Estamos en los días más consumistas del año. Se ha convertido en una obligación social el hacer regalos a amigos y conocidos.
No deja de ser una buena costumbre, pues indica que pensamos en el otro y que queremos manifestar nuestro cariño.
Y precisamente por eso es más importante el signo y el detalle que el valor del regalo en sí, aunque muchas veces nos quedamos en lo externo y nos conformamos con ello.
En la historia de esta semana resumo un artículo de Herminio Otero que trata sobre esos aspectos que están 'más allá' del regalo en sí, y que se titula precisamente Regala algo más que algo, pues el mejor regalo para los demás es la amistad y la donación de uno mismo.
Aquí va y espero que os sirva.
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Regala algo más que algo
Prepara tu regalo. Elígelo con tino. Envuélvelo con mimo. Entrégalo con cariño. Que con él vaya también algo de ti. Por ejemplo:
* Regala algo no comprado: un poema tuyo o de otro, un dibujo, un recorte.
* Regala unas palabras personales que salgan de dentro, que sean elegidas por ti.
* Prepara y elabora tu regalo. Elabóralo, aunque sea algo comprado. Que al final sea preparado por ti.
* Elige algo significativo para regalar. Todo regalo es simbólico, pues habla de ti y de aquél a quien se lo regalas: la idea que tú tienes de él, cómo lo ves.
* Regala tu presencia: hazte presente a alguien a quien quieres o a quien lo necesita. Acierta a desaparecer en el momento oportuno, de modo que seas un regalo pero no una carga.
* Regala tu tiempo: dedica tu tiempo a la gente a quien quieres y escúchala en silencio. Facilita que ella se comunique, hable y se exprese.
* Regala tu palabra: comedida, justa, silenciosa casi.
* Regala vida. Se dice pronto, pero eso no se compra. Sólo se contagia.
* Regala una palabra de ánimo a alguien: dile lo bueno que tiene o ves en él.
* Regala sin pedir ni esperar nada a cambio.
* Regálate algo a ti mismo. Regálate tiempo: que la prisa y el alboroto no puedan contigo.
* Regálate una visión más positiva de ti: mira un poco hacia dentro y busca lo que tienes bueno. Déjalo salir o regálaselo a alguien.
* Déjate regalar. Recibe los regalos como un don y sé agradecido. No hace falta nada a cambio: una palabra, una sonrisa, un gesto, bastan.
* Regala tu fe, para purificarla y quedarte tú con lo mejor de ella. Jesús dice: "Lo que habéis recibido gratis dadlo gratis". Pero no seas pesado. Contágialo.
* No regales aquello que no quieres para ti: ni tabaco ni alcohol ni pesimismo ni desánimo.
* Dónate a ti mismo. Que seas un regalo para quien tropiece contigo. Sorprende a amigos y enemigos. Siempre. Y también en esta Navidad.
La Historia de la Semana
No deja de ser una buena costumbre, pues indica que pensamos en el otro y que queremos manifestar nuestro cariño.
Y precisamente por eso es más importante el signo y el detalle que el valor del regalo en sí, aunque muchas veces nos quedamos en lo externo y nos conformamos con ello.
En la historia de esta semana resumo un artículo de Herminio Otero que trata sobre esos aspectos que están 'más allá' del regalo en sí, y que se titula precisamente Regala algo más que algo, pues el mejor regalo para los demás es la amistad y la donación de uno mismo.
Aquí va y espero que os sirva.
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Regala algo más que algo
Prepara tu regalo. Elígelo con tino. Envuélvelo con mimo. Entrégalo con cariño. Que con él vaya también algo de ti. Por ejemplo:
* Regala algo no comprado: un poema tuyo o de otro, un dibujo, un recorte.
* Regala unas palabras personales que salgan de dentro, que sean elegidas por ti.
* Prepara y elabora tu regalo. Elabóralo, aunque sea algo comprado. Que al final sea preparado por ti.
* Elige algo significativo para regalar. Todo regalo es simbólico, pues habla de ti y de aquél a quien se lo regalas: la idea que tú tienes de él, cómo lo ves.
* Regala tu presencia: hazte presente a alguien a quien quieres o a quien lo necesita. Acierta a desaparecer en el momento oportuno, de modo que seas un regalo pero no una carga.
* Regala tu tiempo: dedica tu tiempo a la gente a quien quieres y escúchala en silencio. Facilita que ella se comunique, hable y se exprese.
* Regala tu palabra: comedida, justa, silenciosa casi.
* Regala vida. Se dice pronto, pero eso no se compra. Sólo se contagia.
* Regala una palabra de ánimo a alguien: dile lo bueno que tiene o ves en él.
* Regala sin pedir ni esperar nada a cambio.
* Regálate algo a ti mismo. Regálate tiempo: que la prisa y el alboroto no puedan contigo.
* Regálate una visión más positiva de ti: mira un poco hacia dentro y busca lo que tienes bueno. Déjalo salir o regálaselo a alguien.
* Déjate regalar. Recibe los regalos como un don y sé agradecido. No hace falta nada a cambio: una palabra, una sonrisa, un gesto, bastan.
* Regala tu fe, para purificarla y quedarte tú con lo mejor de ella. Jesús dice: "Lo que habéis recibido gratis dadlo gratis". Pero no seas pesado. Contágialo.
* No regales aquello que no quieres para ti: ni tabaco ni alcohol ni pesimismo ni desánimo.
* Dónate a ti mismo. Que seas un regalo para quien tropiece contigo. Sorprende a amigos y enemigos. Siempre. Y también en esta Navidad.
La Historia de la Semana