viernes, 9 de diciembre de 2016

La bolsa de clavos

Uno de los valores más necesarios en nuestra sociedad es la convivencia: saber vivir en compañía de otros.

Aunque parece algo sencillo a la hora de la verdad aparecen serias carencias de este valor. Bien sea por envidia, orgullo o cualquier otra cosa aparecen actitudes intransigentes que estropean este saber vivir en compañía.

Por eso es necesaria una buena educación que potencie y estimule la paz y el saber estar en común.

La historia de esta semana, La bolsa de clavos, recuerda que la convivencia es importante y que cuando se ve alterada siempre queda una herida que tarda en sanar. De ahí que haya que cuidarla siempre y en todo momento.

===============
 La bolsa de clavos 

 
Erase una vez un joven con un carácter peculiarmente violento.

Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que clavara un clavo en la cerca del jardín cada vez que perdiera la paciencia y se peleara con alguien. 
El primer día llegó a clavar 37 clavos en la cerca.

Durante las semanas siguientes aprendió a controlarse, y el número de clavos colocados en la cerca disminuyó día tras día: había descubierto que era más fácil controlarse que clavar los clavos. 


Finalmente llegó el día durante el cual el joven no puso clavo alguno en la cerca.

Entonces fue a ver a su padre y le dijo que había conseguido no clavar ningún clavo durante todo el día.

Su padre le dijo entonces que quitara un clavo de la cerca del jardín por cada día durante el cual no hubiera perdido la paciencia.



Los días pasaron y finalmente el joven pudo decirle a su padre que había quitado todos los clavos de la cerca.

El padre condujo entonces a su hijo delante de la cerca del jardín y le dijo:


- Hijo mío, te has portado bien, pero mira cuantos agujeros hay en la cerca del jardín. Esta ya no será como antes. Cuando te peleas con alguien y le dices algo desagradable, le dejas una herida como ésta. 


Puedes acuchillar a un hombre y después sacarle el cuchillo, pero siempre le quedará una herida. Poco importa cuantas veces te excuses, la herida verbal hace tanto daño como una herida física. 

 La Historia de la Semana

viernes, 25 de noviembre de 2016

El astrólogo adivino

Un contravalor por desgracia muy frecuente es el de la envidia y los celos. ¡Cuántos problemas causan a las relaciones interpersonales!

Y además no revierten en disfrute individual sino en rencor y resentimiento. Decía un articulista que, de los siete pecados capitales, el más incomprensible es precisamente el de la envidia, pues mientras que en los demás al menos de momento se pasa bien, éste sólo reporta un entristecimiento interior cada vez mayor, que suele acabar en rencor y deseos de venganza.

La historia de esta semana, El astrólogo adivino,
trata precisamente este tema y cómo el protagonista lo resuelve con una gran dosis de astucia y elegancia.


La consecuencia para nosotros es clara: se requiere desarrollar la madurez personal primero para no dejarse llevar por la envidia y segundo para resolver las situaciones conflictivas. ¡¡Aunque estas cosas no se adquieren estudiando, sino con la experiencia!!

Aquí va a continuación El astrólogo adivino.

===============
El astrólogo adivino

Había una vez en un lejano país un astrólogo famoso por sus predicciones, admirado y respetado por las personas que allí vivían.
 
También había en el mismo país, un poderoso y presuntuoso rey que envidiaba la atención que el pueblo brindaba al adivino. Le molestaba enormemente no ser el protagonista, y la envidia y los celos le corroían las entrañas.

No soportando el que el adivino le quitara el lugar preferencial del reino, decidió mandarle matar. Pero antes pensó una estratagema para que en ello quedara patente ante el pueblo la ignorancia del astrólogo y la supremacía del rey.


El día señalado, en la plaza de la ciudad donde se había congregado el pueblo, ordenó a sus soldados que le llevaran ante él. El rey, sintiéndose dueño de la orden que daría a sus verdugos en cuanto a la fecha de la ejecución dijo irónicamente al adivino:

- Dime, amigo de los astros, tú que todo lo sabes, ¿podrías decirme que día vas a morir?

El astrólogo miró al pueblo reunido alrededor de la plaza, miró al rey y al verdugo … y pidió unos minutos para consultar a los astros.


Pasado su tiempo el rey preguntó:

- Y bien …. ¿qué te han respondido?

- Mi señor, no me atrevo a decirlo….

El rey, enfadado, le increpó:

- ¡Dilo ya! ¿o … acaso es que no lo sabes?

- Mi señor –contestó finalmente el astrólogo- los astros dicen que moriré exactamente un día antes que su majestad...




La Historia de la Semana

sábado, 19 de noviembre de 2016

El viejo ermitaño


Dice un antiguo refrán que Quien algo quiere, algo le cuesta. Y es una gran verdad.

La historia de esta semana, titulada El Viejo ermitaño, trata precisamente sobre el esfuerzo que hay que hacer cada día para no dejarse llevar por las circunstancias que nos rodean y mantenerse en equilibrio interior.


Los clásicos han llamado a este ejercicio ascésis o vida ascética, la que nos ayuda a refrenar nuestros instintos y vivir acorde con lo mejor de nuestro corazón, en un esfuerzo de recogimiento interior.

El fruto de este esfuerzo, como el del ermitaño, es la felicidad y la paz interior. A ello estamos invitados. ¡Espero que os guste!

=============
El viejo ermitaño
 


Se cuenta lo siguiente de un viejo ermitaño, una de esas personas que por amor a Dios se refugian en la soledad del desierto, del bosque o de las montañas para solamente dedicarse a la oración y a la penitencia. Se quejaba muchas veces que tenía demasiado quehacer.

La gente no entendía cómo era posible que tuviera tanto trabajo en su retiro. A lo que les contesto:

- Tengo que domar a dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos conejos, vigilar una serpiente, cargar un asno y someter a un león.


-No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives. ¿Donde están todos esos animales?


 


 Entonces el ermitaño dio una explicación que todos comprendieron.


- Estos animales los llevamos dentro:
Los dos halcones, se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno y malo. Tengo que entrenarlos para que solo se lancen sobre presas buenas… Son mis OJOS .

Las dos águilas con sus garras hieren y destrozan. Tengo que entrenarlas para que solo se pongan al servicio y ayuden sin herir… Son mis MANOS.

 


Y los conejos quieren ir adonde les plazca, huir de los demás y esquivar las situaciones difíciles. Tengo que enseñarles a estar quietos aunque haya un sufrimiento, un problema o cualquier cosa que no me gusta… Son mis PIES.


 

Lo más difícil es vigilar la serpiente aunque se encuentra encerrada en una jaula de 32 varillas. Siempre esta lista por morder y envenenar a los que la rodean apenas se abre la jaula, si no la vigilo de cerca, hace daño… Es mi LENGUA.

El burro es muy obstinado, no quiere cumplir con su deber. Pretende estar cansado y no quiere llevar su carga de cada día… Es mi CUERPO.

Finalmente necesito domar al león, quiere ser el rey, quiere ser siempre el primero, es vanidoso y orgulloso… Ese es mi CORAZON.




domingo, 13 de noviembre de 2016

Cosmic Father

Ya va siendo hora de compartir un poco de música relajante para esos cinco minutos tan necesarios de cerrar los ojos y olvidarse de las preocupaciones que nos rodean.

En esta ocasión comparto un tema de Oliver Shanti inspirado en la música oriental y que lleva por título Cosmic Father. Entraría dentro de la corriente de la música electrónica ambiental, logrando un clima de relax muy agradable de escuchar.


El primer video es con imágenes llamativas de una aurora boreal y el segundo con paisajes naturales de una isla griega de nombre Kalymnos.

La primera versión:



La segunda versión:




La Historia de la Semana