Hace unos días tuve la oportunidad de visitar nuevamente la Amazonía ecuatoriana por la zona de Taisha (¡hay que buscarlo en un navegador!) y siempre resulta sorprendente y una experiencia inolvidable. La primera vez estuve en territorio Shuar, también con el Proyecto ProAmazonía, y en esta ocasión en una comunidad de la etnia Achuar.
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La selva amazónica, un mar verde hasta el horizonte
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El objetivo del proyecto es dotar a las comunidades indígenas de medios para que sean autosostenibles sin recurrir a la deforestación que amenaza a la Amazonía. En esta ocasión, gracias a la UTPL, se les ha entregado una planta semiindustrial para obtener aceite de morete, una variedad de palmera que existe en la zona, con la peculiaridad de que, al no haber energía eléctrica, todo el mecanismo debe ser hidráulico, accionado por palancas. Fue un gran trabajo tanto de diseño como de capacitación que fue muy bien acogido por la comunidad Mashumarentza y recogido por la prensa en este artículo.
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Con parte de la comunidad en el recinto comunal
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Llegar a esta comunidad desde Loja no es sencillo: son 8 horas de coche hasta Macas, otras 3 hasta Taisha (de las que 2 son por pista forestal), y luego 20 minutos en avioneta. ¡Todo un día para llegar!! ¡Pero merece la pena!
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Calles de Taisha, el último lugar donde llega la electricidad
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En esta entrada voy a ir compartiendo unas cuantas fotos que me han parecido representativas de la tarea desarrollada, esperando que este reportaje fotográfico les guste y sirva para concienciarnos de las necesidades de muchas personas y de los retos que tenemos que afrontar para construir una sociedad más justa y solidaria.
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El acceso a la comunidad es por avioneta, en pistas de tierra
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Para llegar a la comunidad hay que tomar una avioneta, que tiene una capacidad limitada, por lo que antes de subir tienen que pesar a los viajeros (4 a lo sumo) y las pertenencias, para que no supere la carga máxima admitida.
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Con el síndico de la comunidad y con niños
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Las personas mayores de la comunidad no hablan español, y el síndico (el jefe elegido por ellos) hace de traductor.
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Con la bebida tradicional, la chicha, preparada por cada familia
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El recibimiento es siempre ofreciendo al visitante la chicha de cada familia
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La chicha es la bebida típica de las comunidades indígenas que ofrecen a los visitantes como signo de hospitalidad y que beben habitualmente, preparada por cada familia. Básicamente es yuca fermentada, y antiguamente se lograba fermentar masticándola antes (en la actualidad no he querido saber cómo la preparan, por si acaso). Toda la comunidad y los visitantes probamos las de cada familia, usando el mismo cuenco que se ve en la foto (para limpiarlo se pasa simplemente el dedo por donde ha bebido el anterior y listo).
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Con la mascota de la comunidad (aún no sé que animalito es) y un saltamontes gigante
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Con el síndico ante la planta 'industrial' que montó la universidad
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Interior de la planta. Zona de lavado, desinfección y cocción; prensa para obtener el aceite
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El trabajo con la comunidad ha durado unos tres años, a lo largo de los cuales se les ha instruido para sacar el mayor provecho de los frutos que tienen en la selva, especialmente el de la variedad de palmera llamada Morete, cómo hacer su tratamiento para la venta posterior, y se les ha dotado de la maquinaria apropiada para ello. Hubo que diseñar la prensa de manera que fuera desmontable para poderla trasladar en piezas en la avioneta (pesa casi 2.000 kilos) y que funcionara sin electricidad (a base de palancas).
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Entregando diplomas que acreditan la capacitación realizada
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Diversas vistas del poblado donde vive la comunidad achuar Mashumarentza |
Los niños se acercan pero son muy tímidos y apenas dicen una palabra, pero quieren estar cerca de las visitas. Hasta hace poco se admitía la poligamia, y el número de hijos por familia es elevado.
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Capilla y escuela
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La choza que hace las veces de escuela y capilla. Hay un maestro que da clases a los niños en español y en su lengua.
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Comida de fiesta: sopa y palmito con pollo hecho al vapor dentro de una hoja
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Chontacuro: gusano que vive en el palmito y se prepara de varias formas
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La comida merece un comentario especial. Para los visitantes se esmeraron en preparar una comida especial de los días de fiesta: una sopa con maíz y verdura y de plato fuerte un maito de pollo y palmito, además de la yuca y el maíz asado. El maito es típico de la amazonía ecuatoriana y para los curiosos pueden encontrar aquí una receta. También es obligado degustar el chontacuro, un gusano que crece en el cogollo del palmito. Yo lo probé tostado y crujiente, pero hay otras formas de preparlo. Para el mantel no hay problema: una hoja gigante de una planta que crece cerca.
Durante la comida, primero lo hacen los varones y sirven las mujeres; y luego ya comen las mujeres y los niños.
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Degustando la chicha
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Haciendo amigos!
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Vista de la selva y una familia con la chicha preparada
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Los paisajes, como no podía ser de otra forma, son espectaculares. Aquí van algunas imágenes. La única pega es que están muy lejos para acercarse un fin de semana y disfrutarlos.
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Las caídas de agua son espectaculares
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Las cascadas que pudimos visitar llaman mucho la atención, como se puede observar en las fotos, y más teniendo en cuenta que no es época de lluvia y llevaban poca agua.
Y para concluir el viaje, un poco de ejercicio: intentar mover la piedra. No lo conseguí, pero creció mi resistencia y decisión. Así es con los problemas de la vida: cuando los afrontamos crecemos en fuerza interior y resolución.
Espero que hayan llegado hasta el final y les haya gustado.
La Historia de la Semana