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miércoles, 8 de septiembre de 2010

El oso

Una de las características de nuestras sociedades modernas es la autosuficiencia: nos creemos que no necesitamos a nadie, que somos totalmente independientes  y que nos bastamos por nosotros mismos, cuando en realidad, a nada que miremos a nuestro alrededor, nos damos cuenta que hay un sinfín de aspectos en los que precisamos de los demás para poder llenar el corazón de lo que realmente necesita. 

Y cuando lo encontramos es una gran alegría saber que tenemos alguien a nuestro lado en quien podemos confiar y que nos ayuda incondicionalmente. Serán los padres, un amigo, una persona de confianza, Dios,..., en definitiva alguien en quien podemos depositar toda nuestra confianza.

Esto es lo que me ha recordado el fragmento de la película El oso, que viene a continuación. Trata de la vida de dos osos, uno pequeño que se queda sin madre y otro ya grande que lo acoge y lo protege de los peligros que acechan en el bosque. El comienzo es tipo documental, pero hay que llegar hasta el final...

¡Espero que os guste!



viernes, 2 de abril de 2010

No preguntes

Es muy frecuente escuchar opiniones sobre todas las cosas, pero no lo es tanto comprometerse con ellas para resolverlas. Solemos elegir el camino más fácil que menos nos incomoda.


El texto de esta semana lleva por título No preguntes, y, ya que estamos metidos de lleno en la Semana Santa, quiere interpelarnos personalmente en ese sentido, a no quedarnos en la superficie de las cosas sino vivir un acompañamiento real, claro y práctico con las personas, de manera especial los que tengo más a mano: nuestros amigos y seres queridos.


¡Espero que os haga pensar un poco!






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No preguntes

Al triste, no le preguntes la historia de su desgracia.
Sino dile que, en ti, tiene un amigo.

Al que llora, no le escudriñes el origen de su llanto.
Sino dile que tú tienes un hombro, un pañuelo, una sonrisa.

Al que anda tambaleante por la vida no le analices

por qué no ha llegado nunca a ninguna parte...
Mejor dile que tú tienes una luz, un consejo
y un bastón por si llegara a necesitarlos.

Al que anda sin templo y sin oración, 
no le preguntes por qué es un descreído.
Mejor enséñale a Dios 
y mételo en el secreto de tu plegaria.


A esos que hacen un caos de su vida, 
no les preguntes qué causa su confusión.
Mejor enséñales el rastro sosegado de la fe 
y el fluir constante de tu serenidad.

Al que anda dolido y agotado con su cruz

no le preguntes por qué le pesa tanto.
Mejor ponlo en posición de que Dios se irradie sobre él.
Y ya poco a poco irá llegando la luz.

Al que se resiste a seguir y se siente vencido,

no le andes por las normas, 
las deducciones y los raciocinios.
Mejor dale la mano y dile: "¡Voy contigo!"

No le preguntes a cada uno su necesidad...
Mejor demuéstrales que siempre hay un sueño
más asombroso que su mala suerte. 


miércoles, 10 de febrero de 2010

Imagine

El video que comparto esta semana me ha impactado de una forma especial.

Cuando hablamos de los problemas de integración de las personas solemos pensar en los inmigrantes o en los pobres que nada tienen. Pero hay otro colectivo que también es importante: los disminuidos físicos o psíquicos.

¿Cómo enseñar a cantar a una persona sordomuda? Este video está sacado de una serie de televisión en la que se da una integración muy bonita entre alumnos normales y disminuidos. Al final se aprecia cómo aplauden las personas sordomudas: agitando las manos.

El pretexto musical es la famosa canción Imagine de John Lennon. Como ya es habitual, la letra, en inglés y en español, después de la proyección. 

¡Espero que os guste... y nos haga pensar un poco!!



IMAGINE

Imagine there's no Heaven
It's easy if you try
No hell below us
Above us only sky
Imagine all the people
Living for today

Imagine there's no countries
It isn't hard to do
Nothing to kill or die for
And no religion too
Imagine all the people
Living life in peace

You may say that I'm a dreamer
But I'm not the only one
I hope someday you'll join us
And the world will be as one

Imagine no possessions
I wonder if you can
No need for greed or hunger
A brotherhood of man
Imagine all the people
Sharing all the world

You may say that I'm a dreamer
But I'm not the only one
I hope someday you'll join us
And the world will live as one


IMAGINE 

Imagina que no hay paraíso,
Es fácil si lo intentas:
Ningún infierno debajo de nosotros,
Arriba de nosotros, solamente cielo,
Imagina a toda la gente
Viviendo al día...

Imagina que no hay países,
No es difícil hacerlo,
Nada por lo que matar o morir,
Ni religiones tampoco,
Imagina a toda la gente
Viviendo la vida en paz

Imagina que no hay posesiones,
Me pregunto si puedes,
Ninguna necesidad de codicia o hambre,
Una hermandad del hombre,
Imagina a toda la gente
Compartiendo todo el mundo...

Tu puedes decir que soy un soñador,
Pero no soy el único,
Espero que algún día te nos unas,
Y el mundo vivirá como uno solo.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Decálogo de la Empatía

Esta semana quisiera compartir con todos el Decálogo de la Empatía. Está dirigido a padres con niños pequeños pero es perfectamente extrapolable, con los necesarios ajustes, al ámbito de la educación y de las relaciones personales.

Los que nos movemos en el ambiente educativo tendemos a imponer nuestro criterio y forma de ver las cosas pensando que es lo mejor (¡y puede que lo sea pues con nosotros ha funcionado!) , pero es también importante y necesario ponerse en la piel del educando o del amigo para discernir qué es lo que piensa y lo que más le conviene en cada momento.

Siempre recordaré una anécdota de un campamento: estaba recriminando un determinado comportamiento a una niña cuando, después de dejarme hablar, me contestó: '¡pero si sólo tengo nueve años y me tratas como si fuera mayor!'. Palabra de honor que no supe qué responderle.

Pues aquí va este Decálogo de la Empatía,
dedicado sobre todo a los padres y educadores, y que espero os sea muy útil en vuestra labor.


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Decálogo de la Empatía

1.- Sólo por hoy, en la mañana, voy a sonreír cuando vea tu rostro y reír cuando tenga ganas de llorar.

2.- Sólo por hoy, en la mañana, voy a dejarte escoger la ropa que te vas a poner, voy a sonreír y a decirte que te queda perfecta.

3.- Sólo por hoy pediré un día de descanso, o vacaciones, para llevarte al parque a jugar.

4.- Sólo por hoy, al mediodía, voy a dejar los platos en la cocina y voy a dejarte que me enseñes como armar un rompecabezas.

5.- Sólo por hoy, en la tarde, voy a desconectar el teléfono y apagar la computadora para sentarme junto a ti en el jardín para hacer burbujas de jabón.

6.- Sólo por esta tarde no voy a reclamarte, ni siquiera a murmurar, cuando tú grites y llores cuando pase el carro de los helados, y voy a salir contigo a comprarte uno.

7.- Sólo por esta tarde no voy a preocuparme sobre que va a ser de ti cuando crezcas y voy a pensar otra vez en todas las decisiones que haya hecho acerca de ti.

8.- Sólo por esta tarde te estrecharé en mis brazos y te contaré una historia acerca de cuando tú naciste y sobre lo mucho que te quiero.

9.- Sólo por esta noche te dejaré salpicar en la bañera y no me voy a enojar.

10.- Sólo por esta noche te dejaré despierto hasta tarde, mientras nos sentamos en el porche a contar las estrellas.

Y sólo por esta noche, cuando pase mis dedos entre tu cabello mientras rezas, simplemente daré gracias a Dios por el mayor regalo que he recibido.

viernes, 31 de octubre de 2008

La mejor medicina

Hola de nuevo!!
Esta semana me han llegado más historias, así que aquí va otra sobre cómo tratar a la gente.
Más abrazos y mejor finde
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LA MEJOR MEDICINA
Un estudiante fue con un maestro para aprender el arte de curar. Vieron venir a un paciente y el maestro dijo:
-Este hombre necesita granadas para curar.
El estudiante recibió al paciente y le dijo:
-Tiene usted que tomar granadas, es todo lo que necesita.
El hombre se fue protestando y probablemente no consideró en serio el consejo. El estudiante corrió a su maestro y preguntó qué es lo que había fallado. El maestro no dijo nada y esperó a que de nuevo se dieran las circunstancias.
Pasó un tiempo y el maestro dijo de otro paciente:
-Ese hombre necesita granadas para curar, pero esta vez seré yo quien actúe.
Le recibió y se sentaron, hablaron de su familia, de su trabajo, de su situación, dificultades e ilusiones. El maestro con aire pensativo dijo como para sí mismo:
-Necesitarías algún fruto de cáscara dura, anaranjada, y que en su interior contenga granos jugosos de color granate.
El paciente interrumpió exclamando:
-¡Granadas!, ¿y eso es lo que podría mejorarme?.
El paciente curó y el estudiante tuvo una ocasión más para aprender que el remedio es la mitad de la cura.
La otra mitad es el acompañamiento y la respuesta de aquel a quien se cura.