sábado, 19 de noviembre de 2016

El viejo ermitaño


Dice un antiguo refrán que Quien algo quiere, algo le cuesta. Y es una gran verdad.

La historia de esta semana, titulada El Viejo ermitaño, trata precisamente sobre el esfuerzo que hay que hacer cada día para no dejarse llevar por las circunstancias que nos rodean y mantenerse en equilibrio interior.


Los clásicos han llamado a este ejercicio ascésis o vida ascética, la que nos ayuda a refrenar nuestros instintos y vivir acorde con lo mejor de nuestro corazón, en un esfuerzo de recogimiento interior.

El fruto de este esfuerzo, como el del ermitaño, es la felicidad y la paz interior. A ello estamos invitados. ¡Espero que os guste!

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El viejo ermitaño
 


Se cuenta lo siguiente de un viejo ermitaño, una de esas personas que por amor a Dios se refugian en la soledad del desierto, del bosque o de las montañas para solamente dedicarse a la oración y a la penitencia. Se quejaba muchas veces que tenía demasiado quehacer.

La gente no entendía cómo era posible que tuviera tanto trabajo en su retiro. A lo que les contesto:

- Tengo que domar a dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos conejos, vigilar una serpiente, cargar un asno y someter a un león.


-No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives. ¿Donde están todos esos animales?


 


 Entonces el ermitaño dio una explicación que todos comprendieron.


- Estos animales los llevamos dentro:
Los dos halcones, se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno y malo. Tengo que entrenarlos para que solo se lancen sobre presas buenas… Son mis OJOS .

Las dos águilas con sus garras hieren y destrozan. Tengo que entrenarlas para que solo se pongan al servicio y ayuden sin herir… Son mis MANOS.

 


Y los conejos quieren ir adonde les plazca, huir de los demás y esquivar las situaciones difíciles. Tengo que enseñarles a estar quietos aunque haya un sufrimiento, un problema o cualquier cosa que no me gusta… Son mis PIES.


 

Lo más difícil es vigilar la serpiente aunque se encuentra encerrada en una jaula de 32 varillas. Siempre esta lista por morder y envenenar a los que la rodean apenas se abre la jaula, si no la vigilo de cerca, hace daño… Es mi LENGUA.

El burro es muy obstinado, no quiere cumplir con su deber. Pretende estar cansado y no quiere llevar su carga de cada día… Es mi CUERPO.

Finalmente necesito domar al león, quiere ser el rey, quiere ser siempre el primero, es vanidoso y orgulloso… Ese es mi CORAZON.




domingo, 13 de noviembre de 2016

Cosmic Father

Ya va siendo hora de compartir un poco de música relajante para esos cinco minutos tan necesarios de cerrar los ojos y olvidarse de las preocupaciones que nos rodean.

En esta ocasión comparto un tema de Oliver Shanti inspirado en la música oriental y que lleva por título Cosmic Father. Entraría dentro de la corriente de la música electrónica ambiental, logrando un clima de relax muy agradable de escuchar.


El primer video es con imágenes llamativas de una aurora boreal y el segundo con paisajes naturales de una isla griega de nombre Kalymnos.

La primera versión:



La segunda versión:




La Historia de la Semana



domingo, 16 de octubre de 2016

El escultor

Tomar una decisión en la vida implica necesariamente elegir una opción entre varias, descartando las demás.

Y de ello depende muchas veces el futuro que nos espera, por lo que hay que saber elegir bien el camino adecuado.


En la historia que comparto esta semana un escultor se encuentra en la encrucijada de decidir qué escultura saca del tronco de madera. 

Y así es nuestra situación: ¿qué escultura saco de mi vida personal?, ¿cómo elijo mi destino?... Es una decisión importante, pues la vida de cada uno es una auténtica obra de arte que vamos realizando día a día.

Esta historia se titula El escultor, y espero que os guste.
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El escultor


El escultor contemplaba un tronco de madera noble que tenía delante y, entornando los ojos, descubrió en él, como al trasluz, una talla perfecta y luego otra y otra... en un desfile interminable. 


No eran seres imaginarios, no; eran reales. Estaban allí dentro. Su oficio consistiría en rescatar a aquellas criaturas liberándolas de su prisión de madera. 

Pero al tomar la gubia se sintió totalmente paralizado. Desde el corazón de aquel tronco, millones de seres levan­taban los brazos clamando por su liberación. 

Salvar a uno era abandonar a muchos, pero no elegir era excluir a to­dos. Y ¿cómo renunciar a salvar a aquella única criatura que le era posible?...

Y sintió un estremecimiento, porque intuyó de pronto que el tronco era su propia vida; las figu­ras ocultas, los mil posibles modos de vivirla, y que él mismo debía elegir un único destino y tallarlo con sus propias manos. 



La Historia de la Semana