Aquí va una breve historia con otra versión sobre un tema que se repite a menudo: lo importante no es lo que está fuera de mí sino cómo lo acojo en mi corazón. Y nos plantea una cuestión capital: ¿qué soy para los demás: cielo o infierno?
=================================
INFIERNO O CIELO
Según cuenta un antiguo relato japonés, un belicoso Samurai desafió en una ocasión a un maestro Zen a que le explicara el concepto de cielo e infierno.
Pero el monje respondió con desdén:
- "No eres más que un patán. ¡No puedo perder el tiempo con individuos como tú!".
Herido en lo más profundo de su ser, el Samurai se dejó llevar por la ira, desenvainó su espada y gritó:
- "Podría matarte por tu impertinencia".
- "Eso, repuso el monje con calma, es el infierno".
Desconcertado al percibir la verdad en lo que el maestro le señalaba con respecto a la furia que lo dominaba, el Samurai se serenó, envainó la espada y se inclinó, agradeciendo al monje la lección.
- "Y eso, añadió el monje, es el cielo".