viernes, 22 de enero de 2010

El culpable

Seguramente más de una vez nos hemos tenido que enfrentar a situaciones adversas que no son de nuestro gusto. ¿Qué hacer entonces?

La historia de esta semana me encanta porque nos viene a decir que, por muy difícil que se nos pongan las cosas, siempre es posible encontrar un resquicio, más o menos grande, para actuar en consecuencia. Basta poner un poco de imaginación y creatividad. Por eso es tan importante desarrollar estos valores en nuestra acción educativa con los que dependen de nosotros. 


Aquí os dejo con El culpable.

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El culpable


Cuenta una antigua leyenda de la Edad Media que un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un "chivo expiatorio" para encubrir al culpable.

El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas esperanzas de escapar al terrible veredicto: ¡La horca!

El juez, también comprado, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: "Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de él tu destino: escribiremos en dos papeles separados las palabras 'culpable' e 'inocente'. Tú escogerás uno y será la mano de Dios la que decida tu destino".


Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: 'CULPABLE'. Y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.

El juez ordenó al hombre tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca, lo engulló rápidamente.

Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon... "pero, ¿qué ha hecho...?, ¿y ahora...?, ¿cómo vamos a saber el veredicto...?"


"Es muy sencillo, respondió el hombre... es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué".

Y con un gran coraje mal disimulado, tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo...

miércoles, 20 de enero de 2010

Duel

La vida se nos presenta en ocasiones como un duelo. Duelo no en el sentido de dolor interior sino en el que se daba durante el romanticismo de reto o desafío.

Desde que nos levantamos cada día se inicia este particular desafío personal para llevar adelante nuestros ideales y sueños:  hay que combatir con los compañeros de trabajo, con los amigos, con la familia, con la pareja, con uno mismo (que a veces es nuestro peor enemigo), y lo bonito es conseguir que sea siempre un juego de suma positiva: aportar nuestro amor y creatividd para que todos los implicados acaben ganando en este 'duelo diario' que es la vida.

Esto es lo que me ha evocado el video musical de esta semana, un duelo muy conseguido entre dos violines. Se trata de la pieza Duel, del cuarteto de cuerda Bond de su álbum Born (confieso que hasta hace apenas dos semanas no tenía ni idea de este grupo), extraido de un concierto en directo en el Royal Albert Hall de Londres.

Aquí va el video (y después la explicación de eso de 'juego de suma positiva'), que espero os guste tanto como a mí. (Por cierto, sigo con los gustos musicales raros, pues al igual que con el video de Isgaard, es de los menos vistos en la red)






Nota: (un poco pedante por una vez y sin que sirva de precedente): 

La Teoría de Juegos es una rama de las Matemáticas que surgió a mediados del siglo pasado. En esta teoría cualquier tipo de relación se puede estudiar como un juego y se hace una clasificación en tres tipos básicos (simplificando mucho):

- Juegos de suma nula: cuando uno gana y otro pierde. La mayoría de los juegos de azar son de este tipo.

- Juegos de suma negativa: cuando todos los contendientes pierden. La guerra, por mucho que se diga, es un ejemplo de este tipo.

- Juegos de suma positiva: cuando todos ganan. Una pareja que se lleva bien, una familia que se quiere,... son casos donde todos ganan en la relación y sirve de crecimiento y madurez personal.

viernes, 15 de enero de 2010

De ángeles y amigos

Cuando era niño se hablaba bastante del angel de la guarda; hoy en cambio casi nos hemos olvidado de él. Por eso me ha gustado el texto que comparto para la historia de esta semana: la diferencia entre ángeles y amigos.

Yo estoy convencido que todos tenemos nuestro ángel de la guarda, ¡y algunos hasta tienen nombre y apellido! Seguro que a poco que pensemos lo podemos identificar; pero la pregunta que me ronda va todavía un paso más allá: ¿de quién soy yo el ángel de la guarda?

De todo esto precisamente, de ángeles y de amigos, trata la historia de hoy. Espero que os guste!


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De ángeles y amigos

Un ángel tiene la obligación de cuidarnos; un amigo nos cuida por amor.



Un ángel te ayuda evitando que tengas problemas; un amigo te ayuda a resolverlos.

Un ángel te ve sufrir, sin poderte abrazar; un amigo te abraza, porque no quiere verte sufrir.

Un ángel te ve sonreír y observa tus alegrías; un amigo te hace sonreír y te hace parte de sus alegrías.

Un ángel sabe cuando necesitas que alguien te escuche; un amigo te escucha, sin decirle que lo necesitas.

Un ángel en realidad es parte de tus sueños; un amigo comparte y lucha para que tus sueños sean una  realidad.

Un ángel siempre esta contigo ahí; un amigo, cuando no está contigo, también piensa en ti.

Un  ángel no nos escoge, Dios nos lo asigna; un amigo nos toma de la mano y nos acerca a Dios.

Un ángel vela tu sueño; un amigo sueña contigo.

Un ángel aplaude tus triunfos; un amigo te ayuda para que triunfes.
 
Un ángel se preocupa cuando estás mal; un amigo se desvive porque estés bien.
 
Un ángel recibe una oración tuya; un amigo hace una oración por ti.



Un ángel te ayuda a sobrevivir; un amigo vive por ti.


Para un ángel, eres una misión que cumplir; para un amigo, eres un tesoro que defender.

Un ángel quisiera ser tu amigo; un amigo, sin proponérselo, también es tu ÁNGEL.