Lo que no puede ser, no puede ser; y además es imposible. Seguro que más de una vez hemos escuchado este frase en tono de humor para referirse a algo que no tiene solución.
Es cierto que hay situaciones y cosas que por muchas vueltas que uno les dé, no se encuentra manera de hallar una solución.
Estoy pensando sobre todo en esas personas, amigos, seres queridos,..., que nos gustaría que cambiaran de actitud pero nunca lo hacen a pesar de que se les diga.
La historia de esta semana, Dientes de león (esa flor que al soplar se deshace y ningún jardinero quiere en su jardín), aporta una idea muy sugerente para afrontar estos casos con sencillez: ¡siempre podremos amarlas como son y tratarlas como nos gustaría que fueran!
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Dientes de león
Un hombre que se sentía muy orgulloso del césped de su jardín, se encontró un buen día con que crecía una gran cantidad de “dientes de león”, esas flores que cuando soplas pides un deseo.
Y, aunque trató por todos los medios librarse de ellos, no pudo impedir que se convirtieran en una auténtica plaga. Habían invadido todo su estupendo jardín.
Al fin escribió al Ministro de Agricultura, refiriendo todos los intentos que había hecho y concluía la carta preguntando:
-¿Qué puedo hacer?
Al poco tiempo le llegó la respuesta:
- Le sugerimos que aprenda a amarlos.
La Historia de la Semana
Muchas son las ideas que me ha sugerido esta historia titulada Los pájaros que comparto esta semana.
¿Cuántas veces hacemos las cosas por rutina, por costumbre, porque 'siempre se ha hecho así?
¿Cuántas veces nos limitamos a seguir a otros sin pensar en si es bueno o no?
Este cuento ilustra en forma de humor cómo los pájaros van en la bandada sin saber por qué ni a donde. Y cómo en ocasiones es necesaria la figura del líder para dar sentido y dirección a lo que se hace.
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Los pájaros
Un grupo de pájaros cruzaba el cielo en forma de "V" cuando a una nube le picó la curiosidad y quiso saber dónde se dirigían y qué planes tenían.
Esperó a cruzarse en su camino y, con delicadeza, sin molestar ni entorpecer la marcha, que adivinaba que sería importante, se acercó con cuidado al último pájaro de una de las ramas de la "V" y le preguntó dulcemente:
- Dime, querido pájaro, si me lo puedes decir, ¿dónde os dirigís en un vuelo tan recto y tan largo, y qué vais a hacer allá?
El pájaro, sin dejar de volar al ritmo de sus compañeros, contestó:
- ¡Ay, si yo lo supiera! Pero no tengo ni idea. Yo no hago más que seguir a mi compañero de delante. Voy donde va él, y vuelo hacia donde él vuela. Pregúntale a él. Él lo sabrá.
La nube se adelantó un poco, hasta llegar al pájaro de delante, y recibió la misma respuesta. Y así fue pasando de un pájaro a otro y de una rama de la "V" a la otra, sin conseguir saciar su curiosidad.
Todos le decían que ellos no sabían nada y que preguntara a los demás, que ellos lo sabrían. Pero nadie sabía nada. Cada uno seguía al de delante, sin preguntarse nada, y no podían dar respuesta.
La nube tenía cada vez más curiosidad, hasta que no le quedó otro remedio que dirigirse al pájaro de la punta de la "V" corriendo el riesgo de molestarlo y distraerlo en su importante tarea de guía del grupo.
Se disculpó, y le preguntó dónde iba con todos aquellos compañeros que lo seguían. El pájaro que hacía de guía le contestó:
- ¡Qué más quisiera yo, que saberlo! No tengo ni idea de dónde vamos. Pero todos éstos me vienen empujando por detrás, y no tengo más remedio que seguir volando, aunque no sepa donde me llevan. ¡Ellos lo sabrán! ¡Pregúntales a ellos!
La Historia de la Semana
Cada vez son más los partidarios del aforismo Think globally, act locally, aforismo que surgió en los años 80 para sensibilizar en las cuestiones del medioambiente.
Su traducción es Piensa globalmente, pero actúa localmente. Y ya se utiliza en muchos contextos además del ecologista.
El texto que comparto esta semana, titulado Pequeñas cosas..., es un aplicación de esta idea a la vida cotidiana.
Generalmente todos queremos que no haya violencia, que haya más justicia,.. y a veces nos olvidamos que estas características hay que empezar a vivirlas en el propio entorno de cada uno.
Por eso este texto nos propone 25 pequeñas cosas muy locales y sencillas, pero que inciden muy positivamente en la globalidad de nuestro entorno y la sociedad en que vivimos. Y creo que nos pueden resultar muy útiles a todos. Especialmente a los que nos dedicamos al mundo del voluntariado.
Ya apareció un texto similar hace tiempo, titulado 24 'pequeñas' maneras de amar, que también nos recuerda que para llegar a lo grande hay que pasar por lo pequeño. ¡Espero que os guste y os sea útil!
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Pequeñas cosas de cada día
1.- Ponerme en el lugar del prójimo.
2.- Saber los gustos ajenos.
3.- Pensar en los otros.
4.- Por principio, pensar bien.
5.- Desear bien a todos.
6.- No despreciar a nadie.
7.- Tener la manía de hacer el bien.
8.- Aprobar lo bueno de los otros
9.- Controlar la envidia.
10.- Animar.
11.- Pedir consejo.
12.- Aprender a ser agradecido.
13.- Saber perdonar a otros.
14.- Pedir perdón.
15.- Dominar el mal humor.
16.- Dar algún abrazo.
17.- Hacer favores a otros.
18.- De primera decir sí.
19.- Saber decir no.
20.- Colaborar con otros.
21.- Saber escuchar a los demás.
22.- Siempre de buen humor.
23.- Dejarse querer.
24.- No hablar mal de las personas.
25.- Disfrutar de las pequeñas cosas de cada día.
La Historia de la Semana