Para los que no la conocen, participar por vez primera en una Javierada es toda una experiencia que se vive con emoción e intensidad.
Este año la Pastoral Universitaria de Madrid se sumó a la segunda Javierada del 14 al 16 de marzo, junto con miles de peregrinos de Navarra, Madrid y otros lugares. Según la prensa local más de 23.000 peregrinos se concentraron en la explanada de Javier para la celebración.
Nuestra peregrinación comenzó el viernes 14 por la tarde en la Ciudad Universitaria de Madrid, tomando el autobús para Marcilla (Navarra) donde nos alojamos la primera noche en la casa de retiros y preparamos la marcha del día siguiente, después de presentarnos y compartir la cena.
La caminata comenzó en un bosquecillo próximo al pueblo de Idocin, a unos 20 Km de Sangüesa, a eso de las 9:45.
La primera parte, hasta el lugar conocido como Venta de Judas, se pasó muy rápida. Y allí un nutrido grupo de voluntarios repartía comida y avituallamiento a todos los peregrinos que se acercaban, y nos sirvió para reponer fuerzas para la segunda parte.
Llegamos a Sangüesa sobre las 14:15 y nos dispusimos a comer en uno de los pocos lugares que quedaban libres, pues éste es el punto de partida del Via Crucis hasta Javier, que lo hacen todos los peregrinos.
A las 15:00 comenzamos a recorrer los 8 Km que separan Sangüesa de Javier, que estaban completamente abarrotados, incluso con personas en silla de ruedas y muchas madres que llevaban a su niño en el carrito. Las meditaciones del Via Crucis eran las del Papa Francisco, muy adecuadas al momento.
Llegamos al Castillo de Javier para la Eucaristía de las 17:00, presidida por el arzobispo de Pamplona, y ya estaba la explanada abarrotada de gente.
Terminada la celebración nos dirigimos al pueblecito de Cabretón, en La Rioja, al convento de las Madres Carmelitas Mansión de Paz, desde donde se divisa una magnífica vista del Moncayo.
Allí tuvimos una sencilla velada y el domingo pudimos conversar tranquilamente con estas madres de clausura, que nos sorprendieron con su sencillez y su generosidad cuando nos despedimos: ¡nos obsequiaron con un sabroso arroz con leche para todos, como se ve en la foto!
Y con el ánimo bien dispuesto regresamos a Madrid, con la alegría que dan las cosas sencillas cuando se viven intensamente.
¡Y esperando ya la próxima actividad de la Pastoral Universitaria: hacer Camino de Santiago del 31 de julio al 7 de agosto! ¿Te apuntas?
La Historia de la Semana
Este año la Pastoral Universitaria de Madrid se sumó a la segunda Javierada del 14 al 16 de marzo, junto con miles de peregrinos de Navarra, Madrid y otros lugares. Según la prensa local más de 23.000 peregrinos se concentraron en la explanada de Javier para la celebración.
Nuestra peregrinación comenzó el viernes 14 por la tarde en la Ciudad Universitaria de Madrid, tomando el autobús para Marcilla (Navarra) donde nos alojamos la primera noche en la casa de retiros y preparamos la marcha del día siguiente, después de presentarnos y compartir la cena.
La caminata comenzó en un bosquecillo próximo al pueblo de Idocin, a unos 20 Km de Sangüesa, a eso de las 9:45.
La primera parte, hasta el lugar conocido como Venta de Judas, se pasó muy rápida. Y allí un nutrido grupo de voluntarios repartía comida y avituallamiento a todos los peregrinos que se acercaban, y nos sirvió para reponer fuerzas para la segunda parte.
Llegamos a Sangüesa sobre las 14:15 y nos dispusimos a comer en uno de los pocos lugares que quedaban libres, pues éste es el punto de partida del Via Crucis hasta Javier, que lo hacen todos los peregrinos.
A las 15:00 comenzamos a recorrer los 8 Km que separan Sangüesa de Javier, que estaban completamente abarrotados, incluso con personas en silla de ruedas y muchas madres que llevaban a su niño en el carrito. Las meditaciones del Via Crucis eran las del Papa Francisco, muy adecuadas al momento.
Llegamos al Castillo de Javier para la Eucaristía de las 17:00, presidida por el arzobispo de Pamplona, y ya estaba la explanada abarrotada de gente.
Terminada la celebración nos dirigimos al pueblecito de Cabretón, en La Rioja, al convento de las Madres Carmelitas Mansión de Paz, desde donde se divisa una magnífica vista del Moncayo.
Allí tuvimos una sencilla velada y el domingo pudimos conversar tranquilamente con estas madres de clausura, que nos sorprendieron con su sencillez y su generosidad cuando nos despedimos: ¡nos obsequiaron con un sabroso arroz con leche para todos, como se ve en la foto!
Y con el ánimo bien dispuesto regresamos a Madrid, con la alegría que dan las cosas sencillas cuando se viven intensamente.
¡Y esperando ya la próxima actividad de la Pastoral Universitaria: hacer Camino de Santiago del 31 de julio al 7 de agosto! ¿Te apuntas?
La Historia de la Semana