sábado, 23 de diciembre de 2017

¡Feliz Navidad!

En la sencillez y humildad de una cueva aconteció el suceso que transformó la sociedad: el Hijo de Dios se hizo hombre para elevar al hombre a lo trascendente y abrirle las puertas del cielo.

Y ese camino pasa por el Amor y la Paz que nos propone como guía para nuestros pasos, sabiendo que su yugo es suave y su carga ligera.

Portal de Belén en el Hospital de la Cruz Roja, Madrid
Con estos sentimientos de amor y paz quiero desear a todos los lectores que se aproximan al blog unos felices días de Navidad y un año que comienza lleno de alegría donde se vean cumplidos los sueños de cada uno.

Desde estas páginas seguiremos intentando llevar un poco de ilusión y madurez, abriendo nuevas ventanas a ese mundo tan fascinante como es el espiritual.

Y aprovecho para compartir el famoso tema Aleluya de Leonard Cohen en una versión muy bonita y apropiada para estas fechas.

Un fuerte abrazo de corazón a todos los amigos lectores del blog con mis mejores deseos.





La Historia de la Semana

sábado, 16 de diciembre de 2017

¿Por qué grita la gente?

Seguramente nos hemos dado cuenta de que cuando las personas se enfadan tienden a elevar la voz y gritar.

En la historia de esta semana se trata este tema para hacer caer en cuenta que los comportamientos externos (alzar la voz, despreciar, minusvalorar al otro,...) van creando distancias y separaciones que luego es complicado volver a recuperar.

Y lo hace con un ejemplo muy simple: cuando dos corazones están próximos se escuchan sin dificultad y se comprenden con armonía.

Pero mejor leer la historia que lleva por título ¿Por qué grita la gente?

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¿Por qué grita la gente?


Un día el maestro preguntó a los que le seguían:

 - ¿Por qué las personas se gritan cuando están enojadas?
 
Los discípulos pensaron unos momentos y respondieron:


- Porque perdemos la calma -dijo uno-, por eso gritamos.

 
- Pero, ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado?- preguntó el maestro. ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado? 

Los discípulos dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfizo al maestro. Finalmente, él explicó:

- Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Luego preguntó:


- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente… ¿Por qué?
 
- Porque sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.

El maestro continuó:


- Cuando se enamoran aún más, ¿qué sucede? No hablan, solo susurran y se acercan más en su amor. Finalmente, no necesitan siquiera susurrar. Solo se miran y eso es todo. ¡¡¡Qué cerca están dos personas cuando se aman!!!

Luego el maestro añadió:


- Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen. No digan palabras que los distancien más. Llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.



La Historia de la Semana

domingo, 10 de diciembre de 2017

El avaro


Vivimos en un entorno social en el que predomina el aparentar y el tener, olvidando muchas veces los valores importantes y esenciales que nos hacen ser más personas.

Y el dinero es uno de los aspectos que mueven a la gente a hacer lo que sea por conseguirlo. De ahí la corrupción que vemos en la sociedad, donde lo que importa es acaparar sin reparar en el daño que se puede hacer.


Comparto esta semana un cuento de Anthony de Mello que en clave de humor ilustra sobre las personas que se dejan llevar por la codicia y avaricia, resaltando la inutilidad de su actitud.

Se titula El avaro, y aquí va a continuación.

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El avaro

Un avaro enterró su oro al pie de un árbol que se alzaba en su jardín. Todas las semanas lo desenterraba y lo contemplaba durante horas. Pero, un buen día, llegó un ladrón, desenterró el oro y se lo llevó. Cuando el avaro fue a contemplar su tesoro, todo lo que encontró fue un agujero vacío.


El hombre comenzó a dar alaridos de dolor, al punto que sus vecinos acudieron corriendo a averiguar lo que ocurría. Y, cuando lo averiguaron, uno de ellos preguntó:

- “¿Empleaba usted su oro en algo?”

- “No”, respondió el avaro. “Lo único que hacía era contemplarlo todas las semanas”.

- “Bueno, entonces”, dijo el vecino, “por el mismo precio puede usted seguir viniendo todas las semanas y contemplar el agujero”.


La Historia de la Semana