miércoles, 7 de marzo de 2012

El monje y el samurai

Las últimas entradas del blog tenían como referencia al tema del miedo y su superación (Mirar sin ver y Supera tu miedo), y me han hecho recordar uno de los primeros cuentos que escuché en un taller de cuentacuentos.

Cada etapa de la vida suele tener sus miedos más o menos definidos: los niños a la oscuridad, los mayores a la muerte, los adultos al compromiso,... y a veces tienen una base cierta que no se puede obviar. 

Pero también es cierto que los miedos se pueden superar y en muchas ocasiones con resultados totalmente inesperados. 

El cuento de esta semana, titulado El monje y el samurai, trata precisamente de esto. El protagonista está 'muerto de miedo', pero ello no le impide cumplir con lo que le dicta su conciencia.

Aquí va y espero que os guste.
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El monje y el samurai

Erase una vez, en un lugar muy apartado del lejano oriente, un monasterio en el que vivía un joven monje con fama merecida de ser fiel cumplidor de su palabra.

Un día le encargaron llevar una carta urgentemente al gobernador de la ciudad por un asunto muy importante, debiéndola entregar personalmente, y sólo confiaban en él.

Tras un día de caminata, al llegar a la ciudad notó que había mucha gente congregada en torno al único puente que daba acceso a la misma. Y allí le contaron que un samurai se había apostado en el puente desafiando a muerte a los cien primeros hombres que quisieran entrar en la ciudad, para demostrar así su destreza y poder quedarse al servicio del gobernador. 

Ya había matado a 99 hombres, cuyos cadáveres estaban allí cerca tirados a la orilla del río.

Nuestro joven monje había dado palabra de cumplir su encargo, así que superando su miedo se adelantó para cruzar el puente.

- No puedes pasar si no me desafías, le dijo el samurai.

- Tengo mucha prisa para entregar una carta al gobernador, le respondió el monje, una carta por un asunto muy importante. Si me dejas pasar, te prometo que volveré y lucharé contigo.

El samurai se extrañó mucho por la propuesta, pero dada la urgencia y que era para el gobernador, la encontró razonable. Así que le contestó:

- De acuerdo. Pero si no vuelves, iré a tu monasterio y desafiaré a todos los monjes.

Nuestro buen amigo, muerto de miedo, tras dejar el sobre fue a ver a su antiguo maestro y le pidió consejo, pues pensaba que si volvía al puente iba a morir; ¡pero si no lo hacía morirían sus hermanos!

El maestro, tras meditar unos momentos y conocedor de la situación, le respondió:

- Efectivamente, si vuelves creo que vas a morir. Pero has dado tu palabra y debes cumplirla, así que lo único que puedo hacer por ti es prepararte para una buena muerte. Mira, cuando el samurai te dé la espada, tú la colocas vertical sobre tu cabeza, cierras los ojos y piensas en Dios, con quien te encontrarás en poco tiempo. Todo será muy rápido y no sufrirás.

El joven monje, con más miedo que otra cosa, volvió al puente. El samurai en cuanto lo vio le tendió la espada para luchar.

El monje, sin decir palabra, la colocó sobre su cabeza como le había indicado el maestro, entornó los ojos y se concentró esperando el golpe certero del samurai. Este comenzó a observarlo tremendamente sorprendido.

- Es la primera vez que no me imploran que les perdone la vida, pensaba. No se ha movido nada y no se pone en la posición de defensa. ¿No será que tiene un golpe secreto que no conozco?

El monje, entretanto, seguía concentrado y muerto de miedo esperando el frío acero de la espada.

El samurai, cada vez más sorprendido, daba vueltas y más vueltas a su alrededor buscando un punto débil, y cada vez estaba más convencido de que el monje tenía un golpe maestro que iba a acabar con él en cualquier momento. Hasta que al fin se le acercó suplicante:

- ¡Por favor, no me mates! ¡Perdóname la vida y enséñame tu golpe maestro!

Aquí se pierde el rastro de esta historia. Hay quien dice que el monje lo acogió como discípulo y le enseñó lo que sabía; hay otros que dicen que el joven monje volvió corriendo a su monasterio para que el samurai no se diera cuenta de que no sabía nada de golpes maestros; y hay quien asegura que en ese momento, los 99 hombres que el samurai había matado resucitaron...


La Historia de la Semana

lunes, 5 de marzo de 2012

Stratosfear

El tema musical de esta semana se titula Stratosfear. Es el tema principal del álbum del mismo nombre del grupo Tangerine Dream publicado nada menos que en el año 1976, y es considerado por los expertos como uno de los más logrados de esta banda alemana que ya he comentado en otras ocasiones.

Tiene un sonido más melódico y menos experimental que otras obras suyas, y, además de los habituales sintetizadores de la época, utiliza guitarras, piano y armónica, consiguiendo un sonido más 'etéreo'. 

Me asombra que esta banda aún sigue actuando a fecha de hoy. De los tres miembros de aquella época, Chris Franke, Peter Baumann y Edgar Froese, sólo este último ha continuado en la misma, aunque ahora el sonido es mucho más 'metálico' que entonces.

He encontrado un par de versiones que me parecen sugerentes. La primera conserva los sonidos originales pues corresponde a una grabación antigua, ilustrada con un bonito video de un parque nacional. 

Aquí va:




La segunda corresponde a una actuación en directo del año 2010 en el Royal Albert Hall de Londres, que tiene un sonido mucho más metálico. Me llama la atención la actuación del guitarrista y de la que toca la batería. Aquí va:




Y no he podido resistir la tentación de incluir la versión completa del tema con un video un tanto curioso donde se mezclan imágenes de la banda en aquellos años con imágenes de la estratosfera. Para mí es la versión que más me gusta pues tiene el sonido original:


 
La Historia de la Semana

miércoles, 29 de febrero de 2012

Supera tu miedo

La anterior entrada del blog, Mirar sin ver, hacía referencia al miedo que sentimos de quedar mal ante los demás y cómo esto nos coacciona en la vida cotidiana.

Casi siempre suele ocurrir que el sentimiento de miedo está dentro de nosotros, en nuestra imaginación, y hay que hacer un esfuerzo de superación extra para que no nos domine y podamos actuar con normalidad.

El video de este semana me ha encantado porque trata precisamente de la superación del miedo, y refleja muy bien que está dentro de cada uno y cómo para superarlo hay que ponerse en situación límite.

El fondo musical corresponde a un extracto de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, la que corresponde a El verano.

Aquí va:



La Historia de la Semana