martes, 15 de junio de 2010

Leviathan

Un poco de música relajante en medio de los exámenes: la composición Leviathan, del grupo Tangerine Dream, extraida de su disco Views from a red train.

Este grupo es uno de mis preferidos desde mi época de estudiante universitario, ¡y ya han pasado años! Se han dedicado al rock sinfónico y todavía siguen actuando (el video corresponde a una actuación en directo del año 2009), aunque sólo queda un teclista de los de entonces (el del sombrero que está a la izquierda, Edgar Froese, que fue el fundador del grupo)

Se dedican a la música electrónica y en su primera época utilizaban sintetizadores y secuenciadores que ocupaban todo el escenario. ¡Todavía se aprecia en el video toda la electrónica que utilizan!

¡Espero que os guste esta composición titulada Leviathan! (Hacia la mitad tiene unos solos de guitarra que me encantan)

viernes, 11 de junio de 2010

El rey y el mendigo

Dice uno de los refranes clásicos españoles (y mundiales con algunas variantes) que no hagas a otro lo que no quieras para ti. A mí personalmente me gusta más expresarlo en positivo: lo que hagas a los demás te lo harán a ti

Si tratas bien a una persona es más difícil que te responda mal, o al menos se lo pones más complicado. Me decía hace tiempo un conocido que a él no le saludaba nadie en el ascensor, en cambio a mí siempre: ¡es que no me cuesta nada ser el primero en iniciar el saludo!

Por eso es importante el valor de la generosidad y el desprendimiento, porque siempre se recoge de lo que se siembra.

De esto trata el cuento de esta semana titulado El rey y el mendigo.

¡Espero que os guste!


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El rey y el mendigo

Un pobre hombre, que vivía en la miseria y mendigaba de puerta en puerta, observó un carro de oro que entraba en el pueblo llevando a un rey sonriente y radiante.

El pobre se dijo de inmediato: "Se ha acabado mi sufrimiento, se ha acabado mi vida de pobre. Este rey de rostro dorado ha venido aquí por mí, lo sé. Me cubrirá de las migajas de su riqueza y viviré tranquilo".

En efecto, el rey, como si hubiese venido para ver al pobre hombre, hizo detener el carro a su lado. 

El mendigo, que se había postrado en el suelo, se levantó y miró al rey, convencido de que había llegado la hora de su suerte.

Entonces, de repente, el rey extendió la mano hacia el pobre y le dijo:

- ¿Qué tienes para darme?

El pobre, muy sorprendido y muy desilusionado, no supo que decir. "¿Es un juego - se preguntó - lo que el rey me propone? ¿Se estará burlando de mí?
Entonces al ver la persistente sonrisa del rey, su luminosa mirada y su mano tendida, el pobre metió la mano en su alforja, que contenía unos puñados de arroz.

Cogió un grano de arroz y se lo dió al rey, quien le dió las gracias y se fue enseguida llevado por unos caballos sorprendentemente rápidos.

Al final del día, al vaciar su alforja, el pobre encontró un grano de oro que el rey había introducido sin que él se diera cuenta, a cambio de su grano de arroz.

Entonces se puso a llorar diciendo:

- ¿Porqué no habré sido generoso? ¿Porqué no le habré dado todo mi arroz para que se convirtiera en oro?


martes, 8 de junio de 2010

Usa protector solar

El video que comparto esta semana contiene unas reflexiones que me han parecido muy útiles para todos, y que se resumen en tres palabras: Usa protector solar.

Así comenzaba un artículo de Mary Theresa Schmich publicado en 1997 en el Chicago Tribune y que ha sido muy comentado en la red. Constituye un homenaje al sentido común a la hora de afrontar las vicisitudes de la vida cotidiana y se comenta por sí solo, sin necesidad de más añadidos.

Después del video añado el texto por si a alguien le interesa para leerlo más tranquilamente.







El texto completo del artículo a continuación:

"Si pudiera ofrecer sólo un consejo para el futuro, sería éste: Usa protector solar.

Los científicos han comprobado sus beneficios a largo plazo mientras que los consejos que voy a dar no tienen ninguna base fiable y se basan únicamente en mi propia experiencia. He aquí mis consejos:

Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud. No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que no se haya marchitado. Pero créeme, dentro de veinte años, cuando en fotos te veas a ti mismo comprenderás, de una forma que no puedes comprender ahora, cuántas posibilidades tenías ante ti y lo guapo/a que eras en realidad. No estás tan gordo, delgado, con granos, sin granos, con grasa, con "chichas", barriga, culo, etc. como imaginas. No te preocupes por el futuro. O preocúpate sabiendo que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de álgebra masticando chicle. Lo que sí es cierto es que los problemas que realmente tienen importancia en la vida son aquellos que nunca pasaron por tu mente, de ésos que te sorprenden a las cuatro de la tarde de un martes cualquiera.

Todos los días haz algo a lo que temas. Canta. No juegues con los sentimientos de los demás. No toleres que la gente juegue con los tuyos. Relájate. No pierdas el tiempo sintiendo celos. A veces se gana y a veces se pierde. La competencia es larga y, al final, sólo compites contra ti mismo. Recuerda los elogios que recibas. Olvida los insultos (pero si consigues hacerlo, dime cómo hacerlo). Guarda tus cartas de amor. Tira las cartas del banco. Estírate. No te sientas culpable si no sabes muy bien qué quieres de la vida. Las personas más interesantes que he conocido no sabían qué hacer con su vida cuando tenían quince, veinte, treinta y más años. Es más, algunas de las personas que conozco tampoco lo sabían a los cuarenta ni lo saben ahora. No te angusties, no quieras comerte todo, vivir lo que tengas que vivir más adelante, todo llega.

Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas. Sentirás la falta que te hacen cuando te fallen. Quizá te cases, quizá no. Quizá tengas hijos, quizá no. Quizá te divorcies a los cuarenta, quizá no. Quizá bailes el vals en tu setenta y cinco aniversario de bodas. Hagas lo que hagas no te enorgullezcas ni te critiques demasiado. Optarás por una cosa u otra, como todos los demás.

Disfruta de tu cuerpo. Aprovéchalo de todas las formas que puedas. No tengas miedo ni te preocupes por lo que piensen los demás porque es el mejor instrumento que jamás tendrás. Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa. Lee las instrucciones aunque no las sigas. No leas revistas de belleza pues para lo único que sirven es para hacerte sentir feo.

Aprende a entender a tus padres. Será tarde cuando ellos ya no estén. Llévate bien con tus hermanos, son el mejor vínculo con tu pasado y, probablemente, serán los que te acompañen en el futuro o no. Entiende que los amigos vienen y se van pero hay un puñado de ellos que debes conservar con mucho cariño. Esfuérzate por no desvincularte de algunos lugares y costumbres porque, cuando pase el tiempo, más los necesitarás. Vive en una ciudad alguna vez pero múdate antes de que te endurezcas. Vive en un pueblo alguna vez pero múdate antes de que te ablandes.

Viaja. Acepta algunas verdades ineludibles: los precios siempre subirán, los políticos siempre mentirán y tú también envejecerás. Y, cuando seas viejo, añorarás los tiempos en que eras joven: los precios eran razonables, los políticos eran honestos y los niños respetaban a los mayores. Respeta a los mayores. No esperes que nadie te mantenga pues tal vez recibas una herencia o tal vez te cases con alguien rico pero nunca sabrás cuánto durará. No te hagas demasiadas cosas en el pelo porque cuando tengas cuarenta años parecerá el de alguien de ochenta y cinco.

Sé cauto con los consejos que recibes y ten paciencia con quienes te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia. Dar consejos es una forma de sacar el pasado del cubo de la basura, limpiarlo, ocultar las partes feas y reciclarlo dándole más valor del que tiene.

Pero hazme caso en lo del protector solar."

Mary Theresa Schmich