lunes, 4 de agosto de 2014

Camino de Santiago 2014 (1)

Por muchas veces que se recorra el Camino de Santiago nunca se hace repetido: siempre aparecen elementos nuevos que sorprenden.


Comienzo en Astorga
Y es que lo más importante del camino no son los lugares o los monumentos sino las personas con las que se convive y las experiencias que se comparten.

En esta ocasión fuimos un grupo de 14 peregrinos los que caminamos desde Astorga hasta Santiago de Compostela siguiendo la estela del Camino Francés, recorrido por incontables peregrinos desde la Edad Media.

Un café muy necesario
¡Siempre sonriendo!
En años anteriores ya he desglosado el camino por etapas (se pueden ver en estos enlaces: Camino de Santiago 2012 y Camino de Santiago 2013) así que en esta ocasión simplemente añadiré algunos detalles que me han parecido significativos.

En Ponferrada, frente al Castillo del Temple
En La Taberna de Gaia
¡Que no falte la alegría!


















  







Un lugar emblemático de la Ruta es el pueblo de Foncebadón, donde se encuentra La Taberna de Gaia, restaurante medieval con mucha magia que nos acoge con un familiar estilo celta y prepara unas cenas con sabor a cocina de la abuela que hace las delicias de todos.


Un alto en el camino
Subiendo a O Cebreiro














Aprovechando el tiempo...

La subida a O Cebreiro
transcurre entre paisajes muy bonitos, pero también requiere un esfuerzo adicional para salvar el desnivel.  

Y hay que aprovechar cualquier parada para echar una cabezada y recuperar energías...

En el crucero de O Cebreiro encontramos una historia muy bonita que nos sorprendió: un niño había dejado escrito cómo habían esparcido las cenizas de su abuelo en ese lugar, ya que era un enamorado del Camino de Santiago y era su deseo.

Crucero de O Cebreiro



La Historia de la Semana

miércoles, 2 de julio de 2014

Quichotte

Ya ha salido en estas páginas el grupo musical Tangerine Dream, dedicado a la música electrónica, que personalmente me encanta.

En esta ocasión comparto un tema titulado Quichotte, que en realidad es un extracto del álbum del mismo nombre que se grabó en directo en los años 80.

El disco entero dura unos 50', pero la parte central que comparto es mucho más breve y proporciona un ambiente sonoro muy agradable de escuchar.

He encontrado dos versiones un poco diferentes y ambas con un soporte visual bonito. Aquí van, esperando os gusten para los cinco minutos de música relajante.

Primera versión:



Y aquí la segunda, un poco más larga:



La Historia de la Semana

miércoles, 25 de junio de 2014

El viejo y el asno


Uno de los valores más necesarios hoy día para relacionarnos con los demás es la empatía.

Se suele definir como la capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona, sentir sus emociones, pero sin perder la propia identidad.

Hay personas que les cuesta mucho este 'ponerse en los zapatos del otro', pero cuando se consigue es mucho más fácil y dinámica la relación.

El cuento de esta semana, titulado El viejo y el asno, trata precisamente sobre esta capacidad en clave de humor, y es un buen complemento del Decálogo de la Empatía.

Me ha parecido interesante compartirlo porque la empatía nos puede ayudar mucho en mundo de relaciones que tenemos. Aquí va.

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El viejo y el asno

En una granja de un país lejano había un asno. Era ciertamente un asno especial, con largas orejas sedosas y grandes ojos brillantes, y todos los niños lo querían mucho. Por eso, cuando un día desapareció, todos los niños se preocuparon. 




El asno había sido la atracción favorita de la granja infantil. Por las mañanas, los niños acostumbraban a llegar en grupos de dos o tres, o en grupos más numerosos acompañados por sus maestros para visitar al asno. Los más pequeños hasta efectuaban cortos paseos sobre él. 

Por las tardes, los niños acudían a verlo trayendo a sus padres, para que éstos también saludaran a Shlomo, el asno. 

Ahora, sin embargo, el asno no estaba y los niños se sentían abatidos.

Como la tristeza es algo contagioso, antes de que terminara el día, todos los miembros de la granja se habían congregado en el espacioso comedor y, con preocupación en todos los rostros, discutían tratando de decir qué hacer. 

Ya habían buscado por todas las partes Shlomo, el asno, que no aparecía por ningún lado.

En esa misma graja vivía un viejo, padre de uno de los primeros fundadores. Últimamente había empezado a dar muestras de senilidad y, a veces, los niños se burlaban de él abiertamente, aunque los adultos eran un poco más circunspectos. 

Pues bien, cuando toda la población de la granja estaba en el nuevo y espacioso salón-comedor preguntándose qué hacer, entró el viejo tirando de Shlomo, el asno, a sus espaldas.

Si el júbilo fue grande, el asombro fue todavía mayor. Mientras los niños rodeaban al asno, los adultos se congregaron alrededor del viejo.

- ¿Cómo es -le preguntaron- que tú, entre todos, hayas encontrado al asno? ¿Cómo lo hiciste?

El viejo se rascó la calva coronilla, miró al techo y luego al piso, sonrió y al fin dijo:

- Fue muy sencillo, simplemente me pregunté yo mismo: "si tú fueras Shlomo, el asno, ¿adónde irías?" Entonces fui, lo encontré y lo traje de regreso.