La Navidad ha llegado un año más y nos disponemos a celebrarla con lo mejor de nuestro corazón. El nacimiento del Niño Jesús vuelve a recordarnos que el bien está presente en el corazón de las personas para no dejarse llevar por la rutina y el camino fácil del egoísmo.
Navidad, con la presencia de Jesús en el mundo, es fuente de esperanza para la sociedad en estos tiempos que nos ha tocado vivir. Ciertamente hay guerras, violencia, corrupción, injusticias, abusos,... pero una luz ilumina el mundo para mostrar que también es posible la paz, la justicia, la solidaridad, con el amor presidiendo las relaciones humanas. Basta con imaginar lo que sería del mundo si no existiera una referencia que nos guía hacia lo mejor para todos, hacia la Civitas Dei de San Agustín en la que la única ley es la del Amor.
El nacimiento del Niño Jesús en nuestros corazones nos abre las puertas a una nueva realidad: la vida espiritual, vida trascendente que nos pone en relación con nuestro Padre celestial y da sentido a nuestras acciones cotidianas.
Este año he añadido al belén tradicional de la capilla de la universidad la imagen de la Virgen y la de unos niños para recordar que éstos son el futuro de la sociedad y tenemos la responsabilidad de educarlos en los valores importantes para que logren una sociedad mejor, contando con la ayuda de la Virgen María como madre nuestra.
Con esta presencia de Jesús en nuestros corazones deseo una muy feliz Navidad y que iniciemos el nuevo año 2024 con ilusión y alegría para afrontar los retos que la Providencia nos depare.
Termino con este villancico medieval interpretado por el coro de niños Libera, titulado Gaudete (Alégrate). Está en latín, con la traducción después del video.
¡Alegraos, alegraos!
Cristo ha nacido de la Virgen María.
¡Alegraos!
Llega un tiempo de gracia, el que deseábamos;
cánticos jubilosos entonemos con devoción.
¡Alegraos!
Dios se ha hecho hombre, maravillándose la naturaleza;
se ha renovado el mundo gracias a Cristo que ya reina.
¡Alegraos!
La puerta de Ezequiel cerrada se atraviesa;
de donde ha venido la luz se halla la salvación.
¡Alegraos!
Por lo tanto nuestra congregación
cante ya en este tiempo de purificación;
bendiga al Señor, salud a nuestro Rey.
¡Alegraos!