miércoles, 21 de octubre de 2009

La educación de los hijos

El tema de la educación de los hijos es tan importante que hay mucho material escrito por pedagogos y expertos en el tema. Pero a veces se echa en falta un poco de sentido común a la hora de llevar a la práctica los consejos que dan.

Creo que merece la pena ver estos videos de Emilio Calatayud, Juez de Menores de Granada, en los que de una manera sencilla expone una serie de claves fundamentales para los que nos dedicamos a la educación.

Hace unos meses ya publicamos un artículo de este famoso Juez que va en esta misma línea. Se puede ver aquí.

Espero que sea útil y práctico para tod@s.

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Primera parte:




Segunda parte:



martes, 20 de octubre de 2009

Decálogo del Humor

Este viernes dentro de unas horas me voy de peregrinación al Monasterio de Guadalupe con la pastoral universitaria de Madrid, por eso adelanto un poco el envío de la historia de la semana.

Decía Teresa de Calcuta que la vida hay que vivirla con amor y con humor. ¡¡Quién no disfruta con una sonrisa!! Pero a veces nos cuesta un poco de trabajo, y por ello es conveniente aprender a ver el lado simpático y amable de las cosas, superando nuestos propios miedos y ayudando a los demás a salir de sí mismos.

Me han enviado esta recopilación de frases sobre el humor estructuradas en forma de decálogo que esta semana comparto con vosotros. Seguramente haya otras también interesantes, pero como punto de partida no está nada mal. ¡Espero que os guste y os sirva! (Y si alguien tiene más ideas sobre el humor, que las comparta por supuesto!!)

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Decálogo del humor

1º.-  "El verdadero humor empieza cuando ya no se toma en serio la propia persona."
De Herman Hesse.

2º.- "Muchas veces ayudó una broma donde la seriedad solía oponer resistencia."
De Platón

3º.-  "El humor y la sabiduría son las grandes esperanzas de nuestra cultura."
De Konrad Z. Lorenz.

4º.-  "Quien nos hace reír es un cómico; quien nos hace pensar y luego reír, es un humorista." De Georges P. Burns.

5º.-   "No hay día más perdido que aquél en que no hemos reído." De Charles Chaplin.

6º.-  "Reírse de todo es cosa de tontos, pero no reírse de nada lo es de estúpidos."
De Erasmo de Rótterdam.

7º.-  "La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz." Proverbio escocés.

8º.-  "La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son."  De Winston Churchill.

9º.-   "La percepción de lo cómico es un lazo entre los hombres."  De Ralph W. Emerson.

10º.- "Bromear es una de las cosas amenas de la vida, pero cuesta muchos años de aprendizaje."  De Lin Yutang.

(recopilación de Carmen Moreno)

domingo, 11 de octubre de 2009

El maestro y los listos

Tenemos un refrán popular en España (aunque imagino que en casi todos los lugares del mundo habrá uno similar) que dice que 'hay que ser bueno, pero no tonto': una cosa es actuar de manera altruista haciendo el bien, sabiendo conscientemente lo que se hace, y otra muy distinta que alguien manipule los buenos sentimientos y, sin darnos cuenta, se aproveche de ellos.

La historia de esta semana recrea de una forma simpática esta situación, y me ha recordado la importancia de saber estar siempre por encima de las circunstancias, de manera que no nos dejemos llevar por ellas y acabemos donde no nos gustaría ir. Como decían los santos padres: cada uno es dueño de su destino, aún en medio de las mayores adversidades. ¡Espero que os guste!

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El maestro y los listos

Había en un pueblo de la India un hombre de gran santidad. A los aldeanos les parecía una persona notable a la vez que extravagante. El caso es que le pidieron que les predicase. El hombre, que siempre estaba en disponibilidad para los demás, no dudó en aceptar.
El día señalado para la prédica, no obstante, tuvo la intuición de que la actitud de los asistentes no era sincera y de que debían recibir una lección. Llegó el momento de la charla y todos los aldeanos se dispusieron a escuchar al hombre santo confiados en reirse y pasar un buen rato a su costa. El maestro se presentó ante ellos. Tras una breve pausa de silencio, preguntó:

--Amigos, ¿sabéis de qué voy a hablaros?
--No -contestaron.
--En ese caso -dijo-, no voy a decirles nada. Son tan ignorantes que de nada podría hablarles que mereciera la pena. En tanto no sepan de qué voy a hablarles, no les dirigiré la palabra.
Los asistentes, desorientados, se fueron a sus casas. Se reunieron al día siguiente y decidieron reclamar nuevamente las palabras del santo.
El hombre no dudó en acudir hasta ellos y les preguntó:
--¿Sabéis de qué voy a hablaros?
--Sí, lo sabemos -repusieron los aldeanos.
--Siendo así -dijo el santo-, no tengo nada que deciros, porque ya lo sabéis. Que paséis una buena noche, amigos.
Los aldeanos se sintieron burlados y experimentaron mucha indignación.
No se dieron por vencidos, desde luego, y convocaron de nuevo al hombre santo. El santo miró a los asistentes en silencio y calma. Después, preguntó:
--¿Sabéis, amigos, de qué voy a hablaros?
No queriendo dejarse atrapar de nuevo, los aldeanos ya habían convenido la respuesta:
--Algunos lo sabemos y otros no.
Y el hombre santo dijo:
--En tal caso, que los que saben transmitan su conocimiento a los que no saben.
Y dicho esto, el hombre santo se marchó de nuevo al bosque.