martes, 21 de diciembre de 2010

¡Feliz Navidad!

Un año más llega la Navidad con su cargamento de buenos deseos, sentimientos e ilusiones, que no debemos dejar pasar por nuestro lado sin que nos lleguen al corazón y a la vivencia.

He recordado estos días el poema de Santa Teresa con el que quiero desearos a todos una feliz Navidad, porque refleja la idea de ser uno el propio protagonista de la fiesta, sin dejarse llevar por lo que opinen los demás, por las modas, por el qué dirán, ... y tantas cosas que al final nos despersonalizan. Por eso, como dice el poema: ¡quién lo hiciera y fuera yo!

¡Feliz Navidad a tod@s los que sea asoman a este sencillo rincón! Y que el nacimiento del Niño Jesús en nuestros corazones nos lleve siempre a dar lo mejor de cada uno para bien de los que están a nuestro lado.

¡¡Un abrazo muy fuerte de vuestro amigo!!


=====================

Ver a Dios en la criatura,
ver a Dios hecho mortal
y ver en humano portal
la celestial hermosura.

¡Gran merced y gran ventura
a quien verlo mereció!

¡Quién lo viera y fuera yo!

Ver llorar a la alegría,
ver tan pobre a la riqueza,
ver tan baja a la grandeza
y ver que Dios lo quería.

¡Gran merced fue en aquel día
la que el hombre recibió!

¡Quién la viera y fuera yo!

Poner paz en tanta guerra,
calor donde hay tanto frío,

ser de todos lo que es mío,
plantar un cielo en la tierra.

¡Qué misión de escalofrío
la que Dios nos confió!

¡Quién lo hiciera y fuera yo!
  
Santa Teresa de Jesús

Dolmen Ridge

Un poco de música ahora que tenemos más tiempo.  Al menos sirve como fondo musical mientras envolvemos los regalos!!!

En esta ocasión he seleccionado dos piezas que un amable lector anónimo del blog me envió hace unas semanas y que yo desconocía por completo.

Se trata de dos temas de un compositor conocido en el mundillo de la música  electrónica que se llama Gnomusy, pseudónimo bajo el que se esconde David Caballero (¡¡que es un Ingeniero de Montes de profesión!!). 

Están sacados de su disco Ethereality y se inspiran en un mundo de fantasía que recuerda a la película El Señor de los Anillos.

El primero se titula Dolmen Ridge y el video son imágenes de dolmenes y paisajes antiguos.

El segundo lleva por título Echoes from Rivendell, y podría ser parte de la banda sonora de una película de fantasía. El video es simplemente un salvapantallas (¡lo siento, no he encontrado otra cosa)

Ambos temas nos transportan a un mundo etéreo donde es fácil abrir el espíritu y el corazón y dejar correr todo lo bueno que hay en ellos.

Aquí va el primero: Dolmen Ridge




Y aquí el segundo: Echoes from Rivendell




sábado, 18 de diciembre de 2010

Alejandro Magno

Estos días se ha inaugurado en Madrid una exposición sobre Alejandro Magno y me ha recordado un texto que circula por la red que recibí hace un tiempo y que describe muy bien al personaje. Aunque haya dudas sobre la autenticidad del texto, su mensaje es universal y encaja perfectamente como historia de esta semana.

Alejandro Magno murió el 10 de junio del 323 a.C. en Babilonia, a los 32 años de edad, probablemente víctima de unas fiebres tifoideas, y a esa edad ya había conquistado el mundo conocido de la época.

Según los historiadores, el gran misterio de Alejandro se centra en su genio como estratega, su habilidad organizativa así como sus cualidades como líder y su sensibilidad para apreciar las diversidades culturales. No en vano consiguió llevar a sus hombres a través de medio mundo, conquistando Grecia, Persia y llegando hasta las riberas del  Indo, en pleno Oriente.

Los tres últimos deseos de Alejandro Magno nos recuerdan la humildad y sencillez con que debemos afrontar los retos de la vida.

===========================
Los tres últimos deseos de Alejando Magno

Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro convocó a sus generales y les comunicó sus tres últimos deseos:

1 - Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los propios médicos de la época.

2 - Que los tesoros que había conquistado de plata, oro y piedras preciosas, fueran esparcidos por el camino hasta su tumba.

3 - Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.

Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones para obrar así, a lo que Alejandro replicó:

1 - Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos NO tienen, ante la muerte el poder de curar.

2 - Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.

3 - Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos.