El tema de Dios es una constante que aparece en muchas conversaciones. Especialmente cuando queremos hallar una explicación a lo inexplicable o no encontramos maneras de entender ciertas situaciones de la vida. Esos momentos en que nos surge de lo más íntimo de nosotros: '¡porqué Dios mío'! Lo que nos lleva a la pregunta básica: '¿existe Dios?', '¿dónde está Dios?'.
No voy a dar argumentos teológicos ni filosóficos a favor ni en contra. La experiencia de muchos años me ha enseñado que estas discusiones no sirven para mucho, y que Dios, como el verdadero amor, es como una chispa que anida en el corazón y sencillamente se experimenta, se vive intensamente ¡y hasta se está dispuesto a dar la vida por El!
La historia de esta semana es un cuento breve de Paulo Coelho que aporta un granito de arena (¡en realidad toda una montaña!) a este tema. Se titula El pozo y sus secretos, y no añado nada más para que lo leáis hasta el final.
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El Pozo y Sus Secretos (de Paulo Coelho)
En una pequeña aldea de Marruecos, un hombre contemplaba el único pozo de la región. De repente se acercó un niño, y le preguntó:
- ¿Qué hay dentro del pozo?
- Dios, le contestó el hombre.
- ¿Dios está escondido dentro de ese pozo?
- Sí, niño.
- ¡Quiero verlo! --dijo el niño, desconfiado.
El hombre lo levantó y le ayudó a apoyarse sobre el borde del pozo. Reflejado en el agua, el niño pudo ver su propio rostro.
- ¡Pero si ése soy yo! --gritó.
- Así es, --dijo el hombre, volviendo a colocar delicadamente al niño en el suelo-- Ahora, ya sabes dónde está escondido Dios.
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