sábado, 27 de septiembre de 2014

El pozo

Es muy fácil y está a la orden del día dar sabios consejos a los demás. 

Seguramente todos lo hemos hecho en más de una ocasión, y está bien, pero hay un paso más: involucrarse en la solución.

Cuando los problemas ajenos se miran desde la distancia es más difícil encontrar la mejor solución para ellos. 

La historia de esta semana me ha encantado porque al tratar este tema deja en evidencia que la mejor forma de ayudar en una situación difícil es arriesgándose uno personalmente. 

Se titula El pozo, y espero que os guste tanto como a mí.
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El pozo

Un hombre cayó en un pozo. Cayó en él y no podía salir. 

Un viajero pasaba por ahí. Le dijo al hombre que meditara para purificar su mente, pues de esta manera alcanzaría el nirvana y todos los sufrimientos cesarían. El hombre hizo lo que le dijo, pero continuaba en el pozo. 

Otro hombre apareció. Le dijo al hombre que el pozo no existía y que de hecho él tampoco existía. Era todo una ilusión. Pero el hombre que no existía estaba aún metido en el pozo que tampoco estaba ahí. 


Otro visitante llegó. Éste enseñó al hombre a llevar a cabo buenos actos para perfeccionar su karma, y le aseguró que no debía preocuparse, pues aunque muriera podía ser reencarnado en algo magnífico. 

Ya de noche otro paseante miró al pozo donde estaba el hombre. Le dijo a éste que rezara cinco veces al día en dirección al Oriente y que cumpliera cinco penitencias importantes. Si él era fiel, quizá algún día lo divino lo haría libre... 

El hombre rezó lo mejor que pudo. Pero estaba perdiendo fuerzas... Y continuaba en el pozo.

Al día siguiente otro hombre apareció. Había algo diferente en él. Gritó al hombre que estaba abajo y le preguntó si quería ser libre... El hombre le dijo que sí. 

¿Qué hizo entonces el individuo que se encontraba arriba? Bajó él mismo al foso donde estaba el hombre caído y ya exhausto. Tomó al hombre. Y, ayudándose de una cuerda que había lanzado al pozo, lo arrastró hacia la Luz...



La Historia de la Semana

domingo, 14 de septiembre de 2014

El camello sabio

Un poco de humor nunca viene mal. Y si además tiene un poco de moraleja, pues mucho mejor.

La historia que comparto esta semana contiene ambas cosas: humor simpático y moraleja para pensar.

Y viene a responder a una pregunta que me parece muy interesante: ¿qué hago con las cualidadades y los valores que poseo?, ¿utilizo las capacidades que tengo o simplemente están de adorno?

Seguramente conocemos amigos que pueden dar mucho más de sí mismos, que por los motivos que sea se guardan para sí cualidades y valores que no ponen en práctica.

En esta historia, titulada El camello sabio, un simpático camello nos ilustra sobre la mejor respuesta...
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El camello sabio
 
Una madre y un bebé camello estaban descansando en la sombra debajo de un árbol, y de repente el bebé camello le pregunta a su madre…  

- Mamá, ¿puedo preguntarte algunas cosas?
 
- Claro que sí hijo mío, ¿hay algo que te preocupa? -le contestó la mamá camello. 

Entonces el bebé camello le preguntó a su madre:

- ¿Por qué los camellos tenemos joroba? 
 
- Hijo mío, nosotros necesitamos la joroba para guardar agua y poder sobrevivir cuando no hay agua. Nosotros somos animales del desierto y en el desierto es muy difícil encontrar agua- le contestó su madre.

El bebé camello, habiendo escuchado la respuesta, le volvió a preguntar a su madre:
 
- ¿Mamá, por qué son nuestras piernas largas y nuestros patas redondas?

 
- Hijo mío, con estas piernas nos podemos mover por el desierto mejor que nadie porque están adaptadas para andar por la arena -le contesto su madre con orgullo.



El bebé camello volvió a lanzarle otra pregunta a su madre:
 
- …¿Y por qué son nuestras pestañas tan grandes? A veces esto molesta a mi vista y muchas veces no me deja ver bien las cosas.
 
La madre mirando orgullosa a su hijito le contesta:
 
- Hijo mío, las pestañas largas y gruesas son la tapa protectora de tus ojos y las tenemos así para que nos protejan de la arena del desierto y de los vientos fuertes que soplan en el desierto, que a veces se convierten en fuertes tormentas de arena.


El bebé, después de haber escuchado las respuestas que le había dado su madre a todas sus inquietudes, le dice…   

- Ya entiendo, la joroba nos ayuda a poder tener agua almacenada para cuando estamos en el desierto ya que allí no hay agua, las forma de nuestras piernas son para andar por el desierto con mayor facilidad y estas pestañas nos protegen los ojos de la arena y el viento del desierto… 

Pero entonces ¡qué demonios estamos haciendo aquí en el zoológico! 


jueves, 11 de septiembre de 2014

Ruta Fernando Rielo

Los días 25 y 26 de agosto hicimos por vez primera una nueva ruta por la sierra de Madrid, diseñada por el reconocido senderista Domingo Pliego, autor de numerosos libros sobre la sierra de Guadarrama y excelente conocedor de todos sus caminos.
El Dream Team
En esta ocasión ha realizado un trazado para unir el Convento de La Cabrera, última fundación de Fernando Rielo, con el Prado de Redondillo, en los Montes de Valsaín, donde tuvo su experiencia más viva del Padre celestial y le transmitió su ideal de santidad. Precisamente este año se cumple el 75 aniversario de este hecho y el 10 de su tránsito al cielo.


Antigua cárcel
Saliendo de La Cabrera
A esta ruta le ha puesto el nombre de Ruta Fernando Rielo y atraviesa la sierra por el Puerto de Cotos siguiendo un trayecto de unos 72 km.

Puente de Matafrailes
Primera parte
Comenzamos a caminar con las primeras luces del amanecer, ya que la primera etapa es la más larga y conviene aprovechar el frescor de la mañana antes de que el Sol comience a calentar. 
Así que encaminamos nuestros pasos hacia Valdemanco y tras pasar el Collado del Medio Celemín encontramos un curiosa sorpresa: restos de una antigua cárcel para alojar a presos que construían la línea de ferrocarril.




Al ser la primera vez que recorríamos estos parajes ¡nos equivocamos de camino alguna vez! entre Garganta de los Montes y Lozoya, donde arribamos tan sedientos que casi dejamos seca la fuente de la plaza.

Un descanso merecido
Fuente de Lozoya
Después de un merecido descanso continuamos la caminata hacia Alameda del Valle y Oteruelo, alcanzando por fin el destino de la primera etapa: Rascafría. Llegamos tan cansados que dormimos de un tirón hasta la mañana siguiente. En total fueron más de 12 horas entre caminar y descansar desde que salimos de La Cabrera, en los que recorrimos unos 42 km., debido a los 'despistes'. Cuando las fuerzas flaqueaban nos motivaba recordar la famosa frase de No pain, no glory!

Puente del Perdón
No pain, no glory!!
La segunda etapa se preveía más corta aunque con más desnivel, ya que teníamos que subir al Puerto de Cotos (a unos 1800 m. de altitud). Así que iniciamos temprano el camino hacia el Monasterio de El Paular y el Puente del Perdón para seguir el cauce del río Lozoya por la Pista de la Angostura, hasta llegar al aparcamiento del puerto, donde nos esperaba el avituallamiento que nos supo a gloria, además de una buena y merecida siesta.


Un alto en el camino
El resto del camino ya transcurrió entre los pinos del Monte de Valsaín, y, aunque parecía que nunca se acababa la pista forestal, al final llegamos a nuestro destino: el Prado del Redondillo, lugar donde Fernando Rielo, cuando estaba en un campamento a sus 16 años, tuvo un encuentro personal con Dios que le marcó para siempre con la aspiración a la santidad y a sentirse hijo querido del Padre celestial. 


Pista forestal de La Angostura
Allí nos esperaban más amigos que habían llegado por el camino tradicional y después de descansar un rato celebramos la eucaristía para recordar la importancia del lugar y su significado para todos nosotros. 

Y ya para concluir nos dirigimos a Valsaín por el camino del CENEAM y regresamos a Madrid ¡en coche! En total fueron más de 11 horas de caminar con descansos en los que recorrimos unos 34 km., llevando al límite nuestra resistencia física y quedándonos con un recuerdo imborrable de esta peregrinación.

Cerca de Puerto de Cotos
Vista panorámica
Para los que tengan más curiosidad y para realizarla en futuras ocasiones, a continuación van unos datos de referencia de esta Ruta Fernando Rielo

Datos de Referencia:
Primera etapa:
7:20 Salida del Monasterio de La Cabrera hacia Valdemanco
8:40 Collado de Medio Celemín
9:20 cerca del túnel del tren. Restos antigua cárcel
11:00 Ermita Nuestra Señora de los Prados. Para el futuro: ir directamente a la Iglesia de Nuestra Señora de los Prados en el centro de Garganta de los Montes.
12:15 Carretera de Canencia.
14:30 Lozoya. Comida y descanso
17:30 Pinilla del Valle
18:15 Alameda del Valle
19:05 Oteruelo
19:40 Llegada a Rascafría
Resumen: 12h.20m. de caminar, con descansos. Distancia recorrida: 38 km según el mapa, y unos 42 km contando las equivocaciones de camino. 

Segunda etapa:
7:40 Salida de Rascafría
8:10 Puente del Perdón, Monasterio de El Paular
9:00 Tubo central eléctrica abandonada
9:40 Pista de La Angostura
11:50 Pasado arroyo Peñalara, subir a la carretera por baliza RP6
12:55 Puerto de Cotos. Comida y descanso
17:00 Prado del Redondillo
19:30 Valsaín
Resumen: 11h.50m. de caminar con descansos. Distancia recorrida: 34 km según el mapa.


En el Prado del Redondillo
La Historia de la Semana

lunes, 8 de septiembre de 2014

Las piedras

Uno de los aspectos que más tiempo ocupan los pensamientos de las personas es lo relativo a las cosas negativas que reciben.


Suele ser habitual darles vueltas y más vueltas, alimentando los resentimientos y los prejuicios, dejando un poso poco constructivo en las relaciones humanas e imposibilitando un buen desarrollo de la personalidad.

La historia de esta semana, que lleva por título Las piedras, hace referencia a esta carga negativa interior que va dejando el rencor y cómo se va acumulando si no se le da una buena salida.

Y la mejor salida es bien sencilla: saber perdonar a los que nos molestan, para que ese resentimiento no anide en nuestro corazón. O al menos, como decía Oscar Wilde con humor: perdona a tus enemigos, pues no hay nada que les moleste más.

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Las piedras

Un maestro propuso a sus discípulos el siguiente relato:


-Un hombre que iba por el camino tropezó con una gran piedra. La recogió y la llevó consigo. Poco después tropezó con otra. Igualmente la cargó. Todas las piedras con que iba tropezando las cargaba, hasta que aquel peso se volvió tan grande que el hombre ya no pudo caminar. ¿Qué piensan ustedes de ese hombre?

-Que es un necio -respondió uno de los discípulos-. ¿Para qué cargaba las piedras con que tropezaba?


Dijo el maestro:

-Efectivamente. Eso es lo que hacen aquellos que cargan las ofensas que les han hecho sus amigos, los agravios sufridos, y aun la amargura de las propias equivocaciones. Todo eso lo debemos dejar atrás, y no cargar las pesadas piedras del rencor contra los demás o contra nosotros mismos.

Si hacemos a un lado esa inútil carga, si no la llevamos con nosotros, nuestro camino será más ligero y nuestro paso más seguro.



La Historia de la Semana

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Tu gitana

Hace tiempo que no aparece un poco de música, así que comparto esta semana un tema de música relajante inspirada en el folklore gallego y la música celta. Y nos va preparando para la vuelta al trabajo cotidiano después de las vacaciones...

Se trata del tema Tu gitana, del grupo Luar Na Lubre, publicado en el año 1997 dentro de su álbum Plenilunio. Este es un conocido grupo musical gallego que ya ha aparecido anteriomente en estas páginas.

Se trata de una adaptación de una canción popular en la que, ante una situación amorosa de incierto desenlace, se invoca a la gitana para que adivine el resultado final. Y va dedicada a nuestros amigos de la etnia gitana.

He encontrado dos versiones de la canción. La primera de una actuación del grupo en directo en Santiago de Compostela y la segunda con imágenes de una playa gallega. 

La letra, en gallego pero sin secretos, va después de los videos. ¡Espero que os guste y sirva para un poco de relajación estival!

Aquí va la primera versión:



Y aquí la segunda:



La letra en gallego:

Tu gitana, de Luar Na Lubre

​Tu gitana que adevinhas
me lo digas pues no lo se
si saldré desta aventura
o si nela moriré.


O si nela perco la vida
o si nela triunfare,
Tu gitana que adevinhas
me lo digas pues no lo se.​