miércoles, 10 de octubre de 2012

Fábula de los tres hermanos

Una de las actuaciones más frecuentes en los primeros campamentos que participé eran las canciones del cantautor cubano Silvio Rodríguez interpretadas por alguno de los asistentes (¡con mejor o peor fortuna pero siempre con muy buena intención!).

La que comparto esta semana, titulada Fábula de los tres hermanos, siempre me cautivó tanto por la música como por la letra.

La letra deja un poso triste pues viene a decir que hagas lo que hagas siempre vas a fracasar. 

Y me ha hecho meditar bastante en este tema pues creo que lleva parte de razón. Efectivamente, si uno va por la vida mirando únicamente a sus cosas y a su interés personal lo más probable es que acabe fracasado y solitario.

Por eso la mejor mirada es la que va dirigida a ver el corazón de los demás con generosidad y espíritu de servicio.

Aquí va el video con la canción y después la letra. A ver qué os parece a vosotros!  





Fábula de los tres hermanos
Silvio Rodríguez

De tres hermanos, el más grande se fue
por la vereda a descubrir y a fundar.
Y para nunca equivocarse o errar
iba despierto y bien atento
a cuanto iba a pisar.

De tanto en esta posición caminar,
ya nunca el cuello se le enderezó.
Y anduvo esclavo ya de la precaución,
y se hizo viejo queriendo ir lejos
con su corta visión.

E, e, e;
e, e, e:
ojo que no mira más allá no ayuda el pie.
U, u, u;
u, u, u,
óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú.

De tres hermanos, el de en medio se fue
por la vereda a descubrir y a fundar.
Y para nunca equivocarse o errar
iba despierto y bien atento
al horizonte igual.

Pero este chico listo no podía ver
la piedra, el hoyo que vencía a su pie.
Y revolcado siempre se la pasó,
y se hizo viejo queriendo ir lejos,
a donde no llegó.

E, e, e;
e, e, e:
ojo que no mira más acá tampoco fue.
U, u, u;
u, u, u,
óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú.

De tres hermanos, el pequeño partió
por la vereda a descubrir y a fundar.
Y para nunca equivocarse o errar,
una pupila llevaba arriba
y la otra en el andar.

Y caminó vereda adentro el que más
ojo en camino y ojo en lo por venir.
Y cuando vino el tiempo de resumir,
ya su mirada estaba extraviada
entre el estar y el ir.

E, e, e;
e, e, e:
ojo puesto en todo ya ni sabe lo que ve.
U, u, u;
u, u, u,
óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú.

La Historia de la Semana

lunes, 8 de octubre de 2012

¡Muchas gracias!

Hace unos cuatro años por estas fechas, gracias a los ánimos y sugerencias de un grupo de buenos amigos, iniciamos la andadura de este blog.

Y gracias a la acogida que ha tenido por la difusión entre amigos y conocidos, sin más apoyos publicitarios, se ha ido consolidando como un punto de referencia para bastantes personas.

Se han superado las 200.000 páginas vistas, tiene más de 500 amigos en Facebook, va por los 400 artículos publicados y seguimos creciendo.

Todo un sueño impensable cuando comenzamos hace cuatro años, que fue precisamente con el discurso más famoso de Martin Luther King titulado Tengo un sueño.

Pero independientemente del mayor o menor éxito de las cifras, lo que de verdad importa es que con que fuera útil a algunas personas ya merecería la pena seguir el blog. Y por mi parte siempre recuerdo la fábula de El rey y el pordiosero sobre la humildad, pues nunca hay que perder de vista los orígenes. El único mérito es la perseverancia de escribir regularmente y la fidelidad a los lectores que esperan la historia semanal.

Así que, como dice el título de este artículo, ¡Muchísimas gracias a todos! Poco más puedo añadir pues es el sentimiento que tengo en el corazón.

Y para terminar, comparto un poco de música relajante de un grupo alemán de los años 70 denominado Ash Ra Tempel. Se trata del tema titulado The Fairy Dance, La danza de las hadas, que espero os guste tanto como a mí.

Y de nuevo ¡muchísimas gracias de todo corazón a los que se acercan a este sencillo rincón de la web! 


La Historia de la Semana

domingo, 7 de octubre de 2012

Siete consejos sobre el amor

Hace poco leí un libro titulado El amor: la gran oportunidad, del psiquiatra Enrique Rojas, que me ha parecido muy interesante para compartir.

En estos tiempos en que predomina prácticamente en todos los órdenes lo efímero frente a lo perdurable, con las consecuencias que esto lleva en el ámbito de los sentimientos y la afectividad, este libro trata sobre cómo mantener el amor y conseguir que sea duradero, dando una serie de pautas para alcanzar la felicidad y la estabilidad de las parejas.

En este artículo comparto un resumen de uno de los capítulos que considero muy útil para lograr un amor estable y profundo, que pasa ineludiblemente por el amor sin condiciones y sin egoísmos.

Se titula Siete consejos sobre el amor y aquí van a continuación.

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Siete consejos sobre el amor

1) No divinizar el amor.
El amor de la pareja es algo real y tiene unas coordenadas concretas, y hay que ubicarlo con algo grande, pero que depende de cómo cada uno lo trabaje, cuide y cultive. En las canciones y películas se suele dar una imagen irreal.

2) No hacer de la otra persona un absoluto.
En los primeros tiempos del enamoramiento es normal que suceda así, pero con el tiempo hay que ver al otro como realmente es, con sus virtudes y defectos cotidianos.

3) Estar enamorado no es suficiente para que el amor funcione y dure.
El amor hay que alimentarlo día a día a base de detalles, que convierten el enamoramiento en algo fuerte, sólido y firme.

4) La vida de pareja necesita aprendizajes sucesivos.
Para lograr un crecimiento armónico hay que ir aprendiendo a situar de forma correcta las relaciones con las familias, la economía, el tiempo libre, dedicando tesón e inteligencia.

5) Ser conscientes de que pueden aparecer crisis.
Incluso después de muchos años de conocerse. La vida en común tiene exigencias que van apareciendo.  Hay cuatro componentes importantes que intervienen: afectividad, inteligencia, voluntad y espiritualidad.

6) Saber que el amor maduro tarda en llegar. 
Y amor maduro significa la compenetración de dos personas  manteniendo cada una su propia individualidad. Este es el reto: no anular al otro y hacerlo como uno quiere que sea, sino respetar su libertad y personalidad.

7) Recordar que el amor verdadero consiste más en dar que en recibir.
Es fácil de entender en los primeros momentos, pero hay que mantenerlo. Dar no es renunciar o ser menos, sino ser consciente de mi riqueza y compartirla. El egoísmo no es propio de amor.

La Historia de la Semana