En la historia de esta semana invito a dar un paseo por el universo y visitar la galaxia de Andrómeda, ¡pero un paseo muy armonioso! Acabo de descubrir el tema musical titulado For Andromeda, y me ha parecido apropiado para incluir en el apartado de música relajante. Este tema se incluye en el álbum Trascendence del compositor alemán Sean Christopher editado en el año 2013.
La idea conductora del álbum es muy sugerente: hacer un viaje de exploración desde la Tierra hasta llegar al Paraíso cruzando el Universo. En esta composición cruzaremos la galaxia de Andrómeda.
Reconozco que la historia que comparto esta semana me ha emocionado profundamente por varios motivos.
Circulan por la red muchas historias de superación personal, que denotan una lucha íntima por alcanzar las metas que uno se propone con ilusión.
Y hay historias de amor que muestran una gran abnegación para demostrar el cariño que se tiene a la persona amada.
Ambas cosas se combinan en esta historia, titulada El partido de balonmano, mostrando cómo el amor nos hace superar las limitaciones que tenemos. Aquí viene a continuación a ver si os gusta tanto como a mí. ========== El partido de balonmano
Un muchacho vivía solo con su padre, ambos tenían una relación
extraordinaria y muy especial. El joven pertenecía al equipo de
balonmano del colegio. Aunque normalmente no tenía oportunidad de
jugar, sin embargo su padre iba a todos los partidos, haciéndole
compañía desde la grada.
Su padre, con delicadeza, le insistía en que no era ninguna obligación
el jugar al balonmano, pero el joven ponía el mayor empeño en todos los
entrenamientos para que alguna vez lo pudieran sacar de titular. En el
instituto le llamaban “el calentador de banquillo”, pero él no se
desanimaba, y su padre siempre le acompañaba dándole ánimos,
acompañándole y transmitiéndole palabras de aliento, aunque no jugase.
Cuando comenzó la universidad logró entrar en el equipo de balonmano, a
decir del entrenador “no por tu calidad o técnica, sino por la entrega
en cada entrenamiento y el espíritu de lucha que trasmites a los
compañeros”. Su alegría fue desbordante, y más cuando su padre le
pidió que le enviase entradas para todos los partidos, pues aunque
tuviera que desplazarse, quería seguir acompañándole desde la grada. En 4 años no faltó a un entrenamiento ni un partido, aunque no participó en ninguno.
Al final de temporada, mientras entrenaban preparando el partido más
importante, el entrenador le dio un telegrama. El joven lo cogió y
después de leerlo silenciosamente … tragó muy fuerte y le dijo al
entrenador: “Mi padre murió esta mañana. Debo irme”. El entrenador le
abrazó y le dijo: “Tómate el tiempo que necesites. Y no te preocupes
por el partido del sábado”.
Llegó el sábado. El partido no iba muy bien y en la segunda parte,
cuando el equipo tenía cinco goles de desventaja, el joven entró al
vestuario y sin avisar a nadie se vistió con el uniforme y corrió hacia
el banquillo. Se sorprendieron todos de verle regresar tan pronto.
“Entrenador por favor, permítame jugar .. Tengo que jugar hoy”, imploró
el joven. El entrenador hizo ademán de no escucharle, pero ante la
insistencia y recordando la reciente muerte de su padre sintió lástima, y
“de todos modos el partido es imposible de salvar”…
Minutos después de
salir al campo, el entrenador, el equipo y el público no podían creer lo
que estaban viendo. El pequeño desconocido, que nunca había
participado en un partido, estaba haciendo todo con maestría,
arrastrando al resto del equipo. Nadie podía detenerle en el campo, y
sus pases eran goles cantados. Así hasta empatar el partido.
En los últimos segundos del encuentro, el muchacho intercepto un balón y
corrió todo el campo como una exhalación para marcar el gol que daba la
victoria a su equipo. La emoción desbordaba al público, al equipo, al entrenador …
Finalmente, cuando la algarabía se fue calmando, el entrenado se
percató de que el muchacho estaba solo, sentado en una esquina. Se
acercó y le dijo: “Muchacho no puedo creerlo, estuviste fantástico, dime
¿cómo lo hiciste?"
El joven miró al entrenador y le dijo: “Usted sabe
que mi padre murió…. ¿pero sabía que mi padre era ciego?”
El joven
hizo una pausa y trató de sonreír. “Mi padre asistió a todos mis
partidos, pero hoy era la primera vez que él podía verme jugar… y yo
quise mostrarle que sí podía hacerlo”.
La historia de esta semana es una preciosa animación que tiene como protagonistas un simpático perrito, Joy, una garza atrevida, Heron, y una lata de gusanos para pescar.
Como el año que comienza en China es el 'año del perro', una compañía ha elaborado este simpático video para ilustrar que es más importante ayudarse que combatirse, la colaboración que la venganza, pues las buenas acciones siempre tienen una gran recompensa. En ocasiones nos dejamos llevar por prejuicios frente a los demás y tomamos decisiones equivocadas que luego lamentamos. Es lo que ocurre cuando estamos más atentos a los defectos y a lo que no nos gusta de los demás en lugar de prestar atención a las cualidades y la parte positiva que todos tenemos. Me ha recordado un cuento muy bonito de los primeros que apareció en el blog, Asamblea en la carpintería. Y sin más, aquí vienen Joy y Heron...