Uno de los temas básicos que aparecen por estas páginas es el de la amistad.
Pienso que hay pocos valores tan importantes y profundos como el amor de amistad profundo, que lleva inexorablemente, como dice la Escritura, a dar la vida por el amigo.
Ya dijeron los clásicos que quien tiene un amigo tiene un tesoro; por ello hay que estar siempre dispuestos a cultivar la amistad, a acrecentarla con nuestras obras y acciones y a estar atentos para apoyar en las dificultades.
La historia de esta semana recuerda que si un amigo te busca en la tribulación es porque puedes ayudarle, y viene bien para recordarnos que la generosidad y la buena disposición son necesarias en nuestra vida.
Así que, ¡si alguien te busca, atiéndelo! Aquí va a continuación.
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Si alguien te busca...
Si alguien te busca con frío... es porque tienes abrigo.
Si alguien te busca con alegría... es porque tienes una sonrisa.
Si alguien te busca con lágrimas... es porque das consuelo.
Si alguien te busca con versos... es porque tienes música.
Si alguien te busca con dolor... es porque tienes el remedio.
Si alguien te busca con palabras... es porque sabes escuchar.
Si alguien te busca con hambre... es porque tienes con que alimentar.
Si alguien te busca con besos... es porque tienes miel.
Si alguien te busca con dudas... es porque sabes el camino.
Si alguien te busca con orquesta... es porque tienes la fiesta.
Si alguien te busca con fantasías... es porque tienes la realidad.
Si alguien te busca con desesperación... es porque tienes serenidad.
Si alguien te busca con entusiasmo... es porque tienes fe.
Si alguien te busca con secretos... es porque inspiras confianza.
Si alguien te busca con sed... es porque tienes agua.
Si alguien te busca con miedo... es porque tienes amor.
Si alguien te pide oración... es porque tienes a Dios.
La Historia de la Semana