domingo, 2 de febrero de 2025

Portadores de ilusión

 Un año más por Navidad, la Capellanía Universitaria junto con Misiones Universitarias de la UTPL ha podido llevar ayuda e ilusión a muchas familias y niños que se encuentran en situaciones de pobreza y desamparo. Tengo que agradecer de corazón a todos los amigos, voluntarios, misioneros identes y familiares de España y Ecuador que han apoyado económica y desinteresadamente estos proyectos, y que expresan la bondad y generosidad de las personas cuando ven una buena causa para ayudar.

Niños de Taquil

En el entorno social de Ecuador las diferencias sociales son muy grandes, aumentadas por la situación económica del país que lleva a muchas personas a tomar el camino de la emigración para  poder tener un trabajo y una fuente de ingresos. 

Familia de Palo Blanco

 En los pueblitos que he podido visitar este año se ve con frecuencia que abundan los niños y los mayores, pues las personas en edad laboral han salido fuera del país. En el entorno rural es habitual que los abuelos cuiden de los nietos mientras los padres están en el extranjero.

Escuela de El Tibio

Este año hemos podido intervenir en cuatro proyectos: entrega de cestas de navidad a personas mayores desfavorecidas del ámbito rural, reparto de dulces y material escolar a niños de escuelas rurales, apoyo a las niñas discapacitadas del Hogar San Camilo de Lelis y celebración de los Reyes Magos (en Ecuador no hay tradición, así que a ver si la instauramos). Todo ello gracias a la colaboración económica de los amigos españoles, sin cuya ayuda hubiera sido imposible.

 

Palo Blanco
El reparto de cestas de Navidad se hizo en las comunidades de Palo Blanco, Taquil y San Cayetano, gracias a la labor desinteresada de Doña Olguita y toda su familia (hijos, nietos y parientes) que formaron las canastas y supieron de las familias necesitadas. Llegamos a 150 familias.
 

Me llamó la atención las personas mayores que viven solas en medio del campo y con dificultades para ir a la ciudad. Viven al día con lo que cosechan y con unas cuantas gallinas. ¡Por cierto que son personas tan generosas que me regalaron una gallina y un cuy vivos!

Familia de Taquil

 
Con los niños repartimos material escolar de la UTPL y una bolsa de caramelos en escuelas rurales que pocas veces son visitadas por personas ajenas. Se alegraron mucho con la sorpresa. Con las aportaciones obtenidas pudimos llegar a más de 400 niños.

Escuela Borja (Loja)

Da una alegría inmensa ver la ilusión que se despierta en los niños cuando reciben un regalo que no se lo esperan. Además les hablamos de los Reyes Magos, que aquí no son muy conocidos, pues los regalos se los dan en Nochebuena. 

En esta ocasión visitamos escuelas de Palo Blanco, El Tibio, San Lucas y las afueras de Loja.

Escuelas en San Lucas
 

Hogar San Camilo de Lelis
También como el año pasado visitamos el Hogar San Camilo de Lelis de niñas discapacitadas, donde un Rey Mago repartió regalos e ilusión a estas niñas acogidas que han sido abandonadas por sus familias debido a su discapacidad (parálisis cerebral, esquizofrenia,...) 

Hogar San Camilo de Lelis

 
Y por último tuvimos la gran celebración de los Reyes Magos en la Universidad con su entrada en procesión a caballo. Representamos la ofrenda de los Reyes a la Sagrada Familia en el portal de Belén y participaron de la misa del día. Después repartieron regalos a todos los niños asistentes (¡y a los no tan niños!), quedando todos muy contentos. 

Misa de Reyes en la Universidad


 
Poco a poco vamos introduciendo la celebración de la cabalgata de Reyes a ver si creamos tradición.

Aquí he seleccionado algunas fotos de lo realizado. La colección completa se puede ver en este enlace:

https://mega.nz/folder/DcFVyIJK#BqHfCcVoW4aRSF8Xfbgujg

Quisiera de nuevo agradecer a todos los que han colaborado tanto económica como presencialmente para llevar a cabo este proyecto y ser, un año más, portadores de ilusión.


La Historia de la Semana

lunes, 23 de diciembre de 2024

Feliz Navidad 2024

El año se ha pasado volando y ya estamos de nuevo celebrando la Navidad, el acontecimiento que ha marcado nuestra sociedad con el nacimiento del Niño Jesús.

Un acontecimiento marcado por la esperanza. Esperanza en un mundo mejor que se guíe por la enseñanza que Jesús nos trae con su encarnación: el mandamiento del amor. A pesar de los conflictos, de las guerras, de las injusticias,... hay motivos para la esperanza. El bien triunfa cuando cada uno de nosotros lo hace suyo y lo vive en el entorno cotidiano.

El Niño Jesús nos recuerda que la paz y el amor son las virtudes que llenan el corazón y nos hacen vivir con plenitud y felicidad.Y son tan importantes que dio la vida por nosotros para abrirnos las puertas del cielo.

Sirvan estas palabras para felicitar esta Navidad  2024 y desear todo lo mejor para el nuevo año que vamos a iniciar en unos días, depositando nuestra confianza en este Niño que renace en los corazones de todos.

Comparto este villancico que siempre me ha encantado. Se titula Gaudete, Christus est natus y data del siglo XVI. He encontrado dos versiones, una con un coro de voces blancas y otra de un coro de adultos, ambas espectaculares. Es en latín y añado al final la traducción.

Versión del coro Libera, coro de niños que nació en una parroquia anglicana de Londres:

 

 Versión del coro irlandés Anúna:

  

Y la letra en español:

¡Alégrate!
¡Alégrate! Cristo ha nacido
de la Virgen María.

El tiempo de gracia ha llegado,

lo que tanto hemos deseado.
Canciones de alegría
cantemos con fe. 

¡Alégrate! ...


Que nuestra oración

ahora cante con júbilo.
Bendigamos al Señor,
alabemos a nuestro Rey.

¡Alégrate! ....

Dios se ha hecho hombre
con naturaleza maravillosa.
El mundo ha sido renovado
por Cristo, nuestro Rey. 

¡Alégrate! ....

El tiempo de gracia ha llegado,
lo que tanto hemos deseado.
Canciones de alegría
cantemos con fe. 

¡Alégrate! ...

 


La Historia de la Semana

 

lunes, 23 de septiembre de 2024

El Príncipe y las semillas

Cuando uno se pone a pensar en las causas de la crisis social que padecemos, al final llegamos a que la raíz está en el propio ser humano: se desea el poder frente a la sencillez, la avaricia frente a la humildad, la apariencia frente a la realidad,... 

Y en definitiva, dentro de la crisis general de valores que hay, se diluye tremendamente algo tan clásico y sencillo como la honestidad y el honor personal.


La historia de esta semana es un cuento de Paulo Coelho bastante conocido que trata precisamente de eso, de mantener la honestidad por encima de las demás consideraciones sociales, por muy grandes que nos parezcan. 

Se titula El Príncipe y las semillas, y espero que os guste.
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El Príncipe y las semillas

Alrededor del año 250 a.C, en la antigua China, un cierto príncipe de la región de Thing-Zda, estaba preparado para ser coronado emperador; pero antes, sin embargo, de acuerdo con la ley, tenía que casarse.

Como se trataba de escoger a la futura emperatriz, el príncipe tenía que encontrar a una joven en quien pudiese confiar plenamente. Aconsejado por un sabio, decidió convocar a las jóvenes de la región para elegir entre ellas a la más digna.

Una vieja señora, sierva del palacio desde hacía muchos años, al oír los comentarios sobre los preparativos para la audiencia, sintió una gran tristeza, pues su hija alimentaba un amor secreto hacia el príncipe.

Al llegar a su casa y comentar el hecho a la joven, se espantó al oír que ella también tenía intención de presentarse. 
La señora se desesperó: 

–¿Hija mía, qué vas a hacer allí? Estarán presentes las más bellas y ricas candidatas de la corte. ¡Sácate inmediatamente esta idea de la cabeza! ¡Ya sé que debes estar sufriendo, pero no transformes el sufrimiento en una locura! 

Y la hija respondió: 

–Querida madre, ni estoy sufriendo, ni mucho menos me he vuelto loca; sé que jamás podré ser la escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos algunos momentos cerca del príncipe, y esto ya me hace feliz, aún sabiendo que mi destino es otro.


Por la noche, cuando la chica llegó al palacio, allí estaban efectivamente las más bellas jóvenes, con las más bellas ropas y las más bellas joyas, dispuestas a luchar de cualquier modo por la oportunidad que se les ofrecía. Rodeado de su corte, el príncipe anunció el desafío:

–Daré una semilla para cada una de vosotras. Aquella que, dentro de seis meses, me traiga la flor más linda, será la futura emperatriz de la China.


La chica cogió su semilla, la plantó en una maceta y como no era muy hábil en las artes de jardinería, cuidaba la tierra con mucha paciencia y ternura, pues pensaba que, si la belleza de las flores surgiese en proporción a la intensidad de su amor, no tendría que preocuparse del resultado. 

Pasaron tres meses y nada brotó. La joven buscó soluciones, habló con labradores y campesinos que le enseñaron los más variados métodos de cultivo y no consiguió ningún resultado. Cada día se sentía más lejos de su sueño, aunque su amor continuase tan vivo como antes. 

Finalmente, los seis meses se agotaron y nada nació de su maceta. Aunque sabía que no tenía nada para mostrar, era consciente de su esfuerzo y dedicación durante todo aquel tiempo, de modo que comunicó a su madre que retornaría al palacio en la fecha y hora establecidas. Secretamente sabía que este sería su último encuentro con el bienamado, y no estaba dispuesta a perderlo por nada del mundo.

Llegó el día de la nueva audiencia. La chica apareció con su maceta sin planta y vio que todas las otras pretendientes habían conseguido buenos resultados: cada una tenía una flor más bella que la otra, de las más variadas formas y colores.


Por fin llegó el momento esperado: el príncipe entra y observa a cada una de las candidatas con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, anuncia el resultado e indica a la hija de su sierva como su nueva esposa.

Todos los presentes empezaron a protestar, diciendo que cómo era posible que él hubiera escogido justamente a la única que no había conseguido cultivar ninguna planta.
Entonces, serenamente, el príncipe aclaró la razón de su desafío:

–Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de ser emperatriz: la flor de la honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles, y no podían nacer de manera alguna.