sábado, 21 de marzo de 2009

Te deseo...

Para la historia de la semana de hoy he retomado un poema conocido que expresa los mejores deseos para los amigos, pero no de una forma almibarada y artificial sino muy realista y a pie de calle como buen conocedor de la psicología humana. A veces les pasa a los que son muy idealistas que tienen una visión de las cosas que es difícil confrontarla con la realidad, con todo lo que ello supone.


Sirva este poema para agradeceros de corazón todas las felicitaciones que he recibido con motivo de mi onomástica. ¡¡Muchas gracias por vuestra amistad!!


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Te deseo....


Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar,
y que después de olvidar, no guardes rencores.



Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes,
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar.


Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que algunas veces te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.


Te deseo además que seas útil,
mas no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.


Igualmente te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.


Te deseo que siendo joven no
madures demasiado de prisa,
y que, ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
y su dolor y es necesario dejar
que fluyan entre nosotros.


Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena, que la risa
habitual es sosa y la risa constante es malsana.


Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima
y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.


Te deseo que acaricies un perro,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
cantar triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
te sentirás bien por nada.


Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea, y la
acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas
está hecho un árbol.


Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico.
Y que por lo menos una vez
al año pongas algo de ese dinero
frente a ti y digas: "Esto es mío",
sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.


Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer, y que siendo
mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando
estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre el amor para recomenzar.


Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte.


Sergio Jockymann

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