilógicas e insensatas …
Aún así perdónalas .

 
Si eres amable, las personas pueden acusarte de egoísta e interesado …
Aún así sé amable.

Si eres un triunfador, tendrás algunos falsos amigos y algunos enemigos verdaderos …
Aún así triunfa.


Si eres honesto y franco, las personas pueden engañarte …
Aún así sé honesto y franco .

 
 
Lo que tardaste años para construir, alguien puede destruirlo de una hora para otra …
Aún así … construye .

Si tienes paz y eres feliz, las personas pueden sentir envidia…
Aún así … sé feliz .



El bien que hagas hoy, puede ser olvidado mañana …
Aún así … haz el bien .

Da al mundo lo mejor de ti, aunque puede que nunca sea suficiente …
Aún así … da lo mejor de ti mismo.

Y recuerda que, a fin de cuentas, todo es entre tú y Dios,
nunca entre tú y los demás.

Madre Teresa de Calcuta



La Historia de la Semana  

viernes, 6 de mayo de 2011

El monje y el jardín

El corazón tiene razones que la razón no entiende. Creo que esta frase de Pascal es bastante conocida e ilustra muy bien la historia de esta semana, titulada El monje y el jardín.

Con excesiva frecuencia intentamos meter todas las cosas que nos rodean en el molde de la razón, pero vemos a diario que muchas se nos escapan, como el amor. 

Este es para mí el mensaje de este cuento: que siempre hay un + en todas nuestras cosas y únicamente desde la perspectiva del maestro podemos contemplarlo y asumirlo.

¡A ver si os gusta!

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El monje y el jardín

Cuenta la leyenda que un anciano monje japonés pidió a su discípulo predilecto que arreglara el jardín del templo. 


Como todo el mundo sabe, los jardines japoneses nada tienen que ver con los occidentales: están cargados de simbolismo y cada detalle, cada planta, cada roca, cada riachuelo tiene un significado concreto.

Pues bien, el discípulo hizo lo que le pedía el maestro, pero éste no se mostró satisfecho:

–Aún falta algo –le dijo–.

Por tres veces trató el joven alumno de mejorar el jardín sin conseguir la aprobación del anciano. Hasta que, por fin, se rindió:

–Maestro, no logro saber qué es lo que falta. He cuidado cada uno de los detalles y no soy capaz de hacer más.

Entonces el maestro se inclinó, tomó una hojas secas de arce y las lanzó descuidadamente sobre el jardín.

–Ahora está bien –concluyó–.


La Historia de la Semana

domingo, 24 de abril de 2011

12 reglas para el éxito

Después de unos días de retiro, recargando baterías, me ha parecido oportuno compartir un artículo que trata sobre las claves del éxito según el famoso gurú de la informática Steve Jobs, en el que condensa en 12 ideas lo que considera importante para un líder empresarial. 

Ya incluí hace un tiempo en esta entrada el discurso que pronunció en la Universidad de Stanford y que es una pieza maestra sobre la motivación.

Me he tomado la libertad de resumirlo y de hacer algunas adaptaciones para aplicarlo al desarrollo personal en cualquier ámbito. 

Y es el texto que comparto esta semana. El artículo completo está aquí por si alguien lo quiere ver.

¡¡Espero que sirva y sea útil!!

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12 reglas para el éxito 


1. Haz lo que te gusta hacer. Encuentra tu verdadera pasión. La única manera de hacer un gran trabajo es hacer lo que te gusta.

2. Sé diferente. Piensa diferente.

3. Esfuérzate al máximo. Aplica tu mayor esfuerzo en cualquier trabajo. ¡No te duermas!

4. Haz un análisis DAFO. O sea, medita sobre las fortalezas y debilidades en la responsabilidad encomendada.

5. Sé emprendedor. Busca lo próximo que viene. A veces el primer paso es el más difícil. Ten el coraje de seguir a tu corazón y tu intuición.

6. Comienza en pequeño, piensa en grande. No te preocupes de demasiadas cosas a la vez. Toma un puñado de cosas simples para comenzar. No pienses solo en el mañana, sino también en el futuro distante.

7. Aspira a ser líder. Ser el primero en tu campo y el que da ejemplo de todo lo que dice es fundamental.

8. Esfuérzate en el resultado. Sé un patrón de calidad. Algunas personas no están acostumbradas a un ambiente donde se espera la excelencia.

9. Pide la opinión. Pide la opinión de personas con distintas ideas. Cada una de ellas te dirá algo útil.

10. Innova. La innovación distingue a un líder de los seguidores. Delega, deja que otros hagan el trabajo rutinario para poder pensar en cosas nuevas.

11. Aprende del fracaso. Algunas veces, cuando innovas cometes errores. Es bueno admitirlos rápidamente y seguir mejorando tus otras innovaciones.

12. Aprende continuamente. ¡Siempre hay “algo más” para aprender! Aprende de amigos, competidores, socios, compañeros,... de todo el mundo.


La Historia de la Semana

sábado, 9 de abril de 2011

Validation

Una de las cosas que más sorprenden la primera vez que se viene a Madrid es ver a la gente en el metro: todos van corriendo, metidos en sus cosas, con cara preocupada y aspecto enfadado, consecuencia del stress con que se vive...

¿Qué se puede hacer en esta situación? Aportar un granito de arena en forma de sonrisa o una palabra amable, por ejemplo. Normalmente a todos nos gusta que nos hagan sonreir, pero ¿somos capaces de hacer sonreir a los que están a nuestro lado?

Siempre he pensado que la sonrisa y el buen humor son fundamentales en las relaciones humanas, o dicho al revés: si nos presentamos serios, enfadados y con mal humor difícilmente podremos hacer amigos entre nuestros compañeros. Una de las cosas más bonitas que me han dicho mis amigos es que casi siempre me ven sonriendo...

Todo esto viene a cuento del cortometraje que comparto esta semana, titulado Validation, en el que se pone de manifiesto el gran valor que puede tener una sonrisa, una palabra amable, y sus efectos muchas veces desconocidos. 

Creo que merece la pena verlo. Es en inglés con subtítulos pero se sigue muy bien.

Como es un poco largo va en dos partes. Aquí va la primera:




Y aquí va la segunda parte:




La Historia de la Semana

miércoles, 6 de abril de 2011

No te detengas

Walt Whitman es un poeta norteamericano del siglo XIX que fue muy comentado en España en los años 60 y 70 por la visión del mundo que reflejaba en su poesía. 

En plena crisis social, ya había adelantado en sus poemas que lo importante es el ser humano y su desarrollo personal. Se le considera el padre de la moderna poesía americana, aunque su obra no es muy extensa.

Utiliza un lenguaje muy asequible que se entiende perfectamente, sacando partido a las posibilidades de la versificación libre.

He seleccionado su poema No te detengas porque me recuerda que siempre hay que aspirar a un más en todo momento, tanto si las cosas van bien como si van mal, aunque merece la pena leerlo despacio ya que es muy rico en matices.

Resalto especialmente cuando dice 'no dejes de creer que las palabras... sí pueden cambiar el mundo'. ¡Eso es lo que queremos en este blog comenzando por cada uno de nosotros!!

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No te detengas


No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz,

sin haber aumentado tus sueños.


No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa:
Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes. Huye.

"Emito mis alaridos por los techos de este mundo", dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron,
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros.
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida se te pase sin que la vivas… 


Walt Whitman
La Historia de la Semana

martes, 29 de marzo de 2011

La rana del pozo

Las dificultades y los retos que encontramos en nuestro caminar diario tienen que ser oportunidad de progreso y crecimiento, nunca de miedo y vacilación.

En ocasiones lo desconocido nos paraliza y tomamos la decisión más conservadora. Pero también hay situaciones en las que hay que 'romper amarras' y atreverse a traspasar el umbral de lo desconocido.

Todos los grandes personajes de la historia han tenido un momento crucial en el que han dado el paso decisivo en sus vidas que ha marcado su futuro.

La historia de esta semana, La rana del pozo, quiere recordarnos la importancia de no conformarse con lo que somos, de no dejarse llevar por los prejuicios y de buscar siempre motivos de superación. 

No sólo encontraremos nuevos caminos, sino que abriremos paso a otros que están esperando una oportunidad.

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La rana del pozo

En un pozo profundo vivía una colonia de ranas. Llevaban su vida, tenían sus costumbres, encontraban su alimento y croaban a gusto haciendo resonar las paredes del pozo. Protegidas por su aislamiento, vivían en paz, y sólo tenían que guardarse del cubo que, de vez en cuando, alguien echaba desde arriba para sacar agua del fondo del pozo. 

Daban la alarma en cuanto oían el ruido de la polea, se sumergían bajo el agua o se apretaban contra la pared, y allí esperaban hasta que el cubo era izado y pasaba el peligro.

Fue a una rana joven a quien se le ocurrió pensar que aquel cubo podía ser una oportunidad en vez de un peligro. 

Allá arriba se veía algo así como una claraboya abierta, que cambiaba de aspecto según fuera de día o de noche, y en la que aparecían sombras y luces, formas y colores, que hacían presentir que allí había algo digno de conocerse. Y, sobre todo, estaba el rostro con trenzas de aquella figura bella y fugaz que aparecía sobre el brocal del pozo al arrojar y recoger el cubo todos los días. 

¡Había que conocer todo aquello! La rana joven habló, y todas las demás se le echaron encima: «Estás loca. Nosotras hemos nacido para estar aquí, y es aquí donde nos va bien y somos felices. Fuera del pozo la vida es angustiosa y absurda. ¿Cómo te atreves a ir contra las costumbres de todas? ¿Es que una rana jovenzuela como tú puede saber más que la experiencia de todas nosotras?».

La rana jovenzuela esperó pacientemente la próxima bajada del cubo. Se colocó estratégicamente, y en el momento en que el cubo comenzaba a subir dio un salto sobre él, ante el asombro y el horror de la comunidad batracia. El consejo de ancianos abominó de semejante actuación y prohibió que se hablara de ella. Había que salvaguardar la seguridad de la vida en el pozo.

Pasaron los meses y un buen día la rana aventurera se asomó al brocal del pozo. Desde abajo, todas miraban sin atreverse a decir nada. La rana fugitiva les habló de cómo se vivía fuera, de la variedad de alimento, de la libertad, del sol y las plantas, de cómo había sitio para todas, porque era muy grande y nunca se acaba de ver lo que había a lo lejos.


Desde abajo, las fuerzas del orden advirtieron a la rana que, si bajaba, sería ejecutada por alta traición. Hubo mucho revuelo, y algunas ranas quisieron comentar la propuesta, pero las autoridades las acallaron enseguida y la vida volvió a la normalidad de siempre. 

Sin embargo, a la mañana siguiente, la niña de las trenzas rubias se quedó asombrada cuando, al sacar el cubo, ¡vio que estaba lleno de ranas!


La Historia de la Semana

martes, 22 de febrero de 2011

Señor, ayúdame!

Mucha gente piensa que orar es repetir mecánicamente unas palabras, más o menos sentidas, dirigidas a Dios. A veces sí, pero su efecto va mucho más allá. Si esas palabras no tienen una clara repercusión en mi cotidianeidad, es que algo no va bien. 

La historia de esta semana es una oración de Gandhi que expresa magníficamente esta repercusión en los demás. 


De hecho ha sido utilizada en las escuelas de liderazgo para hacer ver a los futuros líderes cómo es la mejor manera de acercarse a los demás, cómo debe ser mi actitud frente a las situaciones que la vida nos va deparando, sin dejarse llevar por la corriente.

 
Y dicho de una forma que ya San Juan resumió sencillamente: no puedo amar a Dios a quien no veo si no amo a mi hermano a quien veo.

En definitiva, se trata de una apuesta por la superación personal en la dirección más bonita: la del amor. Aquí va esta magnífica y actual oración de Gandhi.

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Señor, ayúdame!
Señor,
Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes 
y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.

Si me das fortuna, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.

Si me das humildad, no me quites la dignidad.

  
Ayúdame siempre a ver la otra cara de la moneda,
no me dejes culpar de traición a los demás por no pensar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como a ti mismo y a no juzgarme como a los demás.

 
No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso.
Mas bien, recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo.


Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso.
Si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme
y si la gente me ofende, dame valor para perdonar.

¡Señor...si yo me olvido de ti, nunca te olvides de mí!